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  • Viernes 29 de Marzo de 2024

Cacao y Chocolate: Orgullo Tabasqueño


VILLAHERMOSA, Tab., a 21 de Junio de 2017. - El patio de juegos infantiles de Ana Parizot era la fábrica de chocolates y las plantaciones de cacao de su casa, la hacienda “La luz”, un ambiente que para ella era de lo más natural.
    A Vicente Gutiérrez Cacep, a punto de su concluir su carrera como mecánico industrial, la compra por parte de su madre de la hacienda cacaotera de su tío, Juan Cecep, lo agarró “casi en cero”.
    Por su parte, Walter Méndez comenzó su interés por la planta de cacao por una paradoja: la moniliasis, que estaba precisamente acabando con los cultivos.
    Los tres cacaoteros y chocolateros participaron en el programa “Orgullo Tabasqueño: Cacao y Chocolate”, conducido por la Directora General de CORAT y TV, la periodista Dolores Gutiérrez Zurita, para mostrar a la audiencia, la historia del cacao, la cual está marcada por la suma de esfuerzos heredados, individuales y colectivos de los tabasqueños.
    Ana Pariozt Wolter reconoció que el ambiente en el que creció en la hacienda de su abuelo, el doctor Otto Wolter, era de lo más natural: “Lo ves como algo tan normal, que no le das el valor que merece, hasta que alguien viene y te dice que el lugar donde estás y la tradición de la que formas parte, es sumamente importante, es cuando te das cuenta que vale la pena que más gente la conozca”.
    La familia chocolatera percibió que la viabilidad de la hacienda “La Luz” estaba en peligro: la mancha urbana había terminado por rodear las plantaciones de cacao. Por si fuera, pintaban un horizonte muy oscuro y aterrador; lejos de desanimarse, Parizot Wolter y su esposo Alejandro, idearon un plan para  cuidar, preservar y dar a conocer, su patrimonio,  de esta manera, organizaron a partir de 1997, recorridos turísticos a la hacienda.
    Todo este esfuerzo se ha visto recompensado con los premios internacionales que ha obtenido Chocholates Wolter como la medalla de Bronce en el Chocolate Awards 2016 con su bombón de Maracuyá,  así como los reconocimientos en el Salón del Chocolate de París.
17 GENOMAS DE CACAO GRIJALVA
Aunque Vicente Gutiérrez Cacep tenía en su casa, como en las de muchas familias de Comalcalco, plantas de cacao, sabía poco sobre el procesamiento de la planta. Su tío, Jesús Cacep Peralta, decidió vender la hacienda “Jesús María” justamente a la madre de Vicente.
    “Yo inicié hace 29 años, casi en cero, la verdad tuve que aprender todo acerca del cacao y del chocolate. Comenzamos a usar toda la plantación como un tipo de laboratorio, porque era una pequeña empresa y ni siquiera existía la elaboración de chocolates”.
    De pronto, Gutiérrez Cacep pasó de ser ingeniero mecánico industrial a cacaotero primero, y ahora además, chocolatero. Además de procesar el cacao para suministrarlo a la industria nacional, el chocolatero tabasqueño ha sabido escuchar a sus pequeños clientes. “Vamos evolucionando un poco más, dejándonos llevar por lo que pide la gente, en la actualidad nuestra empresa ofrece más de 10 tipos de cobertura de chococale diferentes y seguimos innovando”, abundó.
    En la actualidad, Chocolates Cacep distribuye no sólo a nivel nacional sino que muchos de sus productos tienen destinos internacionales; “en todos estos años de trabajo nos dimos cuenta que para el cacaotero, el conocimiento termina donde el productor vende su cacao; el conocimiento del chocolatero comienza a partir del grano seco a lo que es la fabricación del chocolate; y luego le sigue el bombonero”
    Actualmente, “el 95% del personal que labora dentro de Grupo Industrial Cacep es vecino de la comunidad y sus hijos trabajan con nosotros”, agregó Gutiérrez Cacep.
    Gracias a esta sinergia, muchos productores empezaron a ver que la transformación del grano sí es un negocio; con Tabasco y Chiapas producimos 27 mil toneladas, esto significa que hay una oportunidad de negocios, sólo hay que saber vender el cacao del que dependen más de 100 mil familias tabasqueñas, expuso Vicente Gutiérrez Cacep, quien por último reveló que el cacao tabasqueño cuenta con 17 genomas “que son únicos en el mundo, de los cuales, en la Hacienda Jesús María hay cuatro.
UNA HISTORIA DIFERENTE
“Nosotros no nacemos de una familia de cacaoteros. No teníamos hacienda. Teníamos idea de negocio, estamos en Tabasco, somos tabasqueños y algo que se notaba es el cacao”, así contó su introducción al cacao el ingeniero agrónomo Walter Méndez Alcudia.
    Su proyecto paradójicamente nace en lo que se podría considerar el momento más crítico para iniciar: 2006, el año de la moniliasis: “Nacemos en una etapa bastante compleja para el cacao, por la enfermedad de la molinia, por la edad de las plantaciones, razones por las que el cacao no se veía como negocio”.
    Aún así, decidió unir esfuerzos con otra profesional para crear un vivero de plantas de cacao, empezamos con la producción de plantas, injertando cacao, arrancamos con un vivero pequeñito, contábamos no más allá de diez personas, y tuvimos que capacitarlas para la injertación del cacao”.
    Grupo CICA pasó de producir en 2006, 300 mil plantas, a dos millones en 2010. Con orgullo este ingeniero agrónomo afirma que son “el vivero más grande de producción de planta clonal en México. Orgullosamente este programa es de Tabasco”.
    Y el éxito no quedó ahí, con apenas unos años de trabajo, acaban de lanzar lo que llamó “el bebé del grupo”: un chocolate nombrado tabasqueñísimamente Adiú que es un chocolate con identidad, algo que nos identifica  a todos. Es lo que queremos, que los ojos del mundo volteen a Tabasco que vean que no solo hay excelente cacao sino excelente chocolate

Los tres cacaoteros y chocolateros participaron en el programa “Orgullo Tabasqueño: Cacao y Chocolate”. 
Los tres cacaoteros y chocolateros participaron en el programa “Orgullo Tabasqueño: Cacao y Chocolate”.