• La Verdad del Sureste |
  • Jueves 28 de Marzo de 2024

LA CÁRCEL LES HARÍA MUCHO BIEN


EMMANUEL RUIZ SUBIAUR


Los gobernantes priistas dicen que “la gallina de los huevos de oro” ya se murió; los oligarcas neoliberales gobernantes del pan, dicen que el oro de la gallina de los huevos de oro ya se lo gastaron; el pueblo dice que, hablando de huevos, ¡pues que guevos tan cuadrados de los priistas y panistas!
    Miguel de Cervantes Saavedra (preso en Sevilla y Córdoba) ideo o escribió El Ingenioso Hidalgo don Quijote de La Mancha.
    Miguel Hernández, preso por pertenecer al bando republicano derrotado en la Guerra Civil Española, escribió, tras las rejas, el Cancionero y Romancero de Ausencias.
    Diego Huerta de Mendoza, diplomático a quien se le encarcela por desviar fondos del erario, es el autor de El Lazarillo de Tormes (aunque se dice es de autor anónimo pero que fue escrito desde una cárcel).
    Miguel Hidalgo y Costilla, preso por su “herejía” en contra de la Iglesia Católica, escribió, tras las rejas, sus Décimas.
    Oscar Wilde, dio con sus huesos en la cárcel por ser descarado homosexual, desde donde escribió De profundis -su epístola a su amante y amado Walter Douglas.
    El Marqués de Sade (Donatien Alphonse François), desde que fue encarcelado en La Bastilla, no dejó de escribir, y allí surgió su obra Justine y otros de sus textos.
    Adolfo Hitler, encarcelado por el fallido Golpe de Estado de Munich, preso en la fortaleza de Landsberg escribió su libro, Mi Lucha.
    Jean Genet, quien fue condenado por la justicia hasta en diez oportunidades, en prisión escribió sus obras Diario del ladrón, Querelle de Brest, Las criadas, Un cautivo enamorado, El condenado a muerte y El niño criminal,
    Jack Henry Abbot, quien cautivó al escritor y periodista Norman Mailer, pasó muchos años en la cárcel donde escribió, entre otros libros, En el vientre de la bestia (escrito en la prisión de Utah).
    Fidel Castro Rus, preso por su osadía de tratar de independizar a Cuba, fue encarcelado y ahí escribió su texto de defensa de su caso y de sus razones históricas, La Historia me absolverá.
    Hugh Collins, escocés fue 15 años encarcelado, ahí ideó sus obras; publicó su primer libro en 1998, Autobiografía de un asesino.
    Álvaro Mutis (Jaramillo), colombiano radicado en México -en 1997 ganó el Premio Príncipe de Asturias; y en 2001 el Premio Cervantes de Literatura-, preso durante 15 meses en el obscuro panóptico del Palacio Negro de Lecumberri, escribió grandes poemas de soledad, melancolía y belleza en su encierro y allí ideo su libro Diario de Lecumberri.
    José Revueltas, también encarcelado en el Palacio Negro de Lecumberri por “incitar” a la rebelión en el aciago octubre de 1968; ahí escribió su libro El Apando.
    Antonio Gramsci, fundador del Partido Comunista Italiano, encarcelado por la dictadura fascista de Benito Mussolini encerrado en la cárcel de Regina Coeli, -después confinado en Ustica y finalmente encerrado en la cárcel milanesa San Vittore-, escribió sus Cuadernos de la Cárcel durante el prolongado encierro que padeció en Italia por sus ideas libertadoras.
    William S. Burroughs, uno de los padres de la generación Beat, en una fiesta en México en la que él y su segunda mujer decidieron parodiar una escena de Guillermo Tell: en lugar de una manzana usaron un vaso; así como un revólver en lugar de la ballesta. Burroughs mató a su esposa de un balazo. Encerrado escribió Yonqui, Yonqui o Queer (Marica), Las cartas de la ayahuasca, Nova Express. Como puede usted colegir, amable lector, la cárcel le ha hecho mucho bien a decenas de personajes que en el encierro han logrado hacer algo provechoso.
    ¿No cree usted que tenemos en el país a un personaje que en la cárcel podría hacer algo provechoso y dejar de hacer tanto daño al país? O al menos, manteniéndole en la cárcel no dañaría más a más mexicanos: o sea, preso él, nos haría mucho bien a nosotros. Y para que no se muera de soledad, deberían acompañarle en la misma crujía, no importa que hacinados, los cófrades de su gabinete y los miembros de su cúpula de descastados neoliberales –priistas y panistas-.
    No ha leído libros, no sabe leer sus discursos, no habla bien el español y consecuentemente menos el inglés, no sabe los nombres de los Estados del país, confunde las capitales de las entidades federativas y les cambia los nombres, apila, una encima de otra, sus mentiras, vive huido de la realidad, en fin, es un verdadero desastre.
    Sabemos que preso no podrá escribir grandes novelas como Cervantes Saavedra, Diego Huerta de Mendoza, El Marqués de Sade o José Revueltas, ni grandes poemas como Miguel Hernández, Álvaro Mutis o Miguel Hidalgo y Costilla; tampoco saldrán de su seco tintero obras libertarias como las de Fidel Castro o Antonio Gramsci.
    Pero bien puede remedar a Hitler; parafrasear las obras aquí referidas de: Hugh Collins o Jean Genet; o solazarse al igual que Oscar Wilde o William S. Burroughs. Ojalá.