• La Verdad del Sureste |
  • Jueves 25 de Abril de 2024

Caudillos y demócratas contra dictadores


José A. Vázquez


De acuerdo al Diccionario de la Real Academia Española, la palabra caudillo viene del latín (capitellus) y es empleada para referirse a un líder, ya sea político, militar o ideólogo... Al demócrata lo describe como un partidario y defensor de la democracia que enarbola la tesis que da origen a la palabra griega “poder del pueblo y para el pueblo”…
 
De la dictadura dice que es la forma de gobierno donde el poder lo concentra un solo individuo, que omite la división de poderes; gobierna para las minorías, es autoritario con el resto de la población y se mantiene por medio de la fuerza, reprime cualquier manifestación y expresión opositora…
 
Conceptos que traigo a actualidad con el propósito de aclarar la equivocada y beligerante connotación que los adversarios políticos aplican a la persona de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) al llamarlo “caudillo”, en respuesta a las críticas que hace el líder opositor al régimen político y económico del país, o también por diferencia en las estrategias para llegar al poder. Hay que aclarar que en relación a AMLO se dan dos acepciones; la de aquellos que simplemente lo descalifican, y de quienes proponen un análisis serio a partir de la contraposición: individuos-instituciones.
 
Por ejemplo, en el Movimiento de Independencia, la historia llama caudillos al Padre de la Patria Don Miguel Hidalgo y Costilla; al Siervo de la Nación, el generalísimo José María Morelos y Pavón; a Vicente Guerrero, Guadalupe Victoria, y otros ilustres mexicanos que forjaron este país. Para la etapa de la Revolución Mexicana, los estudiosos señalan como caudillos a Francisco I. Madero, Emiliano Zapata, Francisco Villa, Venustiano Carranza, Alvaro Obregón, Plutarco Elías Calles y Lázaro Cárdenas… Permitiéndonos conocer el perfil y ubicar los motivos de todos estos mexicanos que cada 16 de Septiembre y 20 de Noviembre recordamos en actos cívicos nacionales.  Aquí cabe hacerse la pregunta ¿Qué tanto hicieron para honrarlos cada año en toda la nación?.
  
Por otra parte, se tiene conocimiento de las dictaduras de Antonio López de Santa Ana, Porfirio Díaz Mori y Victoriano Huerta; el primero ocupó la  presidencia de México en 11 ocasiones y se autonombró dictador en 1853 con el título de Alteza Serenísima; el segundo gobernó durante 35 años y sólo abandonó el poder mediante la rebelión social; el tercero se hizo presidente asesinando a Madero, con cuyo crimen dio inicio a un periodo de insurrecciones militares, inestabilidad política, crímenes y ausencia total de democracia, que afortunadamente culminó con el fin de los gobiernos militares y el inicio de los gobiernos civiles con Manuel Avila Camacho (1940- 1946) y Miguel Alemán Valdez (1946 – 1952).
 
Sin embargo, el período que va de 1911 a 1940 se distinguió por los asesinatos de Francisco I. Madero y José María Pino Suárez, el 22 de febrero de 1913; de Emiliano Zapata, el 10 de abril de 1919; de Venustiano Carranza, el 21 de mayo de 1920;  de Pancho Villa, el 20 de julio de 1923; de Alvaro Obregón, el 17 de julio de 1928. Años convulsionados y dramáticos de la historia nacional.
 
Tiempos en el que destacó el gobierno de Plutarco Elías Calles (1924 – 1928), quien al estilo de Carlos Salinas de Gortari, desarrolló lo que conocemos como el “Maximato”, una especie de dictadura tras bambalinas, que influyó en el poder político hasta abril de 1936; cuando al triunfo del Presidente Lázaro Cárdenas, le puso fin al sacarlo al exilio. Allí se terminó la aventura de quien quiso erigirse en “Jefe Máximo”.
 
El nacimiento del PRI como partido político canalizó las diferencias políticas hacia las urnas, y ya para el gobierno de Miguel Alemán, se siente cierta estabilidad, e inicia el México de las instituciones, para oponerlo al México de los caudillos (jefes militares y caciques dispersos); se expropia el petróleo y la electricidad, pero también se institucionaliza la corrupción, el partido hegemónico, las represiones estudiantiles, los fraudes electorales, la dependencia económica con el exterior… etcétera.
  
Ciclos que no se cierran totalmente, y que por su naturaleza obligan a replantearse situaciones y a continuar entendiendo esa diferencia entre los caudillos y los dictadores, advirtiendo que no debemos regresar a gobiernos como el de Santa Ana, Porfirio Díaz y Victoriano Huerta. A decir verdad no se ve en el panorama actual del país ningún asomo de cuartelazo, a menos que sea el de carácter financiero.
 
Suponiendo sin conceder que AMLO sea un caudillo –aunque yo más bien lo veo como un líder popular-, para México puede ser una oportunidad histórica para que por medio de los votos y sin enfrentarnos como mexicanos por vías violentas, ni realizar disparos, evolucionemos como sociedad hacia mejores estadíos de igualdad y prosperidad…  Y fuímonos que ahí va corriendo Mario Vargas Llosa  trás de Carlos Salinas, explicándole porque dijo que en México se practica una dictadura perfecta…Como dijo aquel general: “Ahí queda eso”