• La Verdad del Sureste |
  • Sábado 20 de Abril de 2024

CORRUPCIÓN CIUDADANA Y CORRUPCIÓN POLÍTICA


EDGAR MARTINEZ BRICEÑO


Villahermosa, Tabasco, a 15 de enero de 2018. Hace algún tiempo que el presidente de la República declaró públicamente que “la corrupción es un asunto cultural”. Sus palabras entonces desencadenaron el linchamiento social por una afirmación considerada como inaceptable, a pesar de lo verdadera de la misma. Y es que todos los días, desde cualquier rincón de México, como sociedad nos encontramos cometiendo actos de corrupción: el pago para no hacer fila, la “ayudadita” para que me agilicen el trámite, el “moche” para que me beneficien en algún programa social, la popular “mordida” al agente de tránsito para evadir la multa… estamos constantemente expuestos, activos y participativos de esa añeja enfermedad que se ha transformado en filosofía de vida, al grado que en algunas regiones del país es normal escuchar como mantra “el que no transa, no avanza”, esto en clara alusión a que para el escalamiento social y el bienestar es imprescindible la deshonestidad. La corrupción ciudadana entonces es innegable.  En ello encuentran sustrato algunos opinólogos quienes afirman que obedece a toda lógica, que, si los gobernantes emanan de una sociedad corrupta, naturalmente sean corruptos. Enumeran todos los actos en que como sociedad actuamos de forma incorrecta y nos dicen entonces que mientras lo hagamos, somos parte del problema y no tenemos cara con que denunciar la corrupción de los gobernantes. Cargan la responsabilidad al ciudadano y diluyen la del gobierno. G Soy de la tesis que no es necesariamente cierto y aun afirmando lo generalizada que se encuentra la corrupción entre la ciudadanía, la corrupción política es peor. Sostengo que una y otra, no se pueden medir con la misma vara. Mientras el ciudadano tiene que cumplir la ley, la autoridad tiene la responsabilidad de aplicarla, de hacerla cumplir ¿Cómo hace cumplir la ley un gobernador que roba 40 mil millones de pesos del erario provocando desempleo, pobreza e inseguridad? ¿Cómo hace cumplir la ley un gobernador que vende miles de hectáreas de terrenos propiedad del estado a precios muy por debajo de los del mercado a sus amigos y familiares empobreciendo al Estado que gobierna? ¿Cómo hace cumplir la ley un gobierno que condiciona recursos públicos a un Estado que se atreve a combatir la corrupción, no obstante que todos sus habitantes le pagan impuestos? En la corrupción hay “niveles” y no podemos poner en el mismo saco al agente de tránsito o al ciudadano que participan de una “mordida”, que al político que no conforme con la buena paga, es depredador de los recursos públicos. Algunos actos son empujados por la supervivencia, otros por la ambición.  Ciertamente, la corrupción es un asunto cultural, y los ciudadanos debemos hacer todo para evitarla y combatirla, pero es responsabilidad principalmente del gobierno, capacitado técnica, jurídica, política y económicamente, en sus diferentes niveles, la existencia, persistencia o erradicación de la infamante cultura. El ejemplo de quien debe ponerlo, por encima de la justificación.
Twitter @MartinezBriceno