• La Verdad del Sureste |
  • Martes 23 de Abril de 2024

Disidencias

Las UJAT entre víctimas colaterales


José A. Vázquez


Sin duda la razón asiste a los profesores Ildefonso Díaz Ramírez, Lenin Araias, Herminia Banda Yzeta y Fredy Fernández, entre muchos otros académicos investigadores, al defender sus prestaciones de fin de año como todo servidor público que -pese a las limitantes que impone el sistema-, hacen su mejor esfuerzo en apoyar la educación superior de los jóvenes que se forman en las distintas aulas de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT).
    Evidentemente lo que es un derecho laboral tiene como principio el respeto y la autonomía de la máxima casa de estudios, la cual para bien de Tabasco, mantiene una creciente matricula y se coloca entre las 25 mejores del país. Estoy en desacuerdo que se les trate de gente “sin escrúpulos o carroñeros”, lamento los conceptos, aunque aparecen cuando no hay la intención entender el problema. Entenderlo, no resolverlo por medio de la prensa.
    Sin embargo, los profesores organizados en torno la Coalición de Trabajadores Universitarios (CTU), de alguna manera han perdido su objetivo al pelear por trabajadores de confianza. Craso error, porque desde el momento que no definieron correctamente al grupo, es muy posible que estén defendiendo intereses ajenos que no tienen cabida en los contratos (verbales o escritos, vigentes o terminados) emitidos por las autoridades universitarias con los trabajadores. ¡Cuidado con ello!.
    Otra falla en la que incurrieron es que con un grupo de alrededor de cien académicos defienden el interés de – se supone- 2 mil 800 maestros. ¿Dónde están los demás? Cuál es el motivo por el que el Sindicato de Profesores e Investigadores de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (SPIUJAT) no los representa. Podría ser que el maestro José Juan Sosa, haya establecido acuerdos… que los maestros en pie de lucha ignoran. De algo deben de estar consciente los maestros universitarios: es que la UJAT necesita una profunda reforma, que elimine los privilegios formados antes de la llegada del rector José Manuel Piña Gutiérrez, donde usaban a la casa de estudios como una franquicia y caja chica política; donde rectores, porros y políticos influyentes decidían los destinos de los recursos autorizados a la educación superior de Tabasco.
    Aún se recuerda al falaz Gerard Washington, en el  breviario porril y pandilleril de los rectores Candita Gil Jiménez y anteriores, donde eran amos y señores de la vida académica de la Alma Mater. Ellos y la corrupción crearon un sistema de privilegios  que ya no soportan las finanzas de la Universidad, ni el futuro de los verdaderos profesores e investigadores que son el alma de la institución. También hay que revisar todos los gastos superfluos. Recuérdese que el dinero para la UJAT sale del bolsillo de los contribuyentes y debe ser bien aplicado.