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Las cuatros medallas que logró en tenis de mesa la cubano-mexicana, radicada en Tabasco, Yadira Silva Llorente, en los Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe, que se llevan a cabo en tierras veracruzanas, saben a gloria para un lugar como el edén escaso del triunfos de sus deportistas a nivel internacional.

    Para muchos las preseas de la tenismesista no representan al auténtico deporte tabasqueño. Evidentemente, esas personas están en su justo derecho de pensar así, porque no es lo mismo tomarse un jugo de naranja natural que uno artificial y eso es de tomarse en cuenta.
    Aunque Yadira tiene varios años de residir en la entidad, a donde llegó porque contrajo matrimonió con un tabasqueño y también su entrenador, su formación deportiva comenzó en tierras cubanas, que de alguna manera la catapultó a ser la primera mexicana tenismesista en calificar a unos Juegos Olímpicos, en este caso Beijín 2008.
    No es para despreciar o demeritar el oro, la plata y el par de bronces que obtuvo Silva Llorente, sino de informar los antecedentes que posee cada deportista choco que trasciende más allá de la frontera doméstica y del país. En particular de lo último adonde el deporte local tiene una historia pobre.
    Esto tiene que ver con los tiempos pretéritos del deporte tabasqueño como la falta de continuidad de los programas deportivos, rectores del deporte que utilizaron el cargo para fines políticos o incapacidad para administrar. Muchas cosas más que no viene al caso enumerar porque lo que ahora se necesita es solución a la problemática deportiva estatal.
    Ni Yadira es el primer caso de una deportista que obtiene triunfos para un sitio que no es el suyo, como Tabasco tampoco es asunto único. A nivel mundial, quiérase o no, esto se acepta, por ese motivo hay que reconocer y felicitar a la tenismesista por su hazaña que forma parte de la historia deportiva local.
    Sus metales tienen y deben de convertirse en ejemplo a seguir por las nuevas generaciones de deportistas, en especial de los tenismesistas, porque poseen la posibilidad de codearse y convivir con una jugadora de la talla de Silva Llorente que en los Juegos Olímpico 2016 llegaría, si califica, a sus terceros por encima del ex marchista tabasqueño, Domingo Colín Martínez, que sumó dos.
    Ahora toca a Wendy Iomara Martínez Martínez, de profundas raíces tabasqueñas, a partir del miércoles pelear un lugar en el podio, en la justa deportiva regional, donde la entidad  contribuyó con dos deportistas a la delegación mexicana  y Yadira cumplió con ganar primero, segundo y terceros lugares. El poder es el poder.