• La Verdad del Sureste |
  • Jueves 28 de Marzo de 2024

FREE LANCE

NADAR EN OPACIDAD


JESÚS PÉREZ PÉREZ.


Actualmente la alberca “Damián Piza Beltrán”, ubicada en la Ciudad Deportiva, de la capital tabasqueña, recibe una cirugía mayor, luego de otras menores al paso de los pocos más de tres lustros de vida, lo que genera sospechas de corrupción de las autoridades de ese entonces o inexperiencia de la constructora en la materia de espacios deportivos.

    Construido el inmueble bajo la administración del Ingeniero Gaspar Córdova Hernández,  como titular del entonces llamado Instituto de la Juventud y el Deporte de Tabasco (Injudet); al poco tiempo de su entrega, los nadadores se dieron cuenta que presentaba diversas fallas.
    Ahí comenzó una serie de arreglos que únicamente sirvieron de paliativos, porque en estos momentos se le inyecta una importante cantidad de dinero para dejarla en condiciones de uso óptimo. El constructor de la obra garantiza que el inmueble, programado para entregarlo antes de finalizar el año, con el manteniendo respectivo, perdure muchos años.
    Abiertamente la constructora no habla de los errores cometidos por quienes edificación de la obra. Uno, porque esa es una función de otros; dos, tiene que cuidar su fuente de ingresos y por último: “entre gitanos no se leen la mano”. Sin embargo, parafraseando a un canta-autor recién fallecido: “Lo que se ve no se pregunta”.
    Durante las administraciones  de Armando Chávez Rivera y Melchi Franco Ruiz, al frente del órgano rector deportivo,  posteriores a Gaspar Córdova, el depósito de agua recibió, en menor o mayor medida, parte del presupuesto público para redimirlo.
    Si se añaden los gastos de ayer y ahora, se restan los naturales de mantenimiento del citado edificio, es posible que el resultado daría para techar el recinto, un proyecto aplazado y necesario por las circunstancias climatologías de la geografía tabasqueña así como el confort de los nadadores.
    Este es apenas un ejemplo de obras deportivas que detrás de su entrega se localizaron fallas o errores. La alberca honra con su nombre a un deportista local, considerado orgullo nacional, porque cruzó un par de veces el Canal de la Mancha. Una en 1953 y otra en 1955.
    En aquellos años, el país se detuvo para vitorear al «tiburón tabasqueño» que pasó más de doce horas nadando de Dover a Calais y trasponer entre brazadas los 34 kilómetros que hay de Gran Bretaña a Francia. 
    Mientras los trabajos continúan, los tritones esperan que la piscina sea su presunción, digna del apodo que lleva y motivación para nuevas generaciones de nadadores. El tiempo lo dirá. El poder es el poder.