• La Verdad del Sureste |
  • Jueves 18 de Abril de 2024

EL LIMBO DE LOS FEMINICIDIOS


VIRIDIANA GORDILLO MONTEJO


El país ha invertido en progresivas respuestas ante la violencia de género contra las mujeres: medidas legislativas, incluyendo la tipificación del feminicidio y la emisión de sentencias emblemáticas, entre otras. Esto no es suficiente. La alerta de violencia de género contra las mujeres es un mecanismo de protección de los derechos humanos de las mujeres establecido en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia emitida el 01 de febrero de 2007  y sus sucesivas reformas.
La discriminación y la violencia contra las mujeres y las niñas constituyen una de las violaciones a los derechos humanos más extendida y arraigada en el mundo. Impacta en la salud, la libertad, la autonomía, la seguridad y la vida de las mujeres y las niñas; limita el desarrollo de los países y daña a la sociedad en su conjunto. A pesar de la creciente toma de conciencia respecto a esta pandemia global, la inversión es insuficiente.
En los tres primeros años de gestión del priista Enrique Peña Nieto, 6 mil 488 mujeres fueron asesinadas en el país; en promedio seis cada día. De éstas, 1 mil 117 son niñas y adolescentes. El comparativo de las cifras de la primera mitad del sexenio del panista Felipe Calderón Hinojosa -antecesor en el cargo al actual presidente-, revela un incremento de estos crímenes: mientras que de 2007 a 2009 se perpetraron 4 mil 433 homicidios de mujeres, de 2013 a 2015 sumaron 6 mil 488. Esto significa que el aumento del número de homicidios de mujeres es mayor en 46 por ciento con el priista Peña.
La cifra nacional tiene un aproximado, pero no una cifra exacta porque, además, para aumentar la gravedad del tema hay que sumarle que los protocolos para definir el asesinato de una mujer como un feminicidio, todavía no se acaban de entender, así que, pocos los saben aplicar. 
En el artículo 21 de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, menciona que la violencia femenicida, es la forma extrema de violencia contra las mujeres por el solo hecho de ser mujeres, ocasionada por la violación de sus derechos humanos, en los espacios públicos y privados; está integrada por las conductas de odio o rechazo hacia las mujeres, que pueden no ser sancionadas por la sociedad o por la autoridad encargada de hacerlo y puede terminar en homicidio y otras formas de muerte violenta de mujeres. 
El riesgo, el miedo, el peligro lo corremos a cualquier hora del día. Al salir del trabajo, de algún convivio, al tomar un transporte público por “seguridad”, ya en estos días no sabemos que es lo más seguro para nosotras, pareciera que el ser mujer se minimiza.
Pero, a lo largo de las décadas de aparición de este vergonzante flagelo, hay lugares que se han convertido en íconos de homicidios de mujeres. Hace décadas fue Ciudad Juárez, Chihuahua –gobernado en ese tiempo por el panismo-. Ahora lo es el Estado de México que desde que Peña fue Gobernador se sumó a una larga lista de Estados con el mayor índice de agresiones contra la mujer –ese Estado siempre ha sido gobernado por el priismo.
Entre 2011 y 2013, las entidades que presentaron las tasas más altas en homicidios de mujeres son Guerrero y Chihuahua, Tamaulipas, Coahuila, Durango, Colima, Nuevo León, Morelos, Zacatecas, Sinaloa, Baja California. En el Estado de México aunado con los municipios de estas entidades, se encuentran poco más de la tercera parte de la población femenina del país, y es en estos donde se efectúan casi las dos terceras partes de los asesinatos contra mujeres, haciendo que en los Estados del centro del país sea más probable sufrir alguna agresión que en los Estados del norte del país.
Para 2016 y 2017, Puebla se ubica como el Estado donde más asesinatos de mujeres se han perpetrado. Más de 830 mujeres asesinadas entre julio de 2016 y 2017. Lo gobernó y lo gobierna el panismo. Puebla es un caso que aterra: en lo que va de un año, son más los homicidios de mujeres perpetrados en Puebla que los de varones. No es un asunto de competencia a ver a qué sexo se asesina más, sino sólo es un dato que sociológicamente sobresale y debe ser objeto de estudio y análisis. Estado de México se ubica en segundo lugar en este fenómeno: más mujeres asesinadas que varones en el lapso del último año.