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  • Domingo 24 de Noviembre de 2024

Mayoría de feminicidios en Chiapas son por violencia doméstica

Dichos feminicidios son cometidos por las parejas de las víctimas, pero también un gran número de ellos son contra mujeres migrantes

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Otras muertes son homicidios de los llamados incidentales, es decir porque las occisas se atravesaron en el lugar y momento en que no debían
La mayoría de los feminicidios en Chiapas son por violencia doméstica, no familiar, es decir cometidos por las parejas de las víctimas, pero también un gran número de ellos son contra mujeres migrantes, sostiene a La Verdad del Sureste, Martha Figueroa del Grupo de Mujeres de San Cristóbal de Las Casas, activista y defensora de los derechos de las mujeres.

     La abogada e integrante del Observatorio Ciudadano del Femicidio en Chiapas fue una de las ponentes en el Encuentro Regional de Mujeres del Sureste que se llevó a cabo en Villahermosa y concluyó hace unos días, fue organizado de manera conjunta por la Asociación Ecológica Santo Tomás y el Centro de Servicios Municipalistas “Heriberto Jara” (Cesem).    

     Otras muertes son homicidios de los llamados incidentales, es decir porque las occisas se atravesaron en el lugar y momento en que no debían, son raros pero incluso en estos el mayor número son mujeres, dijo la defensora de derechos humanos de Chiapas.

     En el primer semestre del 2009, según información de la Procuraduría General de Justicia de Chiapas, sostuvo en entrevista, 138 mujeres fueron asesinadas dolosamente en distintos puntos del estado y 66 de esos cadáveres, fueron declarados por esa dependencia como “indeterminados”.

     Cuándo yo pregunté a las autoridades qué significaba eso, mencionó Martha Figueroa, me respondieron que eran cuerpos sin identidad y que menos se sabía quién y cuando habían matado a esas mujeres.

     Nosotras llegamos a la hipótesis de que esas 66 mujeres eran migrantes, porque de no serlo se conocerían sus nombres aún en otros estados, ya sea por identificación de sus familiares o la ropa.

     Pero además, mencionó, son cadáveres que se encontraron en las calles o cercanías de 8 de los 118 municipios de Chiapas, todos ellos fronterizos o cercanos a la frontera como Ciudad Hidalgo, Trinitaria, Tapachula, Cantón Madero, San Cristóbal, entre otros.
    El colmo de ese  registro de homicidios dolosos de la procuraduría  es que uno de ellos ni siquiera registraba en donde había sido hallado.

     Con esos datos podríamos afirmar que el feminicidio en Chiapas y las entidades del sureste de la república, tiene sus diferencias con lo que ocurren en la zona norte o frontera norte del país, porque en esta última están muy “amarrados” a la industria maquiladora.

     Ante esa situación, algunos procuradores locales han declarado cosas oprobiosas en contra de esas mujeres que perdieron la vida, uno de ellos declaró que “las señoras se buscaron su suerte, que no son desaparecidas, sino chamaquitas locas que se fueron con el novio, porque sus mamás no la supieron cuidar” o que son cadáveres “de prostitutas guatemaltecas que avientan d este lado”.

    Actualmente Juan Sabines, el Gobernador de Chiapas “nos anda madrugando”, afirma,  al declarar que ya se legislará sobre el feminicidio, cuando ni siquiera tiene el número correcto de estos para justificar la creación de este tipo de delito penal.

    Martha Figueroa sostuvo que en el 2006, cuando presidía la comisión del feminicidios de la Cámara de Diputados Federal, Marcela Lagarde, la procuraduría de Chiapas le informó de un total de veintitantos feminicidios ocurridos en ese año, mientras en su reporte actualizado menciona solo 17.

     La abogada defensora y activista de los derechos de las mujeres con 22 años de experiencia sostiene que el problema del feminicidios es parte de la violencia en contra de las mujeres  y su no reconocimiento como ciudadanas ni personas.

     “Eso genera, en el pico más alto de la violencia, el asesinato doloso contra las mujeres”, puntualiza.  

      La abogada, en la conferencia que impartió en el encuentro mencionado, afirmó que los estados que participaron en ese evento tienen características similares, porque casi todos eran frontera, pero a la vez paralelismos muy fuertes con los de la frontera norte de México.

    Pero también agravantes porque son los estados más marginados del país, en contraste con los de la frontera norte.

     Geográficamente los estados del sureste se encuentran en una posición  estratégica para la economía y la seguridad, entre otras cosas y en los que está presente el asunto de la migración no solo interna, sino las de personas de  Centroamérica e incluso del Ecuador.

      Es revelador, dice, que en Chiapas tengamos consulados de Guatemala, El Salvador, Honduras y Ecuador.

    Es decir, somos frontera y eso nos coloca en situaciones, problemas y contextos similares y paralelos con la frontera norte, pero agravados por la condición de mayor marginalidad.

     Otro “color” que no diferencia a Chiapas, asegura, es que somos estados  megadiversos, no solo en flora,  fauna sino poblacionalmente, es decir a esa diversidad hay que agregar la de Yucatán, Tabasco, Oaxaca y Campeche, por mencionar algunos. Esa diversidad poblacional, hace notar, no es solo porque es la zona de mayor población indígena y de más grande número de pueblos originarios, sino de también de población extranjera, no solo de Centroamérica sino de Estados Unidos y Europa, que no es de ahora, sino de hace tiempo.
   Pero esa condición pareciera un contrasentido, asegura, porque todo parece indicar que entre más rica, la diversidad, peor estamos.

    Aquí está el petróleo, la producción de energía eléctrica, el agua, el café, el cacao y el maíz, es decir el paraíso, pero la población encuerada, hambrienta, en otra realidad.

     México, prosigue, es un país de múltiple riqueza, pero sobre todo el sur-sureste, pero eso, parece ser que en lugar de ayudarnos nos perjudica, no podemos disfrutar de esa naturaleza por la mala distribución de la riqueza.

     La biodiversidad y recursos, riquezas, posiciona estratégicamente a la región y la coloca en medio de todos los megaproyectos de las transnacionales, entiéndase Repsol, Elron, Monsanto, Bayer.

     También en la mira de los Estados Unidos y la Unión Europea, mediante los planes Puebla-Panamá, Mérida y Colombia, para aprovechar esas riquezas.

     “Hoy somos el botín de este capitalismo depredador y salvaje, que tiene a su alcance todos los recursos de la región, incluida la mano de obra, y eso igual va afectar a las mujeres”:

     Porque entre otras cosas, asegura, entre las asesinadas del sur, están las que se están manifestando en contra de las minas abiertas, de las empresas contaminantes, las que participan en la resistencia civil en contra de las tarifas eléctricas y están siendo criminalizadas hasta las que abortan, aun cuando muchas de ella pierden al hijo por cargar leña, porque están mal alimentadas o tienen 14 años y fueron embarazadas por sus padres”.

    Somos parte de ese botín, estamos en medio de los planes políticos, económicos y de seguridad, a nivel nacional e internacional, y encima de todo esto, en medio de un conflicto armado interno.

    No solo por la guerra emprendida por Felipe Calderón en contra del narcotráfico, ni tampoco por la presencia del EZLN, porque solo se firmó el primero de los seis acuerdos de San Andrés y nunca se cumplió, sino también por la existencia de  grupos guerrilleros de toda la vida.

     El EPR, el ERPI, el EZLN y otros grupos viejos como el Ricardo Flores Magón, el Francisco Villa, cuya presencia nos indica que estamos en medio  de un conflicto armado, solo que a estos luchadores sociales, que han surgido como un mecanismo de defensa social, colectiva contra esos megaproyectos, para el sistema y el gobierno  ya no son guerrilleros, sino terroristas y además narcos.

    Esa es nuestra realidad, agrega la abogada del Grupo de Mujeres de San Cristóbal.