Aún no agota sus lágrimas a pesar de que salen abundantemente cada vez que narra los hechos ante algún medio de comunicación, pero en su rostro hay una infinita tristeza.
Denunció la violación de los derechos humanos de mis nietos y los de mi hija, solicito el apoyo al pueblo de Tabasco y, “no se si soy ingenua al pedir la intervención del Gobernador de este estado Tabasco” y una audiencia para que escuche mi caso, mi hija sea liberada y pueda volver a tener a sus hijos.
No quiero pensar en que resulten ciertas las aseveraciones de Martín Alberto Medina Sonda, en el sentido de que en Tabasco él goza de grandes influencias políticas y empresariales, incluso para doblegar a la impartición de la justicia.
De manera pública, dice, hago responsable a Martín Alberto Medina Sonda y a sus supuestas relaciones importantes en el estado de Tabasco, de lo que pueda sucederle a mi hija, mis nietos y familia, temo que este hombre le invente más cargos a Ema Gabriela.
Incluso temo a que atente contra la vida de ella, porque si este hombre ha sido capaz de encarcelarla y arrebatarle de los brazos a sus tres pequeños hijos, estoy convencida de que es una persona que no tiene límites y es capaz de todo.
Espero que las autoridades den libertad a mi hija para que pueda recuperar a sus hijos, como lo ha dictaminado la autoridad yucateca, ya que desde su detención en la ciudad de Mérida, no sabemos de ellos.
También me preocupa que la demanda que ha interpuesto en Villahermosa, Martín Alberto Medina por la guarda y custodia de los tres niños, proceda, por los contactos políticos y empresariales, que él dice tiene con altos funcionarios del gobierno tabasqueño.
Es claro que lo que Medina Sonda no pudo lograr legalmente en el estado de Yucatán, lo está consiguiendo en Tabasco con su dinero e influencias, incluyendo la detención de mi hija.
Con esta acción no solo se están violando los derechos humanos de mi hija, sino que se está privando a mis nietos de los más elementales derechos que salvaguardan a la niñez, sino también enfrentando a la justicia yucateca que había puesto a los menores al resguardo de su madre.
Ruego a las autoridades de Tabasco, expresa la señora Canto Medina, actúen, conforme a derecho y le permitan la libertad absoluta a mi hija, limpien de toda duda, aquello de que el poder y el dinero pueden más que la legalidad y la verdad.
El caso de la detención de mi hija, afirma, es una franca violación a los derechos humanos y se asemeja mucho a lo que sucedió a la periodista Lydia Cacho.
Tabasco no merece ser señalado como un lugar de impunidad y tráfico de influencias, sino ser conocido como un estado de buenos valores, donde prevalece la verdad y el humanismo.
Pido al Gobernador que esta por terminar su mandato, tome cartas en el asunto y a todos los candidatos que ganaron en las últimas elecciones y que ofrecen cambios y mejores condiciones de vida para Tabasco, que se den cuenta de la clase de injusticias que existen aquí.
Estoy desesperada, me siento impotente, mis recursos son limitados, estoy fuera de mi ciudad, sola y suplicando apoyo, para que no se permita que siga encarcelada mi hija, una madre que está ahí por defender a sus hijos, finaliza Ligia Teresita Canto, también yucateca y residente de ese estado.