• La Verdad del Sureste |
  • Jueves 28 de Marzo de 2024

TEORÍA DE LOS “PATSYS”


EMMANUEL RUIZ SUBIAUR


El gregueriano: Yo no maté al Presidente, yo soy “un cabeza de turco”, un “hombre de paja”, un “chivo expiatorio”: “I Am A Patsy”, gritaba Lee Harvey Oswald a quien se le acusó el 22 de noviembre de 1963, de haber asesinado a John F. Kennedy en Plaza Dealey, Dallas, Texas.
    Excelentes negocios: a) alquilar, para cualquier caso escandaloso, “chivos expiatorios”, “cabezas de turco”, “patsys”; b) establecer un cuerpo de “genios tenebrosos” que diseñen, manufacturen y vendan “Teorías del Caso” en laboratorios, que luego se vendan como hipótesis de esclarecimiento de casos escandalosos; c) privilegiar la generación de confusión, desinformación, de tal manera que crezca la incredulidad.
    El asesino, asesinado. Lee Harvey Oswald fue detenido el 22 de noviembre de 1963 acusado de haber asesinado, cual experto francotirador, a John F. Kennedy. Lee Harvey Oswald fue asesinado a tiros, 2 días después –el 24 de noviembre-, con la televisión transmitiendo en directo, por Jack Ruby; Jack Ruby –asesino del supuesto asesino-, oscuro personaje de Dallas, dueño de un cabaret, a su vez murió ahorcado 4 años más tarde -1967-.
    Ese parece ser el primer antecedente famoso, en el mundo, del tipo de empresa o negociación que hoy está de moda en nuestro país. La empresa de alquilar y rentar “chivos expiatorios” (“patsys”), que, a cambio de pago de sumas de dinero mayores a las cantidades que significa el salario normal diario de los mexicanos, se echen la culpa de un crimen escandaloso y compurguen cárcel. Esto es, sustituyan al verdadero criminal.
    En los años 30 y 40, en EU, la mafia judío-italiana creó una empresa llamada Morder Inc. (Morder Incorpórated – Corporación de matones), que se “escabechó” a más de 400 personas previo pago; fue la negociación empresarial de sicarios más grande del mundo, hasta que Pablo Escobar, en Colombia, desde Medellín, aglutinó a más de 200 sicarios quienes asesinaron a más de 2000 personas previa paga por asesinarlos.
    El sicariato sigue en activo a lo largo y ancho del mundo como negociación que le da ingresos a miles de personas. Pero cada día es más difícil conseguir sicarios; y eficientes, más. Ahora la delincuencia organizada contrata a menores de edad para, si son detenidos, lograr sean liberados prontamente por ser inimputables. También contrata sicarios de utilería y desechables; de uso una sola vez.  Y aunque el gobierno federal se las ablandó mucho con el “nuevo” sistema de justicia penal, dado que “la presunción de inocencia”, concepto pésimamente entendido, permite que cualquiera ande en libertad “mientras no se pruebe que es culpable”, el sicariato migra lentamente a otro tipo de negocios. Se diversifica.
    Ahora, ofrece a esos que antes fueron sicarios como “chivos expiatorios” que se alquilan para echarse la culpa de cualquier crimen y proteger al verdadero criminal y pagar cárcel en su sustitución. Fácil: es tanta la necesidad económica, son tan miserables los salarios, es tan escaso el trabajo que, a cualquiera que bien le vaya en la vía de vida en el orden y la legalidad, no obtendrá ingresos arriba de 80 mil al año. Si le condenan al sicario “chivo expiatorio” (“patsys”), a 8 años de cárcel, la suma que podría ganar en libertad no pasa de 700 mil en esos 8 años. Así que, se contratan a “pagar cana” irse a la cárcel a cambio de una buena suma sin correr el riesgo de que le asesinen por sicario.
    Y como las autoridades han demostrado, día con día, estar urgidas de credibilidad –nadie cree sus teorías y las “aclaraciones” de los casos escandalosos- y que les urge tener uno que otro triunfo -aunque sea “falso positivo- de vez en cuando, pues, ya han institucionalizados grupos de “mentes” tenebrosas que inventen sus “teorías del caso” para procesarlas en la prensa y los medios de difusión, teorías que compran a dos manos. La Teoría de “Los Chivos Expiatorios”, o “Cabezas de Turco” o de “Los Patsys”, arranca de algo muy sencillo: el personaje asesinado sabe quién y porqué fue asesinado; así que, ¡vaya usted a preguntarle al muerto para que él le diga quién o quiénes lo asesinaron! Y sigue la teoría: la familia del muerto supone que alguien fue quien asesinó al muerto ¡pero cada familiar del muerto cree que fue una o varias personas distintas!, así que, sólo falta embonar la “teoría del caso” en la creencia de la familia del muerto; en la familia del asesinado hay una persona que es a la que se le hace caso o más se le oye, la teoría indica que hay que identificarlo para entrar en raport con él o ella; y por último: el tiempo es el mejor aliado del olvido. Y mientras avanza el tiempo, hay que hacer proliferar la confusión y la desinformación de tal manera que nadie crea nada. Caso resuelto. ¿La verdad? ¿La justicia? ¿Su procuración? ¿Qué son esas palabras? Lo mismo que la palabra “democracia”.