• La Verdad del Sureste |
  • Jueves 28 de Marzo de 2024

Urdimbres y texturas

UN DESARROLLO APARENTE


Teresita Bautista Valles.


  • El petróleo como centro de la ambición y motor de pobreza

En Nigeria el miedo se respira desde 1990. Ha tenido etapas en las que la lucha por la posesión del petróleo ha llevado al establecimiento de gobiernos corruptos, donde el ciudadano no es considerado como tal, es un invasor en sus propias tierras. La descomposición social de la vida en Nigeria ha propiciado un ambiente de muerte, persecución y la consolidación de una insurgencia que trata de robarle espacios a las empresas trasnacionales que se han asentado en la zona.  Parte de la geografía Nigeriana, es el Delta del río Níger, que desde la explotación petrolera en la década de los setentas en África ha tenido derrames de crudo durante cuatro décadas. Así que podrá suponer, estimado lector, el grado de contaminación que ese río tiene. Acabaron con la fauna de peces y aves de la zona, y hoy el panorama es desolador, pues el río y sus afluentes permanecen cubiertos de una gruesa capa de petróleo crudo.  La mancha de la expropiación de la vida.
    El delta del Níger, donde viven unos 31 millones de personas y es considerado uno de los diez más importantes ecosistemas de humedales y costas del mundo, es la principal región productora de petróleo en todo el continente africano, y la mayor petrolera internacional que opera allí es Shell(Proceso 2149)                                            
    Con un amplio historial de derrames (1,693, que admite Shell ) en el Delta del Níger, las soluciones en la limpieza de esos derrames sólo son a medias, igual que las acciones que beneficien a los ciudadanos;  pues socialmente, en materia de salud, educación y empleo, las trasnacionales que explotan el petróleo, sólo ahondan en el establecimiento de una violencia desde el Estado, y el gobierno local  hacia los habitantes de Nigeria. Un aparato gubernamental al servicio de la explotación.
    Nigeria como un punto de referencia de lo que puede ocurrir si no se toman las medidas cautelares en materia de medio ambiente y administración de los recursos naturales,  nos permite mirar desde Tabasco cómo se fraguaron esos años de infierno en un país que no ha protegido a las personas, sus recursos, y la vida social, por ponderar la entrada de empresas internacionales. Si bien se mira como algo alejado y extraño, cierto es que se está a un paso de que suceda la llegada de empresas que han fraccionado zonas de explotación, en un estado como Tabasco, cuya riqueza local (fauna, flora, recursos naturales, cerámica, zonas arqueológicas, gastronomía) lo hace un referente en el sur de México, con sus características que le ganaron el nombre del Edén del Sureste.  Están los nostálgicos que añoran el tiempo de Tomás Garrido Canabal y el establecimiento de un sistema productivo que realzaba el valor de los productos agrícolas, y ganaderos. Pero también están los que dicen, es necesario el desarrollo de medidas económicas que modernicen el trópico; lo malo, es que esa modernización implica la desaparición de mucho de lo que ahora nos hace ricos: El edén del sureste. Sólo en los procesos alimenticios, Tabasco es un referente gastronómico interesante: verde son sus guisos, verde su vegetación.
    Si las cosas siguen como están, la dinámica de esa violencia que atrapa, que arrebata la tranquilidad, el encono entre los propios vecinos por la envidia (porque existe y se multiplica), si rascaran tantito en las investigaciones de crímenes, secuestros y la violencia en sí veremos dónde estalla y se expande. Inicia con la envidia, por lo que no se tiene, y otros sí, por esa desigual manera en que ahora se está sobreviviendo; porque hay un sistema que te dice que debes tener hasta lo que no necesitas.  Fundamental, como dicen por ahí, es el rescate de la vida social en la entidad;  no es necesario que el poder, la política y las elecciones entorpezcan el desarrollo de la vida cotidiana, porque, ¿quién votará por los candidatos si –como dijo Keynes- a largo plazo estaremos muertos?