La contaminación de las aguas del río Grijalva, por descargas de aguas residuales es crítica y ante esa situación, la basura que se deposita en las riberas pasa a tercer o cuarto nivel de importancia, afirmó. Lo que se busca con ese programa, sostuvo, es eliminar la parte de contaminación visible, cuando esta es de más fondo y tiene repercusiones más directas a la salud. Dijo Ireta Guzmán que la Conagua debió ya obligar a las instancias del gobierno del estado y municipales, a cumplir con las normas establecidas para detener las descargas residuales a cuerpos de agua que están considerados bienes nacionales. Recordó que en el acuerdo del 2005, se establecía que para el 2006, debía existir una planta de tratamiento de aguas residuales en cada comunidad de 25 mil y un habitantes y para el 2010, una por cada centro de población de más de 2 mil 5001. Hasta el momento ningún ayuntamiento de los que ya operan sus sistemas de agua, ni el organismo del gobierno del estado SEAS, se ha ocupado del problema de saneamiento, afirmó, por lo que a seis años de acuerdo del 2005, ni siquiera han cumplido con las primeras metas. En el río Grijalva no existe una sola planta de tratamiento de aguas residuales y en Villahermosa solo opera, pero no al cien por ciento, la de la laguna del Camarón en Gaviotas, eso si, comentó, el gobierno del estado se está ocupando del problema futuro, construyendo una en lo que será Ciudad Esmeralda. Cuestionado respecto a estudios recientes que puedan revelar la situación de contaminación de los ríos y cuerpos de agua de la Villahermosa, Ireta Guzmán dijo que solo hay uno “que maneja Batel” de 1999, en el que se prueba que la contaminación de las aguas de los ríos de Tabasco es crítica, no solo por los residuos de químicos y grasas, sino por los elementos patógenos y de todo tipo que contienen las descargas urbanas a los cuerpos de agua. La Conagua en el 2002 también hizo un monitoreo y en sus resultados, mencionó que hay cuerpo de agua y ríos severamente contaminados y por lo cual sus aguas no deben tener uso agropecuario ni para la ingesta. Por su parte la delegación de la Secretaria del Medio Ambiente y Recursos Naturales, disponía de un laboratorio para monitorear las aguas de los cuerpos de agua de la entidad, pero en la actualidad no está funcionado, aseguro. Lo más preocupante es que la población que no dispone de servicio de agua domiciliaria, consume para ingesta y otros usos, de pozos artesianos o norias que seguramente padezcan enfermedades derivadas de la contaminación. Si la Secretaria de Salud Pública realizara en este momento una evaluación, seguramente encontraría un alto porcentaje de enfermedades gastrointestinales, dijo. En base a lo anterior, opinó, el programa de Conagua para levantar basura de las laderas de Grijalva, seguramente tiene el objetivo de ofrecer una imagen en el sentido de que le están dando atención al problema de contaminación del Grijalva, pero no es así, porque se requiere un plan integral, a fondo, que abarque también, la limpieza de las aguas. Por lo menos, dijo, la Conagua debería regular en esa materia a los organismos a los que les han concesionado esos recursos, pero por el contrario, permite que Villahermosa siga creciendo de manera anárquica y que nuevos fraccionamientos sigan descargando en los cuerpos de agua. Para limpiar de basura las riberas de los ríos de la ciudad, más barato sería que la población no la tirará ahí y una manera de educar a esos ciudadanos es aplicándoles las sanciones que la Ley del Agua y del Equilibrio Ecológico establecen para quienes contaminen cuerpos de agua. Pero el organismo obligado a normar en esa materia, expresó el integrante de Santo Tomás, “se dedica a colocar costales para prevenir inundaciones porque es un negocio”. El problema de la basura con ese tipo de programas es que la gente volverá a tirar ahí basura, tendría que levantarse la basura de manera constante y eso es desgastante, costoso e inútil, lo mejor sería realizar campañas de concientización y aplicar sanciones. Todavía está en el bando de Policía y Buen Gobierno del Centro, recordó Ireta Guzmán, lo de la aplicación de sanciones a quien sacara la basura antes de que se anunciara el paso del carretón y a quien tirara basura en la calle o desde los vehículos, pero nunca se aplicó. Vivimos un proceso de consumismo, se genera mucha basura de plástico y chatarra en volúmenes que la gente no quiere tener en su casa, pero tampoco hay lugares de confinamiento para que la gente deposite de manera directa esos desechos para su reciclamiento. Los municipios no han planeado qué hacer con la basura e instalar este tipo de confinamientos adecuados para ese tipo de basura y en el Centro solo hay uno que se ha convertido en un lucrativo negocio, agregó.
La contaminación de las aguas del río Grijalva, por descargas de aguas residuales es crítica y ante esa situación, la basura que se deposita en las riberas pasa a tercer o cuarto nivel de importancia, afirmó. Lo que se busca con ese programa, sostuvo, es eliminar la parte de contaminación visible, cuando esta es de más fondo y tiene repercusiones más directas a la salud. Dijo Ireta Guzmán que la Conagua debió ya obligar a las instancias del gobierno del estado y municipales, a cumplir con las normas establecidas para detener las descargas residuales a cuerpos de agua que están considerados bienes nacionales. Recordó que en el acuerdo del 2005, se establecía que para el 2006, debía existir una planta de tratamiento de aguas residuales en cada comunidad de 25 mil y un habitantes y para el 2010, una por cada centro de población de más de 2 mil 5001. Hasta el momento ningún ayuntamiento de los que ya operan sus sistemas de agua, ni el organismo del gobierno del estado SEAS, se ha ocupado del problema de saneamiento, afirmó, por lo que a seis años de acuerdo del 2005, ni siquiera han cumplido con las primeras metas. En el río Grijalva no existe una sola planta de tratamiento de aguas residuales y en Villahermosa solo opera, pero no al cien por ciento, la de la laguna del Camarón en Gaviotas, eso si, comentó, el gobierno del estado se está ocupando del problema futuro, construyendo una en lo que será Ciudad Esmeralda. Cuestionado respecto a estudios recientes que puedan revelar la situación de contaminación de los ríos y cuerpos de agua de la Villahermosa, Ireta Guzmán dijo que solo hay uno “que maneja Batel” de 1999, en el que se prueba que la contaminación de las aguas de los ríos de Tabasco es crítica, no solo por los residuos de químicos y grasas, sino por los elementos patógenos y de todo tipo que contienen las descargas urbanas a los cuerpos de agua. La Conagua en el 2002 también hizo un monitoreo y en sus resultados, mencionó que hay cuerpo de agua y ríos severamente contaminados y por lo cual sus aguas no deben tener uso agropecuario ni para la ingesta. Por su parte la delegación de la Secretaria del Medio Ambiente y Recursos Naturales, disponía de un laboratorio para monitorear las aguas de los cuerpos de agua de la entidad, pero en la actualidad no está funcionado, aseguro. Lo más preocupante es que la población que no dispone de servicio de agua domiciliaria, consume para ingesta y otros usos, de pozos artesianos o norias que seguramente padezcan enfermedades derivadas de la contaminación. Si la Secretaria de Salud Pública realizara en este momento una evaluación, seguramente encontraría un alto porcentaje de enfermedades gastrointestinales, dijo. En base a lo anterior, opinó, el programa de Conagua para levantar basura de las laderas de Grijalva, seguramente tiene el objetivo de ofrecer una imagen en el sentido de que le están dando atención al problema de contaminación del Grijalva, pero no es así, porque se requiere un plan integral, a fondo, que abarque también, la limpieza de las aguas. Por lo menos, dijo, la Conagua debería regular en esa materia a los organismos a los que les han concesionado esos recursos, pero por el contrario, permite que Villahermosa siga creciendo de manera anárquica y que nuevos fraccionamientos sigan descargando en los cuerpos de agua. Para limpiar de basura las riberas de los ríos de la ciudad, más barato sería que la población no la tirará ahí y una manera de educar a esos ciudadanos es aplicándoles las sanciones que la Ley del Agua y del Equilibrio Ecológico establecen para quienes contaminen cuerpos de agua. Pero el organismo obligado a normar en esa materia, expresó el integrante de Santo Tomás, “se dedica a colocar costales para prevenir inundaciones porque es un negocio”. El problema de la basura con ese tipo de programas es que la gente volverá a tirar ahí basura, tendría que levantarse la basura de manera constante y eso es desgastante, costoso e inútil, lo mejor sería realizar campañas de concientización y aplicar sanciones. Todavía está en el bando de Policía y Buen Gobierno del Centro, recordó Ireta Guzmán, lo de la aplicación de sanciones a quien sacara la basura antes de que se anunciara el paso del carretón y a quien tirara basura en la calle o desde los vehículos, pero nunca se aplicó. Vivimos un proceso de consumismo, se genera mucha basura de plástico y chatarra en volúmenes que la gente no quiere tener en su casa, pero tampoco hay lugares de confinamiento para que la gente deposite de manera directa esos desechos para su reciclamiento. Los municipios no han planeado qué hacer con la basura e instalar este tipo de confinamientos adecuados para ese tipo de basura y en el Centro solo hay uno que se ha convertido en un lucrativo negocio, agregó.