En Campeche, Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán, el porcentaje de las personas que viven en esta condición pasó de 29.2 en 2018 a 19.8 en 2024.
Un reciente análisis del Banco de México (BdeM), basado en el Reporte de las Economías Regionales del tercer trimestre de 2025, revela que el sur del país fue el protagonista de la mayor disminución de pobreza extrema durante el sexenio pasado.
A pesar de retos globales como la pandemia y la inflación de productos básicos, la región sur registró un avance sin precedentes en la mejora de los ingresos de sus habitantes.
El sur: De la rezago histórico a la vanguardia en reducción
La región sur —integrada por Campeche, Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán— experimentó el cambio más drástico en sus indicadores sociales. El porcentaje de personas viviendo en pobreza extrema por ingresos pasó del 29.2% en 2018 al 19.8% en 2024.
Para dimensionar este avance, el BdeM comparó los resultados con otras zonas del país:
- Región Sur: Reducción de 9.4 puntos porcentuales.
- Región Centro: Pasó de 11.1% a 7.6%.
- Región Norte: Bajó de 6.6% a 3.2%.
Los pilares del cambio: Ingreso laboral vs. Transferencias
Uno de los hallazgos más relevantes del banco central es que, si bien los programas sociales y las transferencias directas ayudaron, el factor determinante fue la evolución de los ingresos laborales.
El crecimiento del ingreso real (el poder adquisitivo del salario frente a la inflación) tuvo un peso mayor en el sur que en cualquier otra región del país.
El crecimiento del ingreso laboral fue el factor clave para reducir la pobreza extrema en el sur del país.
El reporte destaca dos mecanismos clave que impulsaron esta mejora:
- Crecimiento del Ingreso Real: Un aumento significativo en las remuneraciones del trabajo subordinado.
- Distribución del Ingreso: Una mejora relativa en las percepciones de los hogares con menores recursos, lo que indica que el crecimiento fue más inclusivo.
Superando la crisis: Pandemia y canasta básica
El BdeM enfatiza que este logro es especialmente notable debido a dos obstáculos críticos:
- El impacto del COVID-19: En 2020, la pobreza extrema aumentó en todas las regiones. Sin embargo, la recuperación entre 2020 y 2024 fue tan vigorosa en el sur que no solo compensó la caída de la pandemia, sino que superó los niveles de bienestar previos.
- Inflación alimentaria: La canasta básica se encareció notablemente durante el periodo. El análisis señala que el aumento en los salarios logró "amortiguar" y superar el impacto negativo del alza de precios, que fue más severo precisamente en los estados sureños.
Hacia un desarrollo regional equilibrado
A nivel nacional, el INEGI respalda esta tendencia, reportando que la población por debajo de la Línea de Pobreza Extrema por Ingresos (LPEI) descendió del 14.0% al 9.3%.
El Banco de México concluye que, para consolidar estos avances, es imperativo seguir fomentando condiciones que permitan un desarrollo regional equilibrado.
El reto hacia el futuro es mantener el dinamismo laboral para que la generación de ingresos propios siga siendo el motor que saque a más familias de la vulnerabilidad alimentaria y social.
