• La Verdad del Sureste |
  • Lunes 20 de Mayo de 2024

Denuncian en Las Abejas, reactivación de grupo paramilitar ‘Máscara Roja’

Uno de los factores para el regreso de este grupo es la “excarcelación masiva” de paramilitares presos por la masacre de Acteal ocurrida en 1997.


San Cristóbal de las Casas, Chis. La organización de la sociedad civil Las Abejas, de Acteal, denunció este sábado la reactivación del grupo paramilitar Máscara Roja en el municipio tzotzil de Chenalhó, y que “la transición gubernamental de Enrique Peña Nieto ha desatado una serie de hechos violentos, como una estrategia de amenaza para contrarrestar las protestas sociales que denuncian su imposición”.

    Pero las acciones “no sólo son contra los ‘anti-EPN’”, también organizaciones “que denuncian las injusticias y violaciones a los derechos humanos cometidos y gestionados por los gobiernos, bajo una lógica de contrainsurgencia” para “crear división y conflicto comunitario, hasta causar desplazamiento forzado”.

    El mismo gobierno “administra” los conflictos, como lo vino haciendo el gobierno estatal que concluyó hoy con las organizaciones de Tila, San Sebastián Bachajón y otras regiones autónomas, añaden Las Abejas. Tal estrategia “permitió la reactivación de los grupos paramilitares Paz y Justicia en la zona Norte y ‘Máscara roja’ en el municipio de Chenalhó’”.
    Además, la “excarcelación masiva” de paramilitares presos por la masacre de Acteal (ocurrida el 22 de diciembre de 1997), a partir del 12 de agosto de 2009, hasta la liberación de Manuel Santiz Pérez el pasado 25 de septiembre, “ha favorecido este reagrupamiento, que se de manifiesta en su coordinación con los que no fueron juzgados, y portan armas de fuego en las carreteras, los montes, el camino a las milpas y cafetales”.

    Esta dinámica ha hecho que en las comunidades de Chenalhó “se ostentan armas de fuego en donde sea”, lo que induce “temor y miedo en los sobrevivientes de la masacre, las víctimas de la guerra de baja intensidad y toda la población civil”. Las Abejas refieren “la tragedia reciente” del 5 de septiembre, cuando un priísta disparó por la espalda a Manuel Ruiz Hernández, base de apoyo zapatista, cerca de la plaza de Yabteclum.

    “La acción violenta del ejecutivo estatal no se limita a sembrar terror, sino continúa la estrategia de desgaste integral” con la que desde gobiernos anteriores se ha hostigado a nuestra organización pacifista”. Al gobierno, agregan, “le da pena aceptar su derrota en 2008, cuando Felipe Calderón Hinojosa y Juan Sabines Guerrero dividieron nuestra organización Las Abejas pensando que iban a desarticularnos; pero se equivocaron, lo que hicieron nos fortaleció, y nos hizo definir como la organización que somos en la actualidad”.

    No obstante, “los depredadores no dejan de hostigar a nuestro movimiento; ahora han reactivado a sus mensajeros, de la misma manera que en abril de 2010 cuando integrantes de la mesa directiva de la ‘asociación civil Las Abejas’ con sede en Nuevo Yibeljoj, que usan nuestro nombre, visitaron a los sobrevivientes de Acteal para solicitar los nombres de sus familiares muertos en la masacre para negociar con el gobierno una indemnización”. En esta ocasión, “sus comisiones se disfrazan de sobrevivientes, llegando a casas de paramilitares, de priístas, de integrantes de su asociación civil y de los nuestros, invitan a formar un grupo de sobrevivientes y solicitan sus nombres” para también “solicitar más programas asistenciales en nombre de los mártires”. La Organización Sociedad Civil Las Abejas y los sobrevivientes de la masacre de Acteal condenan dicha estrategia gubernamental y denuncian “enérgicamente” a quienes se dicen sobrevivientes pero no lo son: Juan Oyalté Paciencia (paramilitar priísta de Tzajaluk’um),

    Vicente Oyalte Luna (priísta de la comunidad de Acteal), Pedro Vásquez Ruíz y Juan Pérez Pérez (de la ‘asociación civil Las Abejas’).

    La organización legítima de Las Abejas, adherente de la Otra Campaña, sostiene que con esta estrategia, el gobierno pretende “desviar la exigencia de justicia” por la masacre, y que las personas que fungen de “comisiones” son “ordenados y formados por delegados del gobierno, igual que los paramilitares que mataron a nuestros hermanos, ordenados por el Estado y adiestrados por el Ejército”. Al gobierno “no le bastó con matarnos, no logró su propósito, por eso ahora trata de comprar nuestra consciencia”.