Estados Unidos elevó su participación en el conflicto entre Irán e Israel al lanzar un ataque aéreo contra tres instalaciones nucleares estratégicas en Irán: Fordow, Natanz e Isfahán, según confirmó el expresidente Donald Trump en su red social Truth Social.
El ataque, efectuado con bombarderos furtivos B?2 armados con bombas antibúnker de casi 14?000?kg (posiblemente GBU?57), partió desde bases en Misuri (o Wisconsin, según algunas versiones), alcanzando con éxito los blancos subterráneos protegidos, especialmente en Fordow. Trump subrayó que todas las aeronaves regresaron "sanas y salvas" y calificó la operación como un "momento histórico" para Estados Unidos, Israel y el mundo.
El expresidente advirtió además que Irán tiene un plazo máximo de dos semanas para cesar sus actividades nucleares, reiterando que la tregua no será suficiente: busca la eliminación completa del programa.
Desde Teherán, el ministro de Exteriores Abbas Araqchi respondió que una intervención militar norteamericana representaría "una amenaza extremadamente peligrosa para la región".
En simultáneo, el intercambio de bombardeos no se ha detenido: Irán lanzó misiles contra Tel Aviv y otras ciudades israelíes; Israel, en respuesta, continuó con ataques sobre blancos en Irán, incluidas instalaciones nucleares.
Autoridades iraníes reportan hasta ahora 430 muertos en su territorio, mientras Israel contabiliza 24 víctimas mortales, según informes oficiales.
