El ejército iraní lanzó una nueva oleada de misiles balísticos y drones hacia Israel, activando sirenas antiaéreas en zonas como Tel Aviv, Jerusalén y Haifa. Según el ejército israelí, al menos 24 personas han muerto en Israel durante esta escalada, mientras en Irán se estima un saldo de cerca de 225 fallecidos, incluidos altos mandos militares.
Las Fuerzas de Defensa de Israel lograron interceptar la mayoría de los proyectiles con sistemas como Iron Dome y Arrow, aunque algunos lograron penetrar el sistema defensivo, afectando infraestructuras tanto militares como civiles. En represalia, Israel llevó a cabo ataques aéreos contra al menos 12 instalaciones iraníes destinadas a la fabricación y almacenamiento de misiles y drones.
El conflicto ha dejado centenares de heridos, importantes daños en edificios residenciales y un despliegue masivo de refugios temporales para la población evacuada. La comunidad internacional sigue el desarrollo con preocupación, mientras Irán advierte que tiene misiles preparados para lanzar hacia bases estadounidenses en caso de una intervención militar directa de Estados Unidos.
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