El Grupo Parlamentario de Morena en el Senado ha aprobado por unanimidad el nombramiento de la senadora Laura Itzel Castillo para ocupar la presidencia de la Mesa Directiva. Castillo sucederá en el cargo a Gerardo Fernández Noroña, cuyo periodo concluye el próximo 31 de agosto. Este cambio se hará oficial con el inicio del nuevo periodo ordinario de sesiones el 1 de septiembre, consolidando un relevo que ha generado gran expectativa dentro del partido.
Los legisladores de Morena destacaron la vasta trayectoria política de Castillo y su inquebrantable compromiso con las causas sociales. La describieron como una figura de gran valía, resaltando su firme militancia de izquierda y una visión que la define como “una mujer de lucha, de grandes ideas y de firmes valores”. Su nombramiento es visto como un reconocimiento a su coherencia ideológica y a su trabajo en favor de los principios del movimiento.
Tras ser elegida, Laura Itzel Castillo expresó su agradecimiento a su bancada por la confianza depositada en ella. A través de sus redes sociales, aseguró que su gestión se regirá por la institucionalidad sin claudicar en sus principios. “Seré institucional y no claudicaré a mis principios, mantendré en alto y con orgullo mi afiliación y mi origen de izquierda para trabajar por el bien del pueblo de México”, publicó, reafirmando su compromiso con la ciudadanía y los valores de su partido.
La presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, no tardó en felicitar a la senadora por su nombramiento. En su mensaje, Sheinbaum lamentó la salida de Fernández Noroña, cuyo periodo estuvo marcado por intensas confrontaciones y el debate de importantes reformas constitucionales. La mandataria federal elogió a Castillo, a quien calificó como “una gran luchadora social”. Hizo especial hincapié en su filiación ideológica y en su legado familiar, destacando que es "hija de Heberto Castillo, un gran luchador social", lo que añade un valor histórico y de principios a su trayectoria.
Este cambio en la Mesa Directiva del Senado se presenta como una nueva etapa para la cámara alta, con una figura que, se espera, imprima su sello personal y político en los debates y decisiones legislativas que están por venir.
