"No había habido un gobernador que visitara a las comunidades. Y el que lo hace ahora no llega con las manos vacías", afirmó el presidente municipal de Comalcalco, Ovido Peralta Suárez, al dar la bienvenida a su paisano, el Gobernador de Tabasco, Javier May Rodríguez, a las 08:12 horas en una reunión con sembradoras y sembradores en el parque central Benito Juárez García.
Contento de estar en "su tierra y agua", el mandatario establecería un contraste entre los gobiernos pasados y el suyo. “El periodo neoliberal, que duró muchos años, casi 36, tuvo como prioridad apoyar a las grandes empresas de alimentos, olvidándose de los pequeños productores. Ahora estamos en una nueva etapa, invirtiendo en el campo como nunca se había hecho, acompañando a las campesinas y campesinos”.
El querido paisano estaba en su tierra desde las seis de la mañana del viernes 19 de septiembre, encabezando la mesa de seguridad, en la planta alta del Palacio Municipal, lugar que conoce muy bien porque fue dos veces alcalde. De allí salió caminando hacia la enorme carpa, acompañado del edil anfitrión.
Un aplauso caluroso al comalcalquense más querido y admirado marcó el inicio de la reunión con los 1 mil 318 campesinas y campesinos, quienes atestiguaron la entrega de los dos primeros plásticos a los sembradores Salvador Peralta y Lucía Bautista. Esta última, nativa de Cunduacán, agradeció al mandatario la confianza que les concede el programa Sembrando Vida estatal a las mujeres. “Nos comprometemos a trabajar para impulsar el progreso en nuestro estado”, agregó.
Abajo, doña Verónica Torres, asentía con la cabeza. Hasta hace unos años recodó que solo unos cuantos hombres recibían apoyos para el campos en su comunidad, Cucuyulapa. Pero eso cambió con la llegada del presidente Andrés Manuel López Obrador. “Es primera vez que tengo el beneficio. Le agradezco a Dios porque esta vez fui tomada en cuenta. Ahora sí los derechos son iguales, tanto para las mujeres como para los hombres. Gracias a un terrenito que fue herencia de mi madre, voy a trabajar con mis demás compañeros para hacer renacer el cacao”, contó emocionada.
Durante todo el evento donde se alcanzó la meta anual de 20 mil hombres y mujeres empadronados en Sembrando Vida Tabasco, las nubes se mantuvieron grises, presagiando lluvia. Algunas mujeres beneficiarias llegaron acompañadas de sus hijas mayores o de sus esposos a la entrega del plástico, en el que recibirán cinco mil pesos mensuales con el compromiso de que cultiven su propia tierra.
Quien pondría la nota alegre en el evento sería el dinámico subsecretario de Desarrollo Rural y Pueblos Indígenas, Julio César Gerónimo Castillo, ya que durante su intervención señaló otros beneficios adicionales de la tarjeta bancaria, como un seguro de vida, y si se trata de mujeres, el derecho a un estudio de mastografía. “También incluye servicio de gastos funerarios, pero no queremos que eso pase”, comentó, desatando las risas de los presentes.
En el momento en que la secretaria de Bienestar, Mayra Paloma López Hidalgo le preguntó a las y los agricultores si estaban contentos con el programa, éstos a una sola voz respondieron un “sí atronador”. Inmediatamente agregaría: “Antes había apoyos, pero llegaban a cuentagotas”.
Hasta atrás de la carpa, don Wilberth Pérez, que se sentó junto a sus vecinos de la ranchería Río Seco, primera sección, perteneciente al municipio de Cunduacán, también oyó a la servidora pública y confirmó lo dicho porque le tocó vivirlo y sufrirlo en carne propia: En el pasado obtuvo unos apoyos para el campo, pero además de dar muchas vueltas porque le pedían siempre un nuevo documento, lo mandaron a cobrar hasta Huimanguillo, todos eso hizo que perdiera ese programa.
"En cambio, con Sembrando Vida fue todo rápido. Y el apoyo nos va a llegar directamente con esta tarjeta que nos acaban de dar. Yo veo que dentro de cinco años, gracias a este programa, habrá mucha producción, pues ya desde ahorita el cacao tiene mejor precio. Lo que más desanimaba antes era que no había buen precio, imagínese, el cacao llegó a costar trece pesos, y así mejor ni lo cosechaban. Ahora la gente le va a echar ganas porque el Gobierno ha fijado un precio de garantía”, explicó el beneficiario feliz.
Antes de concluir el encuentro, May Rodríguez pidió levantaran la mano los sembradores y sembradoras de Cunduacán, y 812 manos se alzaron entre las cabezas caladas con gorras, sombreros o cabellos bien peinados; luego quiso saber dónde estaban los sembradores de Comalcalco, y 506 manos se alzaron.
“Este año ha sido seco, no ha llovido. Tenemos que cambiar. Todo esto que vamos a producir con técnicos es un aporte al planeta. Son 250 mil hectáreas, 250 millones de árboles sembrados en Tabsco, entre los dos programas, el federal y el estatal. Es un regalo de Tabasco al planeta. Tenemos una región con vocación cacaotera. Tenemos que sembrar el cacao ahora para tener una vida mejor. ¡Qué vivan los campesinos y campesinas de Cunduacán y Comalcalco!”, deseó. Y los nuevos sembradores y sembradoras que ahora llegan a 20 mil, gritaron: "¡Viva”.