Por otra parte, en redes se subraya que su equipo inició los preparativos de acciones ejecutivas para materializar su agenda antimigratoria desde el primer día de su gobierno.
“No es una cuestión de precio. No tenemos otra opción. La gente ha matado y asesinado, los capos de la droga han destruido países, y ahora van a regresar a esos países porque no se van a quedar aquí».
Esto es: «Al precio que sea”, asentó ante cadena NBC en su primera entrevista después de su victoria.
“Obviamente tenemos que hacer que la frontera sea fuerte y poderosa y, al mismo tiempo, queremos que la gente venga a nuestro país. Y sabes, no soy alguien que diga, ‘no, no puedes entrar’. Queremos que la gente entre”, aseguró Trump.
Durante su nueva campaña presidencial, Trump prometió convertirse en dictador por un día y; en su primera acción de gobierno, después del mediodía del 20 de enero de 2025, cerrar la frontera con México.
“(Los estadounidenses) quieren tener fronteras y les gusta que la gente venga, pero tienen que venir con amor por el país. Tienen que venir legalmente”, remató el republicano.
Y es que la estrella de su discurso durante la campaña ha sido prometer que, si llega a la Casa Blanca, llevará a cabo la mayor deportación de la historia de migrantes indocumentados. Afectaría a unos 11 millones de personas.
Trump respaldaría la bautizada como “Operación Aurora” con una ley utilizada en tiempos de guerra, que contempla la expulsión de los enemigos que invaden Estados Unidos.
Desde que fue promulgada, a finales del siglo XVIII; esta norma solo se ha aplicado en tres ocasiones: la guerra de 1812, la Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial.
Además, señala El País, las organizaciones latinas de derechos civiles han alertado de que la operación no se limitaría a los migrantes que no tienen documentos estadounidenses.
En numerosas ocasiones, Trump ha equiparado a los migrantes sin papeles con delincuentes que roban, matan y violan, por lo que los considera los enemigos del país.
Por otra parte, se señala que se pone fin el programa DACA, aprobado en 2012 durante la presidencia de Barack Obama; concedía el permiso de residencia y trabajo a los migrantes que llegaron al país de forma ilegal cuando eran niños.
A petición de varios Estados gobernados por republicanos, un juez de Texas paralizó el programa, que ya no acepta nuevos solicitantes. Los que entraron, unos 580.000 beneficiarios, pueden seguir renovándolo cada dos años.
Y se que los llamados “dreamers” llevan más de dos décadas en el país, son profesionales, han creado familias, echado raíces y la deportación les expulsaría del que consideran su país.
Por otra parte, con relación al programa aprobado por Joe Biden en junio de este año y manteniendo a las Familias Unidas se convirtió en la mayor reforma migratoria de su Administración al conceder la residencia a los cónyuges de ciudadanos estadounidenses.
Sin embargo, fue interrumpido unos días después por un juez federal de Texas, a petición del fiscal republicano Ken Paxton, que lideró a 15 Estados republicanos. Medio millón de personas más sus hijos podían beneficiarse del programa, conocido en inglés como Parole in Place.
Seguidamente, se indica que Trump revocaría (el estatus de protección temporal o TPS, por sus siglas en inglés) y «traería (a los inmigrantes) de regreso a su país”, dijo Trump en una entrevista a NewsNation el mes pasado.
El TPS protege a unas 330.000 personas que, de regresar a su país, sufrirían violencia, hambruna, las consecuencias de desastres naturales u otras condiciones potencialmente mortales.
Y es que el grupo más grande de beneficiarios del TPS es el de El Salvador (195.000 personas), seguido de Honduras (57.000 personas) y Haití (50.000 personas).
Además, Trump está en contra de que unas 530 mil personas estén en EE.UU bajo la protección del programa parole humanitario, de migrantes de Venezuela, Cuba, Nicaragua y Haití.
Finalmente, destacar que Trump prometió que eliminará la ciudadanía automática para los niños nacidos en Estados Unidos de inmigrantes que se encuentran en el país ilegalmente.
Trump afirmó que esa política supone un imán para los migrantes que vienen de cárceles e instituciones de enfermos mentales.
“Desde el primer día firmaré una orden ejecutiva por la que los hijos de extranjeros ilegales no reciban la ciudadanía automática”, prometió Trump.