De acuerdo con ONU Mujeres, los espacios digitales -que congregan a más de 5 mil 550 millones de personas de todo el mundo- se ha transformado en escenarios donde prolifera el discurso de odio, el acoso y la misoginia hacia las mujeres y estos lugares han sido identificados como la manosfera donde comunidades articulan ideologías antifeministas para anteponer narrativas patriarcales y excluyentes.
La manosfera también es conocida como la «machoesfera», ya que se trata de un término híbrido que convina la palabra man (hombre) y esfera. Se trata de una red creciente de comunidades digitales que, bajo la apariencia de abordar problemáticas masculinas como la paternidad, la salud mental, las relaciones efectivas o la autoestima, en realidad difunde discursos violentos contra las mujeres.
El informe del Secretario General de las Naciones Unidas sobre la violencia contra mujeres y niñas, señala que estos espacios surgen como una reacción directa del avance feminista para señalarse a sí mismo como «víctimas» ante los cambios sociales orientados a la igualdad de género. Esto lo hacen a través de foros, podcast, canales de video, videojuegos o redes sociales, de esta manera, la manosfera atrae a jóvenes hombres ofreciendo respuestas a sus inseguridades personales o frustraciones sociales.
El contenido que ahí articula, en lugar de fomentar la masculinidad reflexiva o positiva, perpetua estereotipos de género que equiparan el valor masculino con la dominación, el control emocional, las fuerzas físicas, el éxito económico y la subordinación de las mujeres. Datos de la Fundación Movember señalan que dos tercios de los jóvenes interactuar regularmente con influencers de la manosfera, lo que revela la creciente influencia de estas narrativas en la construcción de identidades masculinas contemporáneas.
La ONU Mujeres apunta que el lenguaje extremo y polarizante que prolifera en estas comunidades no solo legitima la violencia contra las mujeres y niñas, sino también puede actuar como una puerta de entrada a procesos de radicalización ideológica. Muchos de estos grupos enseñan que «ser hombre» implica ejercer poder sobre otros, alimentando conductas agresivas, actitudes discriminantes y un rechazo frontal a cualquier iniciativa sobre la equidad de género.
UNA RESPUESTA DE LA CUARTA OLA DEL FEMINISMO
De acuerdo con el artículo «Jóvenes en la manosfera. Influencia de la misoginia digital en la percepción que tienen los hombres jóvenes de la violencia sexual», el desarrollo y la potencialización de las culturas misóginas que navegan en la manosfera, es una contra respuesta de la cuarta ola del feminismo, la cual se caracteriza por denunciar la violencia de género, especialmente la violencia sexual, desde el entorno digital.
Movimientos como el #MeToo, han visibilizado las experiencias de las mujeres en el espacio público y privado, generando una movilización global que trasciende fronteras. Este comenzó en 2006 con la activista Tarana Burke cuando utilizaba esta frase en la red social MySpace para mostrar empatía a mujeres de que habían sido abusadas sexualmente. En 2017 fue retomado por Alyssa Milano tras la exposición de las acusaciones sobre el cineasta Harvey Weinstein.
A través de las redes sociales, el feminismo ha logrado democratizar el acceso a la información, crear redes de apoyo y fomentar una conciencia colectiva en torno a las desigualdades de género, consolidándose como un movimiento interseccional y transnacional que interpela tanto a las instituciones como a las prácticas culturales cotidianas.
Sin embargo, paralelamente al avance del movimiento feminista, han surgido respuestas antifeministas promovidas desde la extrema derecha e impulsando un discurso que niega la existencia de la violencia de género y la presenta como un mecanismo para criminalizar a los hombres. Este negacionismo ha penetrado en la esfera pública, especialmente en hombres jóvenes.
Por ello, la manosfera actúa como un espacio desde donde se construye la identidad masculina. Dentro de este entorno, los hombres encuentran respuestas y validación frente a la confusión que sienten por los cambios en los roles de género y el avance del feminismo. Comparten experiencias, frustraciones y consejos alineados a una visión hegemónica y tradicional.
¿CÓMO SE REPRESENTA A LAS MUJERES DESDE LA MANOSFERA?
Aunque los distintos grupos que conforman la manosfera no son homogéneos, en sus ideas, comparten un núcleo común: el rechazo a las mujeres y al feminismo. En estos entornos, las mujeres sueles ser representadas como manipuladoras, interesadas o como una amenaza para el desarrollo masculino, por lo que se vuelven objeto de burlas, cosificación y desprecio.
Entre las principales corrientes se encuentran los incels o célibes involuntarios son una cultura del internet en la actualidad donde se culpabiliza a las mujeres por no poder acceder a relaciones sexuales. Usuarios y usuarias, navegan ahí, en lo que se le conoce como la manosfera, un rincón violento más del internet, para intimidar, castigar y amenazar a las mujeres y los ataques y agresiones digitales ya han traspasado al mundo real.
De acuerdo con la investigación “Celibes Involuntarios: ¿terroristas? Análisis cualitativo del fenómeno Incel y discusión conceptual sobre el terrorismo”, su ideología es altamente machista y sigue los pasos de la masculinidad hegemónica tradicional en el que se busca perpetuar la dominación social masculina, la cual describen que «está en riesgo» gracias a los cambios sociales y económicos en el mundo.
Por lo general son varones jóvenes, solitarios, con dificultades sociales, violentos y con ideas violentas contra las mujeres en el que expresan un deseo y odio por su frustración sexual. Por ello, odian, violentan y se sienten superiores a las mujeres y a los hombres hegemónicamente atractivos. Particularmente, en ellos se puede encontrar las siguientes características:
Determinismo biológico: creen que los factores biológicos relacionados con la apariencia son inmutables y estos determinan el éxito romántico y sexual. Por ejemplo, nacer blanco, delgado, alto, entre otras características.
Jerarquía basada en el atractivo: aceptar la jerarquía social masculina por la capacidad de atraer parejas sexuales. Entre más alejados estén del hombre hegemónico, menos oportunidades tendrán con las mujeres.
Hipergamia femenina: sostienen que las mujeres buscan una pareja dependiendo del estatus socioeconómico que puedan obtener y del atractivo físico.
Desesperanza aprendida: perciben que su posición en la jerarquía masculina es inamovible, generan patrones de pensamiento fatalistas.
Sin embargo, existen otros grupos como el Movimiento por los Derechos de los Hombres (MRA), el cual sostiene que el feminismo ha perjudicado a los hombres, y que la sociedad favorece desmedidamente a las mujeres. De esta forma defienden la idea de sistema «ginocéntrco» en el que las necesidades masculinas son ignoradas.
También se encuentran los PUAs o Artistas de la Seducción que promueven tácticas de manipulación emocional y psicológica para lograr relaciones sexuales con mujeres, muchas veces minimizando o negando la importancia del consentimiento. Estos espacios suelen ridiculizar la empatía y promueven la deshumanización femenina.
Y los MGTOW (Hombres que Siguen su Propio Camino), quienes proponen la retirada voluntaria de toda relación con mujeres y, en algunos casos, de la sociedad en general. Alegan que el entorno social y legal actual está diseñado para perjudicar a los hombres, por lo que su estrategia es el aislamiento y la autosuficiencia total.
Entre los discursos de odio que promueven se encuentran:
La ideología de la pastilla roja, o tomar la pastilla roja: significa tomar conciencia de la realidad, una en la que el mundo favorece a las mujeres por sobre los hombres. Con base en la película The Matrix, sugiere que las personas que contradicen esta realidad han tomado la pastilla azul.
‘Todas las Mujeres son Iguales’ (AWALT, por sus siglas en inglés): acrónimo empleado para estereotipar a las mujeres.
Femoide (FHO, por sus siglas en inglés): “organismo humanoide femenino” es un término despectivo que sugiere que las mujeres no son solo menos que los hombres, sino menos que los seres humanos.
Hipergamia: término empleado de manera despectiva para hacer referencia a las mujeres obsesionadas con casarse con hombres de mayor estatus, atractivos físicamente y económicamente exitosos.
LOS PELIGROS DEL PENSAMIENTO DE LA MANOSFERA
De acuerdo con ONU Mujeres, la manosfera no solo daña a las mujeres; también perjudica profundamente a los propios hombres. Lejos de ser espacios de apoyo o crecimiento, estas comunidades digitales reproducen estereotipos rígidos sobre la masculinidad que alimentan comportamientos destructivos, impiden el desarrollo emocional y contribuyen a la perpetuación de la desigualdad de género. Como lo demuestran estudios recientes de Fundación Movember, los hombres que adoptan actitudes tradicionales y restrictivas sobre el género tienen mayores probabilidades de involucrarse en conductas de riesgo, abusar de sustancias, padecer depresión o experimentar pensamientos suicidas.
En paralelo, la forma en que la machoesfera representa a las mujeres también produce graves consecuencias. La difusión de mitos sexistas y jerarquías de género limita el acceso de las mujeres a oportunidades y derechos. Según datos de una encuesta internacional en apoyo a HeForShe, la generación Z está más expuesta que nunca a la retórica machista en redes sociales. Además, los jóvenes actuales son más propensos a sostener ideas retrógradas sobre los roles de género que los hombres adultos, lo que representa una amenaza directa a los avances logrados en materia de igualdad.
Otro riesgo importante es la radicalización. Aunque no todos los usuarios de la machoesfera derivan en conductas extremistas, investigaciones del Instituto para el Diálogo Estratégico (ISD, por sus siglas en inglés) demuestran que los foros de estas comunidades pueden convertirse en puntos de entrada hacia ideologías violentas. Muchos de los hombres que llegan a estos espacios lo hacen desde el aislamiento social, sintiéndose ajenos a la sociedad y vulnerables a narrativas que prometen poder y pertenencia a cambio de odio.