En 2023, Slim, a través de su conglomerado Grupo Carso, adquirió por 530 millones de dólares dos yacimientos petrolíferos a Petrobal, empresa de la familia Baillères. Posteriormente, lanzó un ambicioso proyecto de 1,200 millones de dólares para explotar un yacimiento de gas en el Golfo de México.
Además, Slim posee una participación minoritaria en el yacimiento marino Zama, que se estima contribuirá con el 10% de la producción petrolera de México. También colabora con Pemex en el desarrollo del proyecto de gas en aguas profundas de Lakach.
Estas inversiones no solo representan un interés comercial, sino también una inyección de confianza para Pemex, que enfrenta altos niveles de endeudamiento y diversos problemas operativos. Según John Padilla, director general de la consultora energética IPD Latin America, Slim es un "monopolista puro" que "juega en una liga distinta porque tiene unos bolsillos profundos a los que puede recurrir".
La participación de Slim en Pemex se alinea con los esfuerzos del gobierno mexicano para fomentar asociaciones público-privadas que fortalezcan la industria energética nacional y promuevan la autosuficiencia energética.