Solo con la verdad desinteresada se encontrarán las soluciones que ofrezcan posibilidades de tranquilidad, justicia y progreso para dos millones de tabasqueños que inhumanamente son oprimidas en interés del lucro y acumulación de poder de unas pocas familias y su clase política a su servicio.
Sería un engaño y alejarnos de las verdaderas soluciones, aceptar el actual discurso del químico Granier de que la CFE prioriza la generación de energía eléctrica en las presas y por eso nos inundan y de que luchará para que la paraestatal modifique a la baja, los niveles de agua para generación de electricidad en las presas. ¿Por qué será que los primeros en aplaudirlo son los mismos funcionarios del gobierno federal y de CFE?
Para empezar debe quedar muy en claro que:
1. Las inundaciones ocurridas en los últimos cuatro años, son resultado del proceso que opera el gobierno federal, para trasladar las actividades productivas y de servicios públicos a multinacionales, privilegiando la rentabilidad de sus negocios por sobre la seguridad y la economía de los habitantes de Tabasco;
2. Que esta política está alineada a los compromisos establecidos por oligarcas y gobiernos de derecha de Estados Unidos, Canadá y México en el Plan Puebla Panamá y el Acuerdo para la Seguridad y Prosperidad en América del Norte (ASPAN) para construir redes de gas, agua, electricidad que les permitan operar negocios hemisféricos, como ya lo han logrado con las cadenas de distribución tipo Wallmart;
3. Que su ejecución se facilita por la corrupción y entreguismo gubernamental local y federal y que sus impactos, en el caso de Tabasco, serán mayores por los crecientes efectos del cambio climático, que además se presenta en un territorio devastado por la actividad ganadera y petrolera implantadas de forma irracional.
4. Que precisamente, la política privatizadora en el sector eléctrico, dio la pauta para que el CENACE (Centro Nacional de Control Energía) , dependencia operativa de la CFE encargada de dar entrada o salida a cada planta del sistema nacional de generación, diera preferencia a los negocios privados; dejando sus generadoras solo para las horas de mayor demanda, lo que ha provocado mantener embalses con niveles críticos y crear condiciones de emergencia cuando se presentan las lluvias “atípicas”, dando paso obligado a la descarga masiva de excedentes y evitar que se siniestren las cortinas de concreto.
Que nadie se engañe: la Secretaria de Energía ya tiene previsto que para 2024 las hidroeléctricas disminuyan su aportación a 12% respecto al 22 % de aportación de electricidad actual y que la generación de productores privados crezca en ese año arriba del 65 %.
Lo que el pueblo de Tabasco y de México debe exigir, es la operación segura, óptima y estable de las presas del Alto Grijalva; hoy subutilizadas en lo que a generación eléctrica se refiere.
Este sistema de presas puede aportar más de 20 % de energía limpia y de menor costo del total requerido a nivel nacional. Este porcentaje corresponde a más de 12 veces la energía que se consume en el Estado de Tabasco.
Este, es el argumento más contundente para que los tabasqueños nos beneficiemos con una tarifa de energía eléctrica mucho menor a la actual, lo que coadyuvaría der manera importante a la reactivación económica y al desarrollo social del Estado. Claro, combatiendo las prácticas de corrupción e impunidad de la clase política local y federal.
Ing. Alfredo Hernández Peñaloza / Comité Nacional de Estudios de la Energía
