Momentos antes, el Gobernador de Tabasco, Javier May Rodríguez, subió tranquilamente al escenario, acompañado de la maestra Aurora Raleigh de la Cruz, presidenta honoraria del DIF Tabasco, para colocar la banda que acredita a cada una de ellas como embajadoras de sus respectivos municipios. Durante unos 17 minutos, la máxima autoridad del estado y el pueblo fueron uno solo, conteniendo la respiración y aplaudiendo a cada una de las 17 jóvenes tabasqueñas en su momento histórico.
Por las gradas semicirculares no dejaron de ir y venir los elementos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana y Guardia Nacional, la primer actividad multitudinaria de pre-feria transcurrió en paz y tranquilidad, desbordante de alegría, porque así lo quiso el pueblo.
Ángeles, que no había tenido oportunidad de conocer esta tradición anual, estaba también impresionada por la algarabía que se respiraba dentro. Ella se sentó junto con su familia y amigos para apoyar a la embajadora de Huimanguillo, Ariana Carmina Valencia Martínez. “Me parece increíble ver cómo la gente se une para esta fiesta que es del pueblo. Hay mucha vigilancia, a cada rato veo policías y guardias pasando. Vengan y disfruten de esta fiesta, por seguridad no se detengan”, expresó la joven del municipio de la piña.
La familia Pérez vive en el municipio de Centro, pero se sentó en donde estaba la porra de la embajadora de Balancán, María Fernanda Palma Miramontes. Lo más difícil fue convencer a la abuela de que los acompañara, pero ya viendo el confeti, las porras y las embajadoras, la mujer de la tercera edad se animó. “Es una fiesta muy bonita, un lugar para ser feliz. No dejen de venir y apoyar a nuestro estado”, dijo doña Silvia.
La silla de ruedas de doña Marinela Frías nunca ha sido impedimento para asistir todos los años a la imposición de bandas. Lo que “le encanta” de la Feria del Pueblo, en orden de importancia, son las embajadoras, los carros alegóricos, los juegos pirotécnicos y los bailes; “casi todo me gusta”, dice. Acompañada de sus hijos y nietos, considera que de ganar “está difícil porque todas están bonitas; de ganar, todas. Mis favoritas son Balancán y Centro. Aunque lo importante es divertirse, es la feria más bonita de todos los estados, la recomiendo, no se arrepentirán. Yo no me he perdido ni una desde 1980, en que yo era soltera, y ya tengo 66 años y me sigue gustando”.
Los tíos, primos, sobrinos y cuñadas de doña Laura Beatriz se sentaron en la porra de la embajadora de Tenosique, Corazón de Jesús Ramírez Jasso. Desde que arribaron ya querían moverse a ritmo de quien amenizó la pasarela de las 17 embajadoras, Chemaney. Para esta familia tabasaqueña, pasar un momento juntos es uno de los mayores regalos de esta fiesta popular, que les permite bailar, bromear y “echar relajo” sanamente. “Nos estamos divirtiendo muchísimo, venimos del Centro, pero le vamos a Tenosique. Este es un evento muy familiar porque nos permite estar juntos y pasar un gran momento. Y es completamente gratis”, agregó.
El ingenio no sólo se vio en las porras sino también en las botargas que algunas barras llevaron, como la de Jalpa de Méndez. La jícara no paró de saludar y bailar a quien pasaba por el pasillo de las gradas, incluso, hasta llegó a posar con tres elementos de la Guardia Nacional. “La idea surgió entre la porra misma, para llamar la atención y apoyar a la embajadora de nuestro municipio, Rosa Marlene Peralta Leyva. Ya la construcción de la botarga estuvo a cargo de nuestro compañero Tito, que por acá anda”, reveló el joven Gabriel, de apenas 16 años de edad.
Del lado de la porra de Centla, estaba Paola, con su familia y amigas. “Venimos del Centro pero le vamos a Centla porque mi mamá es de allá —se excusó—. Me encanta este momento. No se lo pierdan. Están invitados. Es un evento muy bonito. Esta sí es la Feria del Pueblo”, remató.