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  • Sábado 15 de Febrero de 2025

Don Miguel Martínez: Ahora sí me cumplieron, el gobernador es como nosotros, lo que promete lo cumple

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Villahermosa, Tab., 01 de febrero de 2025.- Ningún gobernador se había vuelto a parar por el poblado Hulería desde hace más de 18 años. La localidad, cuyo suelo de caliza comienza a acercarse más al de la península, está a 40 minutos de la cabecera municipal de Balancán.
“Ya llovió”, dice la profesora normalista Deifilia, que salió muy temprano de la ciudad para hablar con el gobernador. Apenas iban a dar las ocho de la mañana, y en la cancha deportiva atiborrada, reconoció a muchos colegas profesores, que vienen también por audiencia, además de muchos campesinos.
“Hay tanta gente que viene, yo creo que es la confianza que él dio. El Gobernador ha sido cercano a la gente. A Balancán ya ha venido dos veces”, agregó confiada de que el humanismo del Gobierno del Pueblo solucione un problema laboral que enfrenta desde el año 2018 con la Secretaría de Educación.
Por el altavoz, la maestra de ceremonia anuncia el arribo del Gobernador Javier May, pero éste se queda abajo del templete hasta que lo alcanza la alcaldesa del municipio, la profesora Beatriz Castañón Félix. Lo cortés no quita lo Gobernador, como quien dice. Arriba del escenario, la primera autoridad municipal le recuerda al caballeroso mandatario que cada vez que visita Balancán, ¡llueve¡.
Pese al temporal, la tierra de Hulería sigue compacta porque el suelo, a partir de aquí, se va acercando más al de la península. Tampoco a don Miguel Martínez la lluvia lo espantó. Con la sabiduría proverbial que regalan 70 años y apoyado en un par de viejos bastones, salió anoche del poblado Santa Cruz, donde lucen ya las casas con techos mayas de cuatro aguas, para pernoctar en el Balcón del Usumacinta, y llegar hoy al lugar de la Jornada de Atención.
Como la canción de Paquita la del Barrio, el hombre de la tercera edad ha sido engañado tres veces por el mismo número de administraciones municipales. “Ni lo que gasté para ir allá aquellas veces, no me dieron nada, me engañaron”, recuerda con tristeza el anciano, que tuvo que reciclar sus dos bastones.
A las puertas donde están los módulos, don Miguel todavía duda de que pueda sacar agua de ese molino, responde parafraseando el dicho. El servidor de la nación, Rafael Jesús Domínguez lo recibe, va a las mesas de recepción y trae el pase para que el abuelo recoja directamente su instrumento de movilidad. Tras firmar unos papeles con servidores públicos del DIF, recibe no uno, sino dos bastones relucientes para que sustituya el par viejo. No cabe de felicidad.
“Ahora sí me cumplieron. El gobernador es como nosotros, tiene palabra. Lo que promete, lo cumple”, habla eufórico.
El joven Rafael Jesús, servidor de la nación, que lo sostuvo del brazo en todo el proceso, tenía todavía la frente perlada de sudor por el esfuerzo. “Es robusto el doncito. Siento gran satisfacción de lo que hago, todavía no son ni las ocho y media de la mañana, y ya he ayudado a cuatro papitos que necesitaban bastones y sillas de ruedas. Yo tengo papás grandes y sé que pueden necesitar de la bondad de los demás. La instrucción del Gobernador es echarles la mano, estar cerca de ellos, como es este Gobierno del Pueblo”, acotó.