Don “ Toñito” como cariñosamente le dicen, nos narra parte de su vida y nos da su testimonio de manera muy segura y sencilla, diciendo que es feliz vendiendo cocos por la Gracia de Dios, porque seas como seas y hagas lo que hagas, aun si eres el más grande, sin Cristo no puedes ser Feliz y con Cristo por más que estés chiquito eres Feliz, seas rico o seas pobre, con Cristo es la vida y es la paz.
Esto lo digo por experiencia dice “ Toñito “, porque cuando estaba joven, tuve dinero, perdí una familia qué tenía, con muchas posibilidades y nunca fui feliz, al contrario me fui a pique.
Ahorita ganó menos pero ahorita tengo a Cristo en mi vida, ahora soy feliz.
Don “Toñito” siguió narrando, que desde hace 27 años, me dedico a la venta del coco, pero en el año 2005, senti la presencia de Cristo en mi vida, porque acepte a Cristo en mi vida; El me saco de donde yo estaba, mi vida era difícil porque no alcanzaba, no tenía clientes.
Ahorita los vecinos me quieren mucho, de hecho ya llevo 5 años que no me compro ropa, ellos me visten, los que están aquí mis clientes, me dan de comer a veces, ahora siento que soy amado, por la Gracia de Dios.
Don “Toñito” reconoce ... tengo el cariño de la gente que me compra, por la gracia de Dios y eso me hace feliz, porque siento que me aman y con la venta de los cocos nos da para vivir tranquilos y Feliz.
Don “Toñito” les hace la invitación a muchas personas que hoy como él vivió; antes comía lo que había, ahora no, cómo lo que me nace, le digo a mi señora, come lo que a ti te gusta, porque ya tenemos tu 55 años y yo 56 años, ya estamos inclinados hacia « allá «, le digo a mi señora comamos lo que queramos, que es muy diferente comer lo que haya o comer alguna cosa o algo especial, por eso hay que tener esa buena disposición con la esposa, de comer lo que les gusta y así son más felices, anteriormente comíamos con lo que nos alcanzaba, ahora ya por norma comemos lo que nos gusta comer, no lo que haya.
Antes comía lo que alcanzaba, lo que había, queramos o no queramos, se acostumbraba uno por hambre.
Ahora no, ahora la palabra de Dios se cumple en mi vida y en mi familia, porque dice Dios de que él es rico y él se hizo pobre para que nosotros, seamos ricos en todo.
Don «Toñito» reconoce que ese amor de Dios que tiene en su corazón, le da para vivir bien, para estar tranquilo y para estar feliz.
Don «Toñito» sigue narrando....la gente se ponen a platicar conmigo aquí y muchas personas vienen y me dejan propinas, a veces me dejan algún sencillo de cambio, me siento amado, siento el cariño de la gente, pero quien lo hace todo eso es Cristo.
Porque antes de aceptar a Cristo no tenía ese cariño de la gente, era rechazado, ahora con Cristo siento el amor de la gente.
Anteriormente era rechazado, hoy soy invitado, en los cumpleaños, en fiestas, es muy diferente ahora.
Ahora la gente comparte su vida de algún modo porque vienen y los escucho, aquí muchos vienen y me platican de sus problemas y a veces su vida es muy difícil y les digo que miren hacia arriba, que esta Cristo qué para el todo es posible y ahí está todo.
Gracias a Dios, mucha gente me dice que les gusta platicar conmigo, porque eso les ayuda mucho.
Don «Toñito» nos dice ...para ser feliz no necesita tener uno mucho dinero, no, es bonito el dinero, porque puedes ayudar a los demás que necesitan, pero en si no está la felicidad ahí, la felicidad esta en Cristo, ahí está todo, seas rico o seas pobre, porque hay cosas que el dinero no puede hacer, entonces es ahí donde viene el milagro de Dios, solo él lo puede hacer.
Don «Toñito» relata; que de hecho tenía un niño que este presentaba un tumor en el cerebro, los médicos dijeron definitivamente qué no se podía sanar, que quedaría vegetal o muerto.
Hice ayunos, les pedí oraciones a diferentes iglesias, ayunos, y el tumor desapareció, con Fe y amor a Dios, llevo a que el milagro se manifestara en ese niño.
Ese niño lo quiero mucho, como si fuera mi hijo, porque creció en mis manos con mi señora, está en mi corazón, le dije Señor, si te llevas al niño, llévame a mi primero, para que quiero vivir sin el niño, yo te acepte quiero caminar con la frente en alta, no quiero solo ir de mi casa a la iglesia, yo quiero portarme bien, gracias a Dios, ahí está el niño, ya tiene 13 años, está en Secundaria.
Le dije al Señor, si tú me lo dejas al niño, te prometo llevarlo en tu camino, y ahí está el niño, por eso con la frente en alto les digo a todas las personas, y aprovecho esta oportunidad, de que sí están viendo o están sufriendo de diferentes formas, hagan un compromiso con Cristo y no tienen la imaginación de lo que están pidiendo, Dios les va a dar mucho más de lo que están pidiendo, está escrito.
Yo era teporocho, lo único que le pedí a mi Señor es que me alejara del vicio, pero nunca le dije que me hiciera feliz y mucho menos le dije que me diera cariño de la gente, Dios me dio mucho más de lo que le pedí, no tenía donde vivir porque mi venta no me daba antes de conocer a Cristo.
Ahora con Cristo, ya no me falta el sustento, la casa, el cariño. Soy Feliz, llueve o truene, aquí estoy, pero no porque tenga hambre, es que estoy encariñado con la gente, yo sé que vienen con su bote, yo no quiero que regresen con su bote vacío, solo cuando no surten es que no vengo, porque en sí, estoy enamorado de mi trabajo, soy feliz porque hago lo que me gusta y porque recibo el cariño de la gente, desde hace 27 años vendo cocos, y también tengo ya 15 años vendiendo esquites, tres veces a la semana por las tardes.
Doy mi testimonio para Gloria de Dios. Amén.