Tras semanas de tensión al aire y un polémico debate público, Epigmenio Ibarra decidió que no había nada más que decir en un espacio que, asegura, “se llenó de furia, intolerancia y autoritarismo”.
Epigmenio Ibarra notificó a Gómez Leyva su decisión de no acudir al programa, argumentando que su despedida ya no tenía sentido. Ciro, visiblemente molesto, lamentó la ausencia del periodista y criticó que fuese “el único” de los colaboradores en no despedirse de la audiencia.
“Es una decisión de él, de Epigmenio, no estar hoy en este programa (…) Los otros tres colaboradores de la sección, ya conocida la noticia, Germán, Santiago y Arturo, decidieron sí despedirse fundamentalmente del auditorio. Epigmenio por las razones que sea consideró que ya no tenía ningún sentido”, dijo Ciro Gómez Leyva, declaró el conductor al aire, no sin dejar entrever cierto desdén por la ausencia de su excolaborador.
Epigmenio Ibarra, lejos de quedarse callado, usó su columna en Milenio para despedirse de su audiencia, sin dejar de lanzar duros señalamientos contra Ciro Gómez Leyva y su entorno.
“Todas esas personas que me escuchaban cada miércoles hoy me despido. No lo haré desde el estudio pues he decidido no acudir a esa última cita. Ya no ‘me queda la palabra’ en ese espacio donde la furia, la intolerancia, las órdenes a gritos y el autoritarismo característico de la derecha conservadora terminaron por imponerse”, escribió Epigmenio Ibarra en el texto titulado Que sea la suya rabia sin eco.
En su columna, el periodista acusó a Gómez Leyva de monopolizar el espacio mediático para imponer su visión política y calificó de “insostenible” su permanencia en el programa. “Que sea la suya, y la de muchos líderes de opinión que, como él, monopolizan los espacios más importantes de los medios, rabia sin eco”, sentenció.
Visiblemente afectado, Ciro Gómez Leyva calificó la columna de Epigmenio Ibarra como “hiriente de principio a fin” y aseguró que fue escrita para atacarlo directamente.
La relación entre ambos se tensó desde hace semanas, cuando intercambiaron comentarios al aire que dejaron en evidencia profundas diferencias ideológicas.
Los encontronazos llegaron a su punto más álgido cuando Gómez Leyva interpretó una de las columnas de Epigmenio Ibarra como un ataque personal (al calificar a Madrid, España, la ciudad donde ahora viven él y expresidentes como Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto y Carlos Salinas de Gortari, como el escondite de la derecha), lo que derivó en una discusión que tensó aún más su relación profesional y terminó con la salida abrupta de Epigmenio Ibarra del noticiero de Ciro Gómez Leyva, cargado editorialmente a la derecha.