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La entronización del exjugador profesional, Cecilio Ruiz Ferrer, al Salón de la Fama del Beisbol Mexicano, es un suceso histórico en el llamado “Rey de los Deportes” tabasqueño, por ser la primera persona en lograr tal distinción, como reconocimiento por su trayectoria brillante dentro de este deporte en el país.
El territorio estatal se caracteriza por ser semillero de lanzadores quienes acuñaron una carrera deportiva sobresaliente en las LMB y la LMP y, por esa razón, Héctor Madrigal Castillo, José “Chamaco” Leyva y Miguel Pereyra Castro, entre otros, permanecen en la memoria de los aficionados locales y foráneos.
Durante su andar por la loma de los disparos, Ruiz Ferrer, jugó para los equipos: Cafeteros de Córdoba, Tigres del México, Leones de Yucatán, Sultanes de Monterrey y, Olmecas de Tabasco, donde conformó el conjunto campeón a finales del siglo pasado y hasta hora el único gallardete logrado por un club local en la LMB.
También dejó muestras de su calidad como serpentinero en la LMP al jugar con Águilas de Mexicali, Cañeros de los Mochis y Yaquis de Ciudad Obregón. Es notorio un par de cifras, entre varias: como el liderato de juegos ganadores con la novena yucateca y con el club de casa se agenció el primer lugar de efectividad en diferentes campañas, respectivamente.
Pareciera que con la gloria deportiva alcanzada por el nativo del municipio tabasqueño Balancán, tendría una vida ecónicamente holgada tras su retiro; pero hace algunos ayeres hizo pública una petición de ayuda al gobierno de ese entonces el cual le respondió con un empleo en una institución gubernamental.En el deporte de cualquier parte del mundo existen historias contrastantes; competidores que lo mucho o poco que ganan por sueldos o patrocinios lo invierten, mientras, otros lo dilapidan. Actualmente esta actividad profesional ofrece salarios altos y, en algunos casos, estratosféricos. En el mal llamado amateurismo marcas de prestigios ofrecen sustanciales financiamientos.
Cecilio Ruiz Ferrer es ya un inmortal del beisbol nacional y a su vez ícono del deporte estatal, así como un ejemplo a seguir por las nuevas generaciones de peloteros, que ahora tienen el reto de construir una carrera deportiva superior a sus antecesores y con ello pelear otro sitio en el SFBM. El poder es el poder.