• La Verdad del Sureste |
  • Viernes 14 de Marzo de 2025

El horror en Jalisco, “es triste y doloroso”

Cada día se conocen más detalles escalofriantes

Publicado el:


Ciudad de México (Sputnik).- Mochilas, pantalones, zapatos, restos óseos, hornos clandestinos, cartas... Todo ello en un rancho en el occidente del país, donde pudieron haber sido cremadas cientos o hasta miles de personas, según testimonios recabados por organizaciones civiles. Era un centro de adiestramiento del narcotráfico y, también, un domicilio del horror.
Se trata del Rancho Izaguirre, en el municipio de Teuchitlán. Ahí, de acuerdo con los colectivos independientes de búsqueda que hicieron el hallazgo, integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) exterminaron y torturaron a cientos de personas que, presumiblemente, fueron privadas de su libertad con el objetivo de ser entrenadas para sumarse a las filas de la delincuencia organizada. Allí solo sobrevivía el más fuerte, el que resistiera los supuestos adiestramientos.
El predio no queda a más de una hora de distancia de Guadalajara, la capital de Jalisco y una de las ciudades más importantes de México. Tampoco es un punto ciego; de hecho, en septiembre de 2024, según la propia versión de la Fiscalía local, elementos de la Guardia Nacional “descubrieron” el lugar, donde se detuvieron a 10 personas, mientras que se rescató a dos y se halló un cadáver. Además, ese mismo mes, se hizo un búsqueda de posibles fosas y en el lugar incluso se usó una retroexcavadora, además de perros y medidores de suelo. Pero, aseguran las autoridades, no encontraron nada. “Ante los recientes hallazgos, los trabajos fueron insuficientes. Ante ello, iniciamos una investigación para determinar posibles omisiones de cualquier autoridad responsable y fincar responsabilidades”, se lee en un comunicado reciente de la dependencia. El lugar, detallan las autoridades, fungía como un centro de adiestramiento para los próximos integrantes del crimen organizado y cuenta con un área de entrenamiento táctico y otra de acondicionamiento físico. Pero todo apunta a que el lugar era, sobre todo, un punto de exterminio, pues hasta este 13 de marzo, un total de tres crematorios han sido hallados en el predio.
“Encontramos demasiadas prendas, zapatos y casquillos”
En entrevista con Sputnik, Raúl Servín, quien desde 2018 busca a su hijo desaparecido con quien comparte nombre, relata que desde septiembre y octubre del año pasado el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco comenzó a recibir denuncias anónimas sobre lo que ocurría en el lugar; sin embargo, el grupo no había podido asistir debido a la falta de recursos, pues trabajan de forma independiente y sin apoyo de las autoridades.
Fue el pasado 5 de marzo cuando el grupo, gracias a una donación de recursos, pudo viajar al Rancho Izaguirre, donde hicieron los hallazgos de cientos de pertenencias, armas y crematorios aún con algunos restos que pudieron salvaguardar para que se analizaran.
“Nosotros hicimos nuestras labores, tratar de recuperar restos humanos que fueron cremados, lo que más pudiéramos (...) En el lugar encontramos demasiadas prendas, demasiados calzados, artículos de uso personal y muchísimos, muchísimos casquillos, balas de gotcha y, lamentablemente, los tres hornos, pero estamos a la espera de verificar un cuarto horno”, detalla Raúl.
De acuerdo con datos de la Fiscalía de Jalisco, entre diciembre de 2018 y febrero de 2015, en el estado han sido hallados 186 sitios de inhumación clandestinos, siendo el municipio de Tlajomulco de Zúñiga el que encabeza la lista.
En tanto, el número de personas que han sido localizadas en estas fosas clandestinas asciende a 1.882 en el mismo periodo de tiempo.
La negligencia del Estado
El hallazgo realizado por el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco refleja varias aristas el panorama que vive México en materia de seguridad, siendo la principal y más preocupante la ausencia del Estado en la procuración de justicia, dice en entrevista con Sputnik el analista político mexicano Alberto Guerrero Baena.
Y es que, recuerda, el lugar ya había sido cateado previamente por elementos de seguridad e incluso por la Guardia Nacional; sin embargo, tras el hallazgo hecho por personas buscadoras el caso refleja también la falta de pericia por parte de quienes se encargan de hacer los cateos o una posible colusión.