En la mañanera de ayer, le preguntaron a la presidenta Claudia Sheinbaum si tenía pensado asistir a la inauguración de la feria programada para este jueves, luego que esta noche se elija de entre las 17 embajadoras a la Flor de Oro 2025.
La mandataria respondió que veía “difícil” poder acompañar al gobernador, Javier May Rodríguez, al corte del listón con lo que se inicia formalmente la máxima fiesta de los tabasqueños.
Entendible que le resulte complicado poder asistir dado sus múltiples compromisos de trabajo como titular del Poder Ejecutivo. Sin embargo, resaltó un detalle: su respuesta fue entre risas, lo que evidencia una relación cercana y de colaboración con el gobierno que preside May Rodríguez.
La presidenta aprovechó la pregunta de una reportera para señalar, una vez más, que la inseguridad y los homicidios dolosos han disminuido por la intervención y coordinación entre las fuerzas de seguridad federales y estatales, razón por la cual “Tabasco está estable”.
Semana tras semana, los partes informativos rendidos por la autoridad local así lo indican, como también lo confirman los datos reportados por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública; y, por si fuera poco, la asistencia multitudinaria al desfile de carros alegóricos del pasado domingo.
Ha bajado la incidencia delictiva y en el ambiente se respira una mayor tranquilidad, gracias a la presencia permanente en las calles y puntos estratégicos de la ciudad y de otros municipios considerados focos rojos del grupo de élite de policías y militares que integran la Fuerza Interinstitucional de Reacción Táctica (FIRT) Olmeca, que vino a poner orden y a garantizar la seguridad a los ciudadanos.
La inseguridad no es la misma que se enseñoreaba por todo el estado en 2024 ni siquiera la que se percibió en el primer bimestre de este año.
Los últimos tres meses del año pasado, fueron suficientes para que los gobiernos federal y estatal determinaran que la estrategia no estaba funcionando de la manera correcta y decidieron hacer los cambios pertinentes para bajar los índices delictivos y los asesinatos.
Y vaya que ha funcionado, aunque como la misma autoridad ha dicho, no es momento de echar campanas al vuelo ni bajar la guardia, porque la mañana no descansa.
CORTAR
COMPLICIDADES
Si antes los delincuentes actuaban con total impunidad, pues contaban con la protección y complicidad de mandos policiacos. Esos vínculos, lo hemos dicho infinidad de veces, permitieron que la inseguridad hiciera presa de los tabasqueños. Actuaban a la luz del día sin temor a ser detenidos.
Ahora lo piensan dos veces antes de desafiar abiertamente a la autoridad. Saben que el riesgo de ser detenido es mayor y por eso actúan en las sombras, en la clandestinidad. Aunque en aquellos municipios donde todavía tienen injerencia y aliados dentro de los cuerpos policiacos, como Paraíso, han dejado sentir su presencia.
Sin embargo, como también hay mucho trabajo de inteligencia ya no es una garantía de impunidad. Eso permitió a la autoridad descubrir las relaciones de complicidad del subdirector de Seguridad Pública con el crimen organizado y su probable participación en el asesinato de dos policías municipales de esa corporación.
Ya no es lo mismo que en el sexenio pasado. Este gobierno lo ha dicho con toda claridad: no pacta con delincuentes. El que la hace, la paga. Así de simple. Como no hay relaciones de complicidad con nadie, se procederá contra quien se aparte del camino de la ley y se vincule a actividades delictivas, como pasó con el mando de Paraíso, creyó que no lo iban a descubrir o que eran los tiempos del exsecretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Hernán Bermúdez Requena.
Ayer, en un evento en el Congreso local, el secretario de Gobierno, José Ramiro López Obrador, afirmó que esa captura es una clara muestra de que “no habrá impunidad para nadie”.
Durante seis años el crimen organizado hizo lo que quiso en Tabasco por esas relaciones de complicidad, y apenas van siete meses de la actual administración y los detractores le exigen que limpie en un santiamén toda esa podredumbre. No tienen ni tantita vergüenza.
Mostraron una actitud sumisa y diligente ante quienes se creían dueños de Tabasco. Les rendían pleitesía y les escribían loas en sus columnas. Los gobernantes de entonces se sentían todopoderosos, iban mes con mes a una estación de radio a mentir al decir todo iba muy bien y que los tabasqueños se sentían muy a gusto.
No había cuestionamientos ni editorializaban los hechos como ahora sucede. Ni ese conductor egocentrista se desgañitaba por la “terrible” inseguridad en que viven los tabasqueños como lo hace ahora. Eso se llama hipocresía aquí y en China.