El gobierno de Andrés Manuel López Obrador (2018- 2024) ha sido destacado por sus esfuerzos en la reducción de la pobreza en México, un logro que tanto él como su sucesora, la presidenta Claudia Sheinbaum, han calificado como histórica.
Según datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) el gobierno de AMLO logró una disminución significativa en los niveles de pobreza multidimensional y pobreza extrema en México.
De 2020 a 2024, la población en situación de pobreza disminuyó de 55,7 millones a 38,5 millones, lo que representa una reducción de 13,4 millones de personas (de 43,9% a 29,6% de la población). Entre 2022 y 2024, la reducción fue de 8,3 millones de personas.
En 2008, 12,3 millones de personas (11% de la población) estaban en pobreza extrema; Para 2024, esta cifra se redujo a 7 millones (5,3%), prácticamente la mitad.
Sheinbaum han señalado que esta reducción es la más significativa en las últimas cuatro décadas, superando los resultados de los gobiernos de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, en los que la pobreza aumentó o se estancó. Por ejemplo, durante el gobierno de Calderón (2006-2012), la pobreza creció de 49,5 a 53,3 millones, y en el de Peña Nieto (2012-2018), se mantuvo en torno a 51,9-55,3 millones.
La reducción de la pobreza se asigna a una combinación de políticas económicas y sociales implementadas por el gobierno de la Cuarta Transformación (4T):Incremento del salario mínimo de 88.36 pesos en 2018 a 248.49 pesos en 2024, un aumento del 182% nominal y 110% en términos reales, mejorando el poder adquisitivo de los trabajadores.
La inversión en Programas para el Bienestar ascendió a 2,73 billones de pesos entre 2019 y 2024, beneficiando a los sectores más vulnerables con transferencias directas, becas educativas, apoyos alimentarios y subsidios a la salud.
Las remesas récord, que superaron los 60.000 millones de dólares en 2024, jugaron un papel crucial, especialmente en comunidades de bajos ingresos.
Políticas orientadas a garantizar servicios básicos como educación y seguridad alimentaria, aunque el acceso a la salud mostró indicadores menos favorables.
Estos resultados se lograron a pesar de desafíos como la pandemia de COVID-19, que provocó un aumento temporal de la pobreza en 2020. AMLO destacó que la recuperación pospandemia, especialmente entre 2022 y 2024, fue clave para los avances.
EL HUMANISMO MEXICANO EN MARCHA
La presidenta Claudia Sheinbaum ha celebrado los logros de AMLO como una “hazaña histórica” de la 4T, enfatizando que refleja el éxito del “humanismo mexicano” y la economía moral que prioriza a los más pobres. En conferencias matutinas y mensajes en redes sociales, Sheinbaum ha presentado datos del INEGI y del Banco Mundial, que estiman que entre 9.5 y 13.4 millones de personas salieron de la pobreza entre 2018 y 2024.
La mandataria ha subrayado que el lema “Por el bien de todos, primero los pobres” no es solo una consigna, sino una realidad tangible. Ha destacado que los avances se deben a la redistribución de la riqueza, con un aumento del 35,9% en el ingreso de las familias más pobres frente a solo un 4,2% en las más ricas; la continuidad de las políticas sociales, con una inversión proyectada de 850 mil millones de pesos en 2025 para programas de bienestar, y a la reducción de la desigualdad, un logro que, según Sheinbaum, demuestra que el modelo de la 4T funciona.
La doctora Claudia también ha criticado a la oposición por cuestionar o intentar reducir los programas sociales, recordando que figuras como Vicente Fox y Marko Cortés han calificado de “flojos” a los beneficiarios o han contradicho sus promesas de mantener estos apoyos.
La oposición, conformada principalmente por los partidos PAN, PRI y PRD, han reaccionado ante los datos de reducción de la pobreza. Por un lado, algunos sectores han reconocido los avances, pero con matices críticos; por otro, persisten posturas que minimizan o cuestionan los logros de la 4T. Es, ante todo, una actitud mezquina.
Algunos opositores han admitido que la pobreza y la pobreza extrema disminuyeron durante el gobierno de AMLO, en contraste con el aumento masivo durante el período neoliberal (1982-2018). Sin embargo, este reconocimiento suele ir acompañado de críticas, como la afirmación de que los avances son insostenibles o dependen excesivamente de remesas.
Analistas han señalado que la dependencia de remesas (que muestran una tendencia a la baja) y los límites fiscales del gobierno de Sheinbaum representan desafíos para mantener los avances. También se ha cuestionado la propuesta de reducir la jornada laboral a 40 horas semanales, que podría afectar a las micro y pequeñas empresas, generando desempleo o informalidad.
Aunque eso decían de los aumentos a los salarios como medida de justificación para autorizar, en el periodo neoliberal, incrementos raquíticos, que resultaban una burla para la clase trabajadora.
Empresarios y el gobierno, respaldados por el Banco de México, decían que un incremento salarial mayor dispararía la inflación y tendrían un alto costo para el país, pero ya vimos que se trató de una soberana mentira.
El incremento a los salarios durante el gobierno de López Obrador, según el INEGI, es lo que más ha contribuido a disminuir la pobreza en México, y en menor medida los programas sociales.
Algunos opositores argumentan que las reducciones de pobreza no son exclusivas de AMLO, citando logros durante el gobierno de Vicente Fox (2000-2006). Sin embargo, los datos muestran que las reducciones en el sexenio de López Obrador superan en magnitud a las de gobiernos anteriores.
La oposición ha sido acusada de reaccionar con “rabia” o envidia ante los resultados, en lugar de celebrar la salida de millones de mexicanos de la pobreza. Por ejemplo, se critica que líderes como Felipe Calderón hayan aumentado la pobreza en su sexenio, mientras que AMLO logró revertir esa tendencia.
Les molesta sobremanera que la 4T haya logrado lo que ellos nunca quisieron hacer: saca de la pobreza a millones de mexicanos, que haya una distribución más equitativa de la riqueza.