La presidenta Claudia Sheinbaum tiene una tarea titánica. Debe enfrentar presiones del extranjero, de la oposición del PRIAN y de algunos facciosos de Morena.
A pesar de todo el desprestigio que carga a cuestas por el escándalo del caso Bermúdez Requena, Adán Augusto López Hernández, sigue queriéndose pasar de vivo con la presidenta Claudia Sheinbaum. Lo mismo sucede con Ricardo Monreal Ávila. Ninguno de los dos atiende la agenda legislativa de la mandataria, sino que trabajan su propia agenda y en el tema electoral, ellos no apuestan por la desaparición de las plurinominales ni por la reducción del financiamiento a los partidos políticos, dos de los temas que le interesan a la titular del Poder Ejecutivo.
Tanto Monreal como Adán Augusto fueron aspirantes a la candidatura presidencial de Morena en 2023, compitiendo contra Sheinbaum. Quedaron muy relegados en la encuesta y la decisión de que ambos asumieran los liderazgos en las cámaras de Diputados y de Senadores, si bien fue para abonar a la unidad en las elecciones de 2024, se han convertido en una cuña que no permite a la doctora asumir a plenitud el poder, porque estos dos personajes no la representan sino que le juegan las contras.
Esta competencia generó fricciones que persisten, ya que ambos han buscado mantener relevancia política tras no obtener la candidatura que afanosamente buscaron. Algunos analistas sugieren que las diferencias actuales son una continuación de esas rivalidades, especialmente porque ambos ocupan posiciones clave en el Congreso, lo que les da poder para influir en la agenda legislativa.
Monreal y Adán Augusto han sido percibidos en ocasiones como obstáculos para algunas iniciativas de Sheinbaum, particularmente en temas como la reforma electoral o medidas contra el nepotismo.
En redes sociales se ha llegado a sugerir, no sin razón, que ambos podrían estar resistiendo propuestas de Sheinbaum, como la eliminación de plurinominales, debido a sus propios intereses políticos o los de sus aliados.
UN ESTORBO LLAMADO RICARDO
En el pasado, Monreal se quejó por una supuesta falta de equidad en la contienda interna de Morena, especialmente durante el proceso de selección presidencial, donde señaló un favoritismo hacia Sheinbaum por parte de gobernadores y otros actores.
Sin embargo, él sí ha actuado en contra del movimiento. Lo hizo en las elecciones intermedias de 2021. Influyó mucho en la derrota de Morena en la capital del país en un intento por debilitar a la entonces jefa de Gobierno de la Ciudad de México con miras a la sucesión presidencial de 2024.
En ese proceso electoral, Morena perdió la mayoría de las diputaciones locales y federales de la capital del país y varias alcaldías, entre ellas, la de Cuauhtémoc. Monreal impuso a Sandra Cuevas en esa posición. El expresidente López Obrador y la jefa de Gobierno tomaron nota de esa traición.
Monreal pensó que con esa derrota sus aspiraciones presidenciales estaban acabadas. Se equivocó rotundamente, porque la hoy presidenta supo reponerse de esa dolorosa derrota. Logró revertir la situación adversa.
Ahora desde la Cámara de Diputados sigue actuando a sus espaldas para ponerle piedras en el camino, e inclusive tratar de dar un manotazo en la mesa después de que la presidenta cumpla dos años en el cargo, aliado con lo peor del PRIAN para hacerse del poder y recuperar privilegios.
Por su parte, Adán Augusto ha enfrentado señalamientos por presuntos vínculos con personajes cuestionables, como su exsecretario de Seguridad, lo que ha generado tensiones con Sheinbaum, quien busca mantener una imagen de integridad en la 4T. Estas acusaciones podrían estar influyendo en su postura frente a la presidenta.
Aquí en el estado en 2022 ordenó, siendo secretario de Gobernación, el despido de todo los que trabajaban en los gobiernos estatal y municipales que públicamente respaldaron las aspiraciones de la hoy presidenta. Acataron la orden sin chistar el gobernador y alcaldes afines.
Más de cien personas perdieron su empleo y fueron acusadas de “traidores” por los mismos que ahora atacan a la presidenta y al gobernador Javier May por haber actuado en contra de la mafia que impusieron en las instituciones de seguridad del estado.
Analistas políticos, como Jorge Zepeda Paterson, han sugerido que la presidenta debe por lo menos reducir la influencia de ambos líderes para consolidar su liderazgo, lo que ha generado resistencia por parte de Monreal y López Hernández.
Por ejemplo, se ha mencionado que la presidenta podría estar considerando "jubilarlos" políticamente o reemplazarlos en las coordinaciones legislativas, lo que los lleva a defender sus posiciones de poder.
LOS MALENTENDIDOS Y MAL ENTENDEDORES
La presidenta ha insistido en la unidad de Morena y por ello ha minimizado los conflictos como "malentendidos", pero las tensiones entre Monreal y Adán Augusto reflejan la existencia de "tribus" dentro del partido, al estilo del antiguo PRD, donde las ambiciones personales y las lealtades regionales generan fricciones.
Sheinbaum ha buscado mantener la cohesión del movimiento, pero los intereses individuales y las acusaciones mutuas entre ambos líderes han complicado esta tarea, como las que protagonizaron en diciembre de 2024.
Ante estos dos personajes, la presidenta debe fortalecer su imagen de autoridad y demostrar firmeza en la toma de decisiones, dejando claro que, aunque valora la pluralidad, su liderazgo es el que guía la dirección de Morena y del gobierno.
Utilizar el respaldo del expresidente López Obrador, una figura central en la 4T, para legitimar su liderazgo y alinear a las facciones de Morena. Su influencia puede disuadir a Monreal y Adán Augusto de actuar en contra de su agenda, aunque eso no es garantía de nada ante dos tipos de cuidado.
Mantener una comunicación directa con la militancia y la ciudadanía a través de eventos públicos y redes sociales, consolidando su imagen como lideresa indiscutible de la 4T, lo que limitaría el espacio de maniobra de Monreal y Adán Augusto, dos tipos con los genes priistas metidos hasta el tuétano.