El diario Milenio publicó este domingo, en su suplemento Dominga, un texto sobre la inseguridad en Villahermosa. El trabajo periodístico está basado por hechos que sucedieron en los albores de 2023 y en 2024.
Como la vez anterior en que su reportero Óscar Balderas escribió un reportaje en el que abundaron las exageraciones y e historias inverosímiles, como aquella que a partir de las siete de la noche, era riesgoso salir a la calle, que había un toque de queda y otras lindezas que solo existieron en la imaginación del periodista.
En esta ocasión, el reportero Alejandro Zuverza escribió un texto para sostener que la capital tabasqueña “arde” por la violencia desatada por los grupos delictivos que se disputan la plaza.
Ni siquiera se tomaron la molestia de revisar las cifras oficiales del primer semestre de este año que describe una situación totalmente distinta a la mostrada en el texto del periodista en el que repite lo que dijo hace unos meses su compañero de Milenio.
Vean esta joya:
“Recorro Villahermosa de norte a sur, de este a oeste. Son las siete de la noche en cualquier día de enero, febrero, marzo, abril o mayo y las calles, avenidas y plazas comerciales están vacías. Nadie lo ordenó, pero la gente ha impuesto su propio toque de queda. Se cuidan entre ellos con mensajes en los grupos de chat: “no vayas para allá”, “acaban de matar a uno”, “hay un bloqueo”. Cada advertencia es una línea más en el mapa del miedo.
Los medios tradicionales y sensacionalistas, como Milenio, son los que contribuyen a sembrar el medio que los grupos criminales tratan de sembrar con sus ejecuciones para hacer respetar e infundir miedo entre la población tabasqueña.
Es una historia burda, inventada que no se sostiene en los hechos. A las siete de la noche, hay el movimiento habitual de esta ciudad, no las calles “vacías” que solo pasa en la imaginación del reportero qué, como muchos periodistas capitalinos, acostumbrado a imponer su narrativa para mostrar a nivel nacional que Villahermosa es un infierno peor que Culiacán o Tijuana.
Según el reportero, “durante días” se dedicó a escuchar “las voces del pueblo” que “son más elocuentes que cualquier boletín de prensa:
–¡Ala!, están disparándose.
–¡Ala mecha!, ya mataron a otro.
–¡Ala máquina!, están quemando carros.
´Ala madre, Villahermosa arde´, pensé”.
Esas no son las expresiones propias de un tabasqueño. Eso es lo que el reportero de Milenio quiere hacerles creer a sus lectores. Es indudable que falta a la verdad, que eso es un invención suya. No es ético inventar narrativas para ajustar el texto periodístico a las necesidades informativas del medio.
MUCHO HA CAMBIADO
El texto es como un globo inflado que al primer pinchazo se desinfla. ¿Qué Tabasco vivió un infierno? Sin duda y ese infierno se desató con la ruptura entre Hernán Bermúdez Requena, según las autoridades, el “Comandante H”, y su segundo de abordo en la organización criminal “La Barredora”, Ulises Pinto Madera.
Es cierto que en 2024 hubo una alta incidencia delictiva que ubicó a Tabasco como la ciudad más peligrosa de todo el país por la escalada de violencia, que se registraron casi 900 homicidios dolosos.
Sin embargo, la situación actual no es parecida a la del año pasado. Hoy, contrario a lo que afirma el reportero, se respira más tranquilidad y paz, la población ha recobrado la confianza en las instituciones de seguridad del estado, pese a que en el sexenio pasado estuvieron en manos de delincuentes.
La estrategia de seguridad impulsada por el gobierno federal, con el respaldo del estatal, ha dado buenos resultados y logrado reducir la incidencia delictiva, las cuales, por cierto, ni se molestó el reportero en revisarlas, quizá le hubiera permitido tener un enfoque distinto su trabajo, como del infierno se ha pasado a la tranquilidad en menos de un semestre.
Pero claro, eso no vende, porque sería tanto como reconocer que los operativos sí funcionan y que Villahermosa no es como la pintan. Los lectores de Milenio merecen la verdad, no invenciones que se ajusten a la narrativa de Dominga.