• La Verdad del Sureste |
  • Jueves 25 de Septiembre de 2025

Los de abajo

En ridículo y debilitada a la oposición
 

Así la dejó el acuerdo de seguridad firmado por México y EE.UU.
 

Publicado el:

Alejandro Hernández


La oposición mexicana, particularmente la senadora Lilly Téllez y sectores afines al Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido Revolucionario Institucional (PRI) que apoyaron su postura, quedó debilitada y políticamente expuesta tras el acuerdo de seguridad alcanzado entre la presidenta Claudia Sheinbaum y el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio.
 

El acuerdo de seguridad firmado entre México y Estados Unidos, basado en los principios de reciprocidad, respeto a la soberanía, responsabilidad compartida y confianza mutua, frustró las expectativas de sectores de la oposición, que abogaban por una postura más intervencionista de Estados Unidos.
 

El acuerdo refuerza la postura de Sheinbaum de “cooperación sin subordinación”, desmontando la idea de que México necesita una intervención militar extranjera para combatir al crimen organizado.
 

Al establecer un marco de colaboración bilateral que excluye explícitamente la presencia militar estadounidense en suelo mexicano, el gobierno mexicano neutralizó el discurso de Téllez y de quienes apoyaban una mayor injerencia de Estados Unidos.
 

Sheinbaum aprovechó la reunión con Rubio para reafirmar que “México es un país libre, soberano e independiente” y que las disputas internas se resuelven en México, lo que resonó con el sentimiento nacionalista y debilitó la credibilidad de la oposición que parecía alinearse con la retórica de Trump.
 

La narrativa opositora, que buscaba presionar al gobierno federal acusándolo de complicidad con los cárteles, perdió fuerza ante un acuerdo que prioriza la cooperación bilateral sin comprometer la soberanía.
 

Su insistencia en el tema, como su celebración de la captura de “El Mayo” Zambada como prueba de la ineficacia del gobierno, no logró el impacto esperado, ya que Sheinbaum y Morena capitalizaron el acuerdo para reforzar su narrativa de éxito.
 

Sheinbaum afirmó que la oposición quedó en ridículo tras el éxito de la reunión con Rubio, ya que esperaba que no se lograra un entendimiento y que “le fuera mal a la presidenta”. Los opositores, dijo, buscaban que el país fracasara para cumplir con sus objetivos políticos, pero “se les cayó el teatrito” debido a los resultados positivos del encuentro.
 

La presidenta mencionó específicamente al panista Roberto Gil Zuarth, criticándolo por dar una entrevista a una cadena estadounidense “diciendo quién sabe qué cosa… pura mentira”.
 

Sheinbaum ironizó sobre los intentos de la oposición de desacreditar al gobierno, afirmando que sus esfuerzos fueron infructuosos frente al éxito del acuerdo.
 

Acusó a la oposición de basar su estrategia en “la mentira y la calumnia”, buscando que le vaya mal al país para obtener ventajas políticas. Destacó que el acuerdo, basado en principios de soberanía y cooperación, desbarató sus narrativas y demostró la capacidad de su gobierno para negociar con Estados Unidos sin comprometer la autonomía nacional.
 

La reunión entre la presidenta el secretario de Estado de Estados Unidos, tuvo como objetivo central consolidar un acuerdo de seguridad bilateral.
 

El encuentro, celebrado en Palacio Nacional, fue descrito por Sheinbaum como “muy cordial” y productiva, con un enfoque en fortalecer la cooperación en seguridad, migración y comercio, manteniendo el respeto a la soberanía mexicana.
 

Se alcanzó un entendimiento para combatir el narcotráfico, el tráfico de armas, el huachicoleo y la migración irregular, estableciendo un grupo de implementación de alto nivel para dar seguimiento a los compromisos.
 

SOBERANÍA Y RESPONSABILIDAD COMPARTIDA
 

El acuerdo se fundamenta en cuatro principios definidos por Sheinbaum: reciprocidad, respeto a la soberanía, responsabilidad compartida y diferenciada, y confianza mutua.
 

Durante la conferencia de prensa conjunta con el canciller Juan Ramón de la Fuente y Rubio, se enfatizó que el acuerdo incluye intercambio de inteligencia en tiempo real, capacitación conjunta y acciones para reducir el flujo de precursores de fentanilo hacia México y de armas desde Estados Unidos.
 

Sheinbaum destacó que México no permitirá ninguna intervención militar extranjera, reafirmando la postura de “cooperación sin subordinación”. Rubio, por su parte, subrayó la disposición de Estados Unidos para compartir información y realizar entrenamientos conjuntos, respetando las jurisdicciones de cada país.
 

Ambos países acordaron compartir información en tiempo real sobre actividades del crimen organizado, como lavado de dinero, tráfico de drogas y armas. Esto incluye alertas sobre grupos criminales que operan en México o cruzan la frontera.
 

Sheinbaum salió fortalecida de la reunión en términos de imagen y liderazgo, particularmente por proyectar control, soberanía y capacidad diplomática en un contexto bilateral complicado. El respaldo interno y los avances reportados en seguridad le dan un impulso político, consolidando su posición frente a su base y aliados.
 

En cambio, la oposición no ha presentado una propuesta sólida para combatir la inseguridad que compita con el acuerdo de Sheinbaum-Rubio. Las críticas se centran en descalificaciones, pero carecen de un plan viable, lo que limita su capacidad para capitalizar el descontento con la inseguridad.