Para fortuna del pueblo jalapaneco, esos nefastos servidores públicos que estaban opacando y conspirando contra la buena imagen del presidente municipal Luis Deyá, y por ende de su administración, han renunciado a sus cargos: Juan José Naguat Domínguez, secretario particular del presidente; Afín Díaz Torres, director de Asuntos Jurídicos; José Atila Gallegos Hernández, ex director del DIF Municipal y quien, desde hace dos meses, venía fungiendo como encargado de la Dirección de Protección Ambiental y Desarrollo Sustentable Municipal. Sólo se esperan las inminentes salidas del pechelista confeso Sergio Guzmán Brindis, director de Fomento Económico; y del Síndico de Hacienda, Liborio Correa López, un traidor a las causas sociales del senador Arturo Núñez Jiménez.
El cerebro pestilente de esas diatribas soterradas en contra de Luis Francisco Deyá Oropeza, provenían precisamente de su propio secretario particular, Juan José Naguat Domínguez, actitud perversa que asumió desde hace dos meses cuando su reciente esposa de nombre Virginia (casorio arreglado con fines políticos, dicen quienes lo conocen), fue sustituida como trabajadora del Cendi municipal. A partir de entonces mostró reticencia contra su “amigo” el presidente municipal. Luego empezó a rodearse de algunos directores haciéndoles ver que aspiraba a una diputación local por el PT. Por lo que pretendió formar un grupo dentro del ayuntamiento, a través del ex director del DIF Municipal, Atila Gallegos; del Contralor, Carlos Domínguez Pérez; del director de Fomento Económico, Sergio Guzmán Brindis; del director Jurídico, Afín Díaz Torres, y hasta del Síndico de Hacienda, Liborio Correa López, entre otros servidores públicos de bajo perfil en el área administrativa.
El secretario particular Naguat Domínguez daba a entender que su aspiración política tenía la venia del alcalde. Denotaba a propios y extraños, que él tenía el absoluto control político del ayuntamiento, mientras el alcalde se daba la tarea, de tiempo completo, a conseguir recursos adicionales dentro y fuera del municipio, en beneficio de las comunidades marginadas de Jalapa. En su mente enfermiza, el psicólogo de marras espiaba a los directores. Este sucio trabajo se lo encomendó, por algún tiempo, al francotirador Gabriel Field, un seudo periodista, provocando de este modo serios enfrentamientos con varios directores, pero sobresale el agarrón con el titular de Programación, Mariano Ramos Garduza, a quien lo acusaba de tener una relación sentimental con su secretaria en la oficina.
En su obsesión de ser diputado local a costa de lo que sea, Naguat descuidaba su función primordial de Secretario Particular del Presidente; y por el contrario fomentaba su ambición política, al grado que Sergio Guzmán Brindis le ofreció regalar 500 playeras de lograr su ambicionada nominación de candidato a diputado. En este tenor contactaba a la diputada Lorena Beaurregard y a su amiga de partido María del Socorro May López, actual directora de Protección Ambiental y Desarrollo Sustentable, en el gobierno de Jesús Alí de la Torre. Creó un ambiente de represión psicológica contra trabajadores a su servicio. En tanto los ciudadanos que llegaban a Palacio Municipal los recibía sin el más mínimo respeto. Jamás mostró cordialidad con los gobernados. “Los bateaba con una frialdad terrible”, dirían los críticos al referirse al viejo y recalcitrante régimen.
En esta red de complicidades, Sergio Guzmán Brindis, da todo el apoyo a través de Fomento Económico, al madracista Florizel Medina Pereznieto, “un ruin, cínico y corrupto político”, quien busca ser candidato del PRI a la gubernatura. Brindis anda en pleno proselitismo en apoyo de su “amigo”, el recalcitrante madracista: pechel. Las investigaciones del semanario Vanguardia, denotan que Brindis toma recursos de la Dirección con fines políticos, mientras descuidaba su trabajo a favor de las comunidades marginadas de Jalapa. No tiene programas ni proyectos que dinamicen la economía comercial e industrial para el municipio. “Brindis es un ególatra, un parásito que está haciendo mucho daño al ayuntamiento”.
El que dice ser genio de la política, el todopoderoso, Liborio Correa López, ahora pretende entrampar a Luis Deyá, controlando a su favor algunos regidores, haciéndose de la víctima de un enorme fraude que estuvo a punto de cometer, pero la revista Vanguardia lo paró en seco. Y su ganancia de tres millones y medio de pesos se le fueron de la bolsa. Sus ambiciones personales no tienen límites, dicen sus propios amigos. Por eso busca venganza. Miembro “destacado” de la agrupación José María Pino Suárez, navega con la bandera de la honestidad cuando en realidad es un sátrapa vividor de la política que tiene engañado al senador Arturo Núñez. ¿Cuál su última historia fraudulenta en Jalapa?
El semanario Vanguardia en su edición del 17 de agosto pasado, narra esa deslealtad: “Se asegura -en las élites de poder de Jalapa- que el “todopoderoso” funcionario del Ayuntamiento, de las 90 hectáreas que tenía en el ejido Emiliano Zapata, recientemente vendió 60 hectáreas de su rancho en tres millones y medio de pesos, dinero que utilizó para adquirir un rancho a la familia Ocaña y que se ubica a las orillas del pueblo.
“La propiedad le salió en lo mismo, pero dicen que nada tonto, este nefasto personaje ahora quiere venderle al Ayuntamiento en siete millones de pesos para salir ganancioso, pues esa operación le redituaría una ganancia de tres millones y medio de pesos”.
Pero ¿sabe usted a quien envió Liborio Correa para entrevista con el presidente municipal y hacerle tal compraventa del terreno con el argumento de construir oficinas para el ayuntamiento o casas de interés social? Nada menos que el propio corredor de bienes y raíces que le vendió las 60 hectáreas, y que, a la vez, operó para adquirir el rancho de la familia Ocaña: Abraham Hernández Correa. La revista Vanguardia tiene en su poder fotocopias de las escrituras y deslindes de los terrenos adquiridos por el flamante Síndico de Hacienda del ayuntamiento de Jalapa, y de la fina ganadería que ya presume; así como de su negro historial cuando fue presidente municipal por un año: 1992-1993 de Jalapa.
Mi renuncia
He renunciado al cargo de subcoordinador de comunicación social del ayuntamiento de Jalapa por dignidad. De ningún modo puede ser desleal con mi amigo Luis Francisco Deyá Oropeza. Juan José Naguat Domínguez estaba orquestando desde la clandestinidad y siendo aún Secretario Particular del Presidente, la edición de un pasquín denominado LA VERDAD DE TABASCO con fines políticos para su beneficio personal, pero a la vez chantajear al edil para que éste apoyara su loca obsesión por ser diputado; y de paso intimidar a los directores considerados sus enemigos. Naguat me había encargado, pagado por él mismo, y avalado por Afín Díaz Torres, la edición a colores de dicho pasquín por la cantidad de tres mil pesos. En esta edición se quería congraciar con el Secretario de Gobierno de Gobierno, Humberto Mayans Canabal, quien ya lo considera el sustituto de Andrés Granier Melo. Yo, José Luis Lara López, me deslindo de esta infamia que estaba a punto de cometer el propio Secretario Particular de Luis Deyá, un presidente municipal de oposición que merece todo mi respeto y gratitud por la oportunidad que me brindó al haber servido con honestidad el área de comunicación del ayuntamiento de Jalapa.
Posdata: Con la publicación de La Verdad del Tabasco, el libelo de marras abortado, Naguat Domínguez pretendía confrontar a Luis Deyá con Arturo Núñez, Raúl Ojeda, Javier May Rodríguez y con el propio Andrés Manuel López Obrador. Y después erigirse como intermediario en las posibles negociaciones con aquellos personajes de la oposición en Tabasco. a