En la obra de Álvaro Ruiz Abreu “Pellicer poética de la luz”, se narra que: “Carlos Pellicer Cámara murió el 16 de febrero de 1977, en el Hospital de la Raza de la Ciudad de México. En enero había cumplido ochenta años de edad, y su energía era a todas luces envidiable. Ya no era el “poeta de América”, sino un gran poeta. Era las 11:30 de la mañana cuando el tiempo se le agotó. Aquejado de una grave peritonitis, sufrió un paro cardiaco que superó, fue sometido a una operación, y luego vino el final. Mantuvo su lucidez acostumbrada hasta el último momento, que le permitió vislumbrar que venía a buscarlo la muerte, según se desprende del recado “inocente” que le envió a su ama de llaves. “Dígale a Chavelita que me van a operar, que rece por mí.” (Ruiz Abreu. 2007: 129).
Durante el resto del día 16 de febrero de 1977, los tabasqueños y villahermosinos conocieron la trágica noticia, que causó conmoción en los diversos grupos sociales de la localidad. Pellicer murió siendo senador del PRI. Fue reconocido y admirado por propios y extraños. El día 17 de febrero, los medios de comunicación abordaron la noticia de la muerte del poeta, recordaron su obra, las actividades que él había realizado tiempo atrás y la agenda cultural que pensaba llevar a cabo, como la realización del Museo del Arte en Tabasco. Ese día, el gobierno del estado encabezado por Rovirosa Wade, declaró tres días de duelo en todo Tabasco, a través del decreto 1628, para rendirle tributo y homenaje al poeta fallecido.
El mismo 17 de febrero, el abogado Juan Antonio Ramos publicó un artículo en su tradicional sección “Tiras de papel”, en él acuñó la frase: “Vivió en riña con el silencio y hoy ingresa, como huésped singular a la morada del silencio.” Después de este artículo, se publicaron muchos más junto con las esquelas y los pésames de instituciones, familias, ayuntamientos, asociaciones de profesionistas, etcétera.
Mientras los restos del poeta eran incinerados en la Ciudad de México y el Senado le rendía tributo; y políticos y poetas mostraban su pesar por la partida del tabasqueño.
En Villahermosa, Enrique Pérez Mendoza publicó un poema en honor a Pellicer: Bartolo Jiménez Méndez explicó cuál era la trascendencia cultural e histórica del poeta; la Escuela de Derecho de la UJAT, encabezada por el Lic. Madrigal Moheno se unieron a la pena que embargaba a los tabasqueños, con eventos culturales. Por su parte, en el Rumbo Nuevo se publicó la entrevista realizada por Jorge Armando de la Cruz, titulada: “No tengo miedo a la muerte: Carlos Pellicer”.
Así, entre el asombro, el pesar y el recuerdo de Pellicer, en el contexto de su muerte, los tabasqueños decidieron hacerle una serie de homenajes que empezaron el día 23 de febrero de 1977, para honrar la memoria del máximo de sus poetas. A la 7 de la mañana, en las radiodifusoras locales se leyeron poemas de Pellicer y en las instituciones educativas y culturales iniciaron mesas redondas, conferencias y exposiciones. A las 12 horas, el Congreso del Estado y la XLIX Legislatura emitieron el decreto por el cual, a partir de esa fecha, el museo de la ciudad de Villahermosa llevaría el nombre de Carlos Pellicer Cámara. Ese día también se organizaron actividades culturales en el Congreso del Estado, que concluyeron con un recital poético. Mientras tanto, en la Escuela de Derecho, se abordó la historia del poeta y se leyó parte de su obra, participaron Alicia Delaval e Hilda del Rosario en un evento amenizado por la Orquesta de Manuel Merino Pérez.
Las actividades del homenaje póstumo a Carlos Pellicer, continuaron hasta el día 28 de febrero de 1977, en ese contexto se difundió su obra literaria y cultural. Los oradores tabasqueños no se cansaron de pronunciar frases elocuentes y reflexiones en torno a la vida intelectual y social del poeta. Por ese motivo, se publicó el ensayo de Juan José Arreola: “Carlos Pellicer”, en que narró e interpretó la vida del escritor. Se elaboraron caricaturas del poeta; Edwin Macario Rodríguez publicó sus poemas dedicados a Carlos Pellicer.
Lo mismo hizo Francisco Azcanio con otro poema; también Isabel Rullán Izundegui publicó un artículo y el Dr. y pintor Miguel Gómez Ventura expuso su producción pictórica: “Joyas arqueológicas del Parque Museo La Venta”, compuesta de 50 piezas de acuarela, que realizó por encargo del poeta Pellicer.
Carlos Pellicer Cámara murió un 16 de febrero de 1977, pero su presencia sigue aquí con nosotros, en nuestra vida cotidiana, como inspiración y como ejemplo para todos aquellos que queremos reivindicar la identidad tabasqueña y que queremos mostrar nuestra cultura y nuestra historia al mundo. Por eso está constantemente en nuestra memoria tabasqueña.