La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, firmó a mediados de octubre una iniciativa para regularizar a los 658.000 trabajadores de aplicaciones digitales que laboran en el país latinoamericano, según estimaciones de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS).
En palabras de la mandataria, la iniciativa busca garantizar el acceso del gremio a todos los derechos laborales reconocidos en la constitución, incluida la seguridad social a través del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), pago de utilidades, acceso a crédito del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para Trabajadores (Infonavit) y seguro contra accidentes de trabajo, entre otros.
“El objetivo es regular y permitir que las y los trabajadores tengan derechos amparados por la ley. Algunos trabajarán dos horas al día, se reconoce eso, no necesitan trabajar tiempo completo; algunos trabajarán ocho horas al día, algunos trabajarán hasta más. Todo eso tiene que ser regulado. ¿Para qué? Para beneficio de las y los trabajadores”, aseveró la jefa de Estado desde Palacio Nacional, la sede de su Gobierno.
Una vez que se dio a conocer la propuesta, diversos medios de comunicación nacionales, citando a expertos o a voceros de las aplicaciones, comenzaron a advertir sobre los riesgos de regular a este sector de la clase trabajadora mexicana. En ese sentido, advirtieron que la reforma podría encarecer el servicio hasta en un 50% y provocar la pérdida de empleos en el sector.
Las plataformas están abiertas al diálogo
En entrevista con Sputnik, el director ejecutivo de Alianza In México —que representa a las principales plataformas de entrega y movilidad en el país latinoamericano—, Guillermo Malpica, aseveró que las aplicaciones siempre han estado abiertas al diálogo, tanto con las autoridades como “con todos los actores del ecosistema digital”.
Sin embargo, precisó que es necesario “un trabajo técnico fino y dedicado (...) para entender cuál es este tipo de actividad, cómo funcionan las plataformas digitales, qué particularidades tienen y cómo preservamos —en cualquier resultado regulatorio— la flexibilidad y la independencia que tienen hoy en día los repartidores y los conductores”.
Cuestionado sobre los motivos que podrían ocasionar un incremento de las tarifas por el uso de estos servicios, Malpica detalló que, si las plataformas reconocieran la subordinación de los trabajadores, eso implicaría su registro como empleados ante el IMSS y, por ende, el pago de las cuotas correspondientes, tanto por parte de los trabajadores como de las patronales.
“Eso, ya de entrada, implica un costo para ambos, para las plataformas y para los repartidores o conductores. Yo creo que a eso se refiere el tema de los costos”, observó Malpica.
En cuanto a la posibilidad de que se pierdan empleos como consecuencia directa de la regulación, el también experto en negociaciones, comercio internacional e inversiones ponderó que los propios trabajadores podrían optar voluntariamente por abandonar el trabajo en plataformas para evitar que se les descuente el porcentaje correspondiente a la seguridad social.
“Eso podría hacer que hubiera menos personas conectadas en algunos momentos y, por lo tanto, también alguna consecuencia en el tema de la calidad del servicio, ya no habría tan seguido, [habría] mayores tiempos de espera, en fin, efectos de diferente tipo”, señaló Malpica.
La regulación genera posturas encontradas
La propuesta también provocó posturas encontradas entre los trabajadores del gremio. El colectivo Repartidores Unidos de México (RUM) se opone al reconocimiento de la subordinación, pues consideran que atenta contra la flexibilidad y la independencia. Además, la RUM está en contra del surgimiento de sindicatos y pugna por conservar el esquema actual de pago de impuestos.
Por su parte, la Unión Nacional de Trabajadores por Aplicación (UNTA) ve con muy buenos ojos la iniciativa, toda vez que reconoce la existencia de la relación laboral.
Para el secretario general de la UNTA, Sergio Guerrero, se trata de “un avance muy positivo, principalmente porque resuelve el principal problema del trabajo en plataformas digitales, que es el reconocimiento de una relación laboral que existe de facto”.
“El principal pilar que consideramos muy importante es que reconoce que existe una relación laboral y, en segundo lugar, consideramos importante que se salvaguarda, digamos, la posibilidad de seguir trabajando bajo un esquema de flexibilidad”, declaró Guerrero en entrevista con Sputnik.
Añadió que hay algunas áreas de oportunidad, como que la iniciativa, tal como fue enviada a la Cámara de Diputados a principios de noviembre, “no reconoce el tiempo de conexión completo del trabajador de plataformas digitales” y únicamente toma en cuenta lo que denominaron “tiempo efectivo de trabajo, que es solamente el momento en el que estás en una orden de servicio, ya sea un viaje o una entrega de comida”.
“Todo el tiempo de espera, todo el tiempo que el trabajador está conectado esperando un pedido, todo eso no está siendo contemplado y nosotros pedíamos que fuera contemplado”, dijo Guerrero.
Otra de las observaciones de la UNTA es en lo que atañe a las herramientas de trabajo, que en este caso consisten en el teléfono móvil, el plan de datos, la bicicleta, moto o automóvil, y otros, que, hasta el momento, corren a cargo del trabajador.
“Nosotros lo que planteamos ahí es que no puede el trabajador seguir poniendo el total de las herramientas de trabajo, sino que tiene que haber una corresponsabilidad con la empresa, porque así es en todos los trabajos, la empresa pone las herramientas y no el trabajador”, relató Sergio Guerrero.
¿Por qué es relevante el reconocimiento de la subordinación?
Para la profesora-investigadora de tiempo completo de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Xochimilco, Graciela Bensusán Areous, la iniciativa de la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, no es algo exótico o disruptivo, pues, en realidad, forma parte de una tendencia global que empieza a reconocer derechos laborales a un sector en ascenso constante, el de la economía digital.
En ese sentido, la también abogada y doctora en Ciencia Política por la UNAM explicó que el reconocimiento de la subordinación es relevante debido a que los trabajadores de plataformas, llamados “de ejecución local o territorial —que no son online, sino que son trabajos físicos que se realizan, como el reparto de mercancías— esos trabajadores, bajo cualquier criterio de relación laboral, cumplen los requisitos de una relación de trabajo” que, hasta ahora, no estaba reconocida.
Así, Bensusán detalló que, cuando el empleador es el que fija el precio del servicio y el que organiza el trabajo, estamos hablando de un trabajo subordinado. Además, distinguió que, en el caso de los repartidores y choferes por aplicación digital, el trabajo es organizado a través de la plataforma y de un algoritmo.
“Hay una supervisión permanente del trabajo a través de la tecnología, incluso más que en otros trabajos. Y, obviamente, todas estas características hacen que sea una relación de trabajo que cumple con los criterios de la subordinación”, analizó Bensusán en entrevista con Sputnik.
La estudiosa de las políticas laborales abundó que estos trabajadores son comparables con los trabajadores a domicilio, a un agente de comercio, a las personas trabajadoras del hogar o “a cualquiera de los trabajadores que están en el título especial de la Ley Federal del Trabajo, que atienden a modalidades atípicas de trabajo (...), en fin, todas las categorías de trabajos especiales”.
Lo único novedoso en esta modalidad de trabajo, precisó Bensusán, es el uso de la tecnología y el algoritmo como mecanismo de supervisión.
La flexibilidad está garantizada en la reforma
Respecto al temor de una parte del gremio ante la posibilidad de perder la flexibilidad, la académica observó que tener flexibilidad no implica carecer de derechos laborales. Asimismo, apuntó que la iniciativa —que es el resultado del trabajo coordinado entre las autoridades, los trabajadores y las empresas— no apuesta por eliminar esta característica del trabajo a través de plataformas digitales.
Si bien para reconocer la subordinación y garantizar el acceso a todos los derechos laborales reconocidos en la Constitución mexicana, la iniciativa establece que el trabajador debe tener un ingreso mínimo equivalente al salario mínimo (que actualmente corresponde a 248.93 pesos diarios, es decir, unos 12 dólares al cambio actual), Bensusán precisó que los trabajadores podrán seguir eligiendo el número de horas que trabajan y el momento en el que se conectan.
“Nadie les está poniendo en la ley que van a perder flexibilidad ni libertad. Lo que puede pasar es que, si ellos lo toman como un trabajo ocasional, no alcancen a tener este ingreso mínimo y, por lo tanto, no van a quedar inscritos en el Seguro Social”, señaló la académica de la UAM Xochimilco.
Además, Bensusán apuntó que, actualmente, para tener un ingreso decoroso en las plataformas, los trabajadores laboran hasta nueve horas diarias, por lo menos seis días a la semana.
“Así que flexibilidad, libertad, pues sí, para algunos, para aquellos que no sea esta su fuente principal de sostenimiento. Para los demás es un eufemismo lo de la flexibilidad”, aseveró la académica.
“Por años, la narrativa de las plataformas fue que este trabajo es un trabajo maravilloso porque te da flexibilidad, porque te da libertad, porque tú puedes decidir cuánto ganas (...) Entonces, se internalizó mucho, en muchos de los repartidores y conductores y sienten que eso puede estar en juego”, añadió.
La economía digital continuará en expansión
Con todo, la experta advirtió que, en cuanto la iniciativa entré en vigor, podrían surgir “conductas adaptativas” por parte de las plataformas, “para restringir la entrada, poner más barreras o hacer una serie de maniobras para evitar que los trabajadores alcancen la cantidad mínima que se exige para la Seguridad Social”.
“Eso ya lo veríamos después, conductas adaptativas existen por parte de los empleadores en todos los temas”, añadió.
Finalmente, Bensusán enfatizó la importancia de la propuesta y argumentó que es “correr la frontera de los derechos, es pensar que la economía digital se va a expandir y va a haber muchos trabajos parecidos a estos en el futuro”.
“Si admitimos que estos trabajos sigan siendo trabajos sin derechos, solamente porque se quiere disfrutar de flexibilidad, pues estamos haciendo un trabajo muy negativo para los trabajadores, porque muchos trabajadores, cada vez más, van a estar en esta condición y nosotros queremos un futuro con derechos”, concluyó la experta.