Muchos trabajadores son jóvenes profesionistas, hijos de trabajadores activos ó jubilados. Inicialmente se identifican con el manejo de las computadoras, pero al paso del tiempo pierden el interés porque no es un dispositivo de entretenimiento, sino de un equipo de trabajo. De igual forma los empleados jóvenes cuya preparación profesional y recomendación de padres ó funcionarios, toman su roll de trabajo en una posición cómoda frente a una computadora. Así las cosas, los del primer grupo se sienten contratados en una categoría inferior a la merecida y los del segundo grupo en realidad son subempleados de acuerdo con la categoría con la cual fueron contratados.
En muchos casos solo les interesa portar el móvil de última generación para entretenerse y presumirlo durante su estancia en el centro de trabajo. Lo anterior se convierte en una verdadera bomba de tiempo, ya que llegado el momento y basados principalmente en la recomendación y en la antigüedad generada, los inexpertos jóvenes son contratados en puestos para los cuales definitivamente no han sido preparados, apostando al hecho de que quienes tienen el conocimiento, experiencia, compromiso y responsabilidad ante la empresa, invariablemente realizarán sus funciones sin importar que el nuevo elemento impuesto demerite ante ellos. Muchas jubilaciones se aproximan, creando con esto una mayor brecha de incertidumbre.
