El obispo de Tabasco, Gerardo de Jesús Rojas López, condenó la creciente violencia en la entidad, manifestándose en niños dentro de las aulas y en hechos desgarradores contra animales. Subrayó que estos actos reflejan una “violencia interior” que aflora cuando no existe una educación en valores tanto en el hogar como en la escuela.
Durante una reciente declaración pública, el prelado pidió a la sociedad retomar un compromiso real con la paz, incorporando una reflexión profunda y un reencuentro con los principios morales. Recordó que aunque ya existe un “Acuerdo por la paz” firmado con diversos actores sociales, ese pacto debe reforzarse mediante un cambio de actitud personal y colectivo.
El obispo también advirtió sobre casos notorios de maltrato animal en la capital y municipios como Nacajuca, donde se han reportado asesinatos de perros y gatos. Señaló que Tabasco se encuentra entre los estados con mayor incidencia de crueldad hacia los animales, una problemática social que exige que se apliquen con firmeza las leyes existentes.
Hizo un llamado a padres, maestros y autoridades para trabajar unidos en la reconstrucción del tejido social. Enfatizó que la paz empieza en el interior de cada persona y se refleja en gestos cotidianos: desde la convivencia en las familias hasta el trato hacia los demás seres vivos.
LLAMA A FORTALECER FAMILIA Y GUÍA ESPIRITUAL EN DÍA DEL PADRE
El obispo aprovechó la celebración del Día del Padre para destacar el papel clave de los padres como orientadores espirituales y pilares del núcleo familiar. Hizo hincapié en que este rol exige madres y padres comprometidos con inculcar principios éticos y morales en el hogar, fortaleciendo la convivencia diaria.
Reflexionó sobre los desafíos actuales que enfrentan las familias, como el distanciamiento emocional, la falta de diálogo y la ausencia de tiempo de calidad. Señaló que, ante estas situaciones, es fundamental recuperar una verdadera unión entre esposos e hijos para construir un ambiente afectivo que promueva el desarrollo integral de los menores.
Asimismo, instó a los padres a asumir la misión de guías espirituales, recordando que el ejemplo de vida —la fe, la honestidad y la solidaridad— transmite más que las palabras. Destacó que, cuando los padres muestran coherencia entre lo que dicen y hacen, consolidan un legado de valores duraderos para sus hijos y la comunidad.
El prelado cerró su mensaje haciendo un llamado a consolidar espacios de encuentro y reflexión familiar, donde se priorice la comprensión, el amor y la responsabilidad. Subrayó que una familia fortalecida es la base de una sociedad más justa y armónica.
>