Cristina Córdova Brito, habitante de la ranchería León Zárate, Comalcalco, recibió con una sonrisa llena de emoción la vivienda que le entregó el Gobierno del Pueblo como parte del programa Viviendas para el Bienestar “Construyendo Esperanzas”. Esta acción representa un cambio de vida para ella, su esposo y sus dos hijas, luego de años de vivir en una casa de madera y lámina deteriorada.
Doña Cristina fue una de las beneficiarias de las primeras 21 viviendas entregadas en Comalcalco, dentro de un programa estatal que prevé la construcción de 20 mil viviendas durante el sexenio del gobernador Javier May Rodríguez. Este año, 3 mil 300 familias serán beneficiadas, en coordinación con las acciones del gobierno federal que encabeza la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, a través de la Conavi y el Infonavit.
“Nos quedamos a vivir en una casa que era herencia de mi suegra, hecha de madera y lámina oxidada. Se nos metía el agua cuando llovía y sufríamos por el calor porque era muy bajita”, relató Cristina, cuya familia subsiste con el ingreso de su esposo, peón de albañil.
Debido a sus limitaciones económicas, mejorar su vivienda parecía inalcanzable. “Lo poquito que sobraba se lo íbamos metiendo a la casita, pero era insuficiente. No teníamos para más”, compartió.
La noticia de que serían beneficiarios del programa fue recibida con incredulidad y alegría. “No lo podía creer cuando vinieron a decirnos que aquí mismo nos iban a construir una vivienda nueva. Le agradezco mucho al gobernador Javier May que nos hayan tomado en cuenta y que nuestro sueño se haya hecho realidad”, expresó emocionada.
En un recorrido por lo que fue su antiguo hogar, mostró la estancia donde comía la familia, una pequeña cocina y la recámara compartida. “Mis hijas dormían en la cama y mi esposo y yo en la hamaca, porque no había más espacio”, relató.
Hoy, su nuevo hogar cuenta con dos recámaras, baño, cocina, sala, así como servicios de luz y agua, todo perfectamente terminado y pintado en el color que ella eligió. “Le pido que siga trabajando de esta manera. Así como nosotros, seguramente hay muchas familias más que lo necesitan”, concluyó doña Cristina, con lágrimas de felicidad.