Esta arma silenciosa y exhaustiva de destrucción masiva ese utiliza cada vez más como método de guerra, a menudo por una indolente ONU, presionada por EE.UU., o por cuenta de los amigos que le quedan. Los hombres, mujeres y niños víctimas de esa única e incomparable privación, que niega o debilita todas las normas de la vida, son por lo tanto el objetivo de unas Naciones Unidas establecidas para:
“reafirmar la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres y de las naciones grandes y pequeñas”
Como señaló Hufbauer: ciento setenta casos de sanciones económicas se han impuesto desde la Primera Guerra Mundial. Cincuenta de dichos casos se introdujeron en los años noventa.
Ya que el poder siempre tiene la razón, sólo se exige que los países objetivos respeten escrupulosamente la legalidad internacional. En realidad, lo que se les exige es una serie confusa de objetivos en movimiento. Se cumple una demanda e inmediatamente después aparece otra no mencionada anteriormente. Los poderosos delincuentes, sin embargo, se llevan por delante todo lo que se interponga en su camino.
El Protocolo I, Art. 54, de la Convención de Ginebra, es inequívoco en cuanto a la ilegitimidad de utilizar el acceso a recursos vitales como método de combate: “Se prohíbe utilizar el hambre como método de guerra”
Los iraquíes, mientras sufrían los implacables años del embargo, culpaban a Israel. “Israel está detrás de esto…”. Como a Israel se le culpa de casi todos los infortunios de Oriente Próximo, era una afirmación que se descartaba repetidamente, como una conspiración que iba demasiado lejos, que podía enfrentarse con una mirada soberbia.
Menos de cuatro años después de la imposición del embargo a Iraq, en Kuala Lumpur, en mayo de 1994, la Conferencia de Malasia contra Sanciones Económicas a Iraq, publicó una Resolución que señalaba que “las sanciones económicas más severas jamás presenciadas en la historia de la ONU” se habían impuesto contra Iraq.
La Conferencia de Kuala Lumpur también registró, que Iraq (como Palestina) estaba “privado de materiales científicos, médicos, educacionales y culturales”. Además, a pesar “del cumplimiento por Iraq de todas las Resoluciones relevantes del Consejo de Seguridad, las sanciones continuaron por la influencia de EE.UU. y su aliado Gran Bretaña” y que el verdadero objetivo del embargo fue: controlar la inmensa riqueza petrolera de Iraq y de la región del Golfo y lograr una estructura del poder en la región que favorezca a EE.UU., Occidente e Israel.
Comparando el bloqueo impuesto por Israel a Gaza con el de Iraq, las similitudes son de una fuerza escalofriante. Iraq, que depende en un 70% de importaciones, desde fertilizantes a productos farmacéuticos, desde materiales de construcción a mantenimiento médico, fue bombardeado para devolverlo “a la era pre-industrial” en 1991. Se le denegaron todos los recursos, no sólo para la reconstrucción, sino también alimentos, bebidas, papel, libros, periódicos, lápices, juguetes, instrumentos musicales, literatura comercial y profesional. Suministros que difícilmente se pueden considerar de “doble uso” para transformarlos en armas de destrucción masiva ó incluso para jugar a la guerra en el patio del colegio.
Los más débiles y los más desvalidos, fueron ciertamente el objetivo, al máximo coste. Las palabras del señor Hufbauer se siguieron al pie de la letra, y más allá.
En Gaza, destruida en gran parte en diciembre-enero de 2008/2009 por los bombardeos israelíes, los bienes bloqueados por Israel incluyen todos los materiales de construcción, alimentos, artículos de uso personal, etcétera. Todos, en realidad, artículos que anteriormente se vetaron en Iraq.
La organización de derechos humanos israelí B’tselem señala en un Informe que: un 95% de las fábricas están cerradas y un 93% del agua está contaminada. El Artículo 54 de la Convención de Ginebra, como la Convención de la ONU sobre los Derechos del Niño, está en la hoguera de la historia.
En 1996, la población de Iraq había llegado a un nivel humanitario mínimos. El acuerdo denominado “Petróleo por alimentos” de la ONU se había pactado un año antes, por lo tanto los organismos de ayuda se habían retirado, pero mientras continuaban los juegos de la ONU, no aparecían los dineros. Con las cuentas bancarias iraquíes congeladas en todo el mundo, regían las privaciones. En un país que tiene probablemente las mayores reservas de petróleo del mundo según algunos expertos.
Gaza tiene gas natural e Iraq petróleo, además cuando se impongan más sanciones a otro Estado rico en petróleo, Irán próximamente, este también será víctima de la piratería política.
Felicity Arbuthnot
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