Esas buenas negociaciones se dieron hasta antes del 10 de enero de 1989, en que para despojar a los agremiados Petroleros de sus propiedades, llámese ranchos, fábricas, granjas, grandes extensiones de terrenos, más de 120 mil cabezas de ganado, tuvieron que encarcelar a sus dirigentes, en lo que se llamó el “ quiñazo”, orquestado por el expresidente Carlos Salinas de Gortari, de esa forma empezó el desmantelamiento del S.T.P.R.M. y de la chatarrización de la empresa Pemex
Con Carlos Romero Deschamps, y Ricardo Aldana Prieto, empezaron a entregar las conquistas sindicales, permitieron que el Sindicato Petrolero fuese echado del Consejo de Administración, dejando en completo estado de indefensión al gremio, y así, llega el 12 de diciembre del 2013, y Ricardo Aldana Prieto vota, como Diputado Federal del PRI, a favor de la Reforma Energética, que no era otra cosa más, que la Privatización de la empresa, sigue el 2015, y entregan las jubilaciones, que pasaron a ser pensiones, en el caso de los jubilados, el bono de las gasolinas y el servicio médico, hoy, sin medicinas, especialistas, y pésima atención a los trabajadores y sus derechabiencias
Atrás quedaron para la historia aquellos aumentos salariales del 20 o 30 por ciento, que eran retroactivos al mes de enero, o los famosos salarios emergentes dos o tres veces por año.
Ahora las nuevas generaciones ven un sindicato fracturado, saqueado, donde las Comisiones de Contratos o de Transportes, pertenecen a las dirigencias, sin entregar cuentas por la renta del transporte de personal a los agremiados, donde según el Acta Constitutiva los trabajadores de planta son socios, y deberían recibir utilidades cada fin de año.
Y efectivamente, el S.T.P.R.M. ya está convertido en un cascarón, donde la dirigencia encabezada por un trabajador de confianza, Ricardo Aldana Prieto, esta solamente usufrutuando las cuotas sindicales, la renta del transporte de personal, y los beneficios contractuales que Pemex les otorga, ya que el Contrato Colectivo de Trabajo está siendo manejado por Pemex. Mientras, las nuevas generaciones no alcanzan a ver, que están siendo llevados al abismo, y un buen líder, debe llevarlos a mejores pastos, no al barranco. Al Tiempo. En fin.