El presidente de EE.UU., Donald Trump, proclamó un alto el fuego “total y completo” entre Israel e Irán, tras 12 días de intensos enfrentamientos que incluyeron bombardeos a instalaciones nucleares iraníes y misiles dirigidos hacia territorio israelí.
El pacto —que debía comenzar en torno a las 04:00?GMT según Trump— se vino abajo rápidamente. Israel acusó a Irán de lanzar dos misiles interceptados por sus defensas poco después de iniciado el alto el fuego, mientras Irán negó haber disparado misiles tras el comienzo del cese al fuego y, a su vez, señaló que Israel bombardeó su territorio en tres oleadas.
Desde la madrugada, los ataques ya habían causado al menos cuatro muertos en Israel —principalmente en Beersheba— y nueve en provincias del norte iraní antes de la tregua. Tras el anuncio, ambos bandos siguieron intercambiando fuego. Israel prometió “responder con fuerza” ante cualquier nueva agresión.
Trump, visiblemente molesto, declaró desde la Casa Blanca que no estaba contento con ninguno de los dos países, pero dirigió su reproche principal a Israel y exigió desde su plataforma Truth Social que “no lancen esas bombas” y que “traigan a casa a sus pilotos, ahora”. Además, adelantó que hablaría directamente con los líderes israelíes para evitar que el conflicto escale nuevamente.
Un alto cargo iraní, Abbas Araghchi, refutó que hubiese un acuerdo formal y aclaró que Irán detendría su ofensiva solo si Israel hacía lo propio primero.
La comunidad internacional observa con preocupación cómo este breve alto el fuego, apenas sostenido durante ocho horas, se desvanece nuevamente, complicando aún más las perspectivas de paz en la región.
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