• La Verdad del Sureste |
  • Viernes 26 de Abril de 2024

ABORRECIBLE HERENCIA TRANSEXENAL


EMMANUEL RUIZ SUBIAUR


El Gregueriano: Granier y Sáiz no son un tema de calumnia; sí, de intriga, astucia, argucia y pactos ocultos; ¿Sí: de incompetencia, desconocimiento de la obligación a hacer, e ineficacia?
    Llama sobremanera la atención que. mientras nacionalmente el Frente formado por PRD, MC y PAN –y con apoyo aparte de AMLO- exigiese que el Procurador General no fuese designado en automático Fiscal General pues eso implica una aberrante, contradictoria y abominable herencia transexenal, logrando la renuncia del cuestionado Procurador, en Tabasco, no se siga el ejemplo del Frente y se amague con una herencia transexenal (que ya hoy es una herencia transexenal del granierato).
    Llegando a millones de internautas en un santiamén, es fácil, a través de la prensa la radio, la televisión o las redes sociales, crear una controversia alrededor de una persona; es prácticamente el juego de todos los días que todos jugamos, que se trastoca en problema, cuando, tras haber hecho acusaciones falsas, al realizar una rectificación ésta ya no llega a toda esa gente a la que llegó la calumnia por lo que un rastro de duda sobre la honorabilidad del afectado queda pululando en el aire. No siempre esas acusaciones se realizan con la intención de dañar la imagen de alguien; frecuentemente se busca castigarle por razones que se opina son fundadas, en otras, por incompetencia o desconocimiento de los procesos legales. Ese es el caso de Granier y Sáiz. Sus asuntos no lo son de calumnia, ni de venganza personal o política.
    Hay práctica diferente que se conoce comúnmente con la expresión: “¡calumnia!, ¡calumnia!: que algo queda”. Llegó hasta nosotros a través del filósofo inglés Francis Bacon en su obra (1625), “De la dignidad y el desarrollo de la ciencia” (De Dignitate et Argumentis Scientiarum) en la que aparece como: “Calumniad con audacia; siempre quedará algo”.
    La expresión recogida por Bacon era un antiquísimo dicho popular en latín: “Calumniare fortiter aliquid adhaerebit” (La calumnia se adhiere fuertemente a algo), la genialidad de Bacon lo modificó. Con posterioridad, en “El barbero de Sevilla” (obra de teatro también titulada “La precaución inútil” que Pierre-Augustin de Beaumarchais escribió en 1775) aparece la expresión “Calomniez, calomniez, il en reste toujours quelque chose” (Calumnia, calumnia, siempre queda alguna cosa).
    La frase alcanzó el cenit de popularización en 1810; la incluyó Gioachino Rossini –grandioso compositor italiano- en su ópera El barbero de Sevilla (basada en la obra de Beaumarchais). En la aria de referencia a la calumnia dice: “La calunnia è un venticello, un’auretta assai gentile che insensibile, sottile, leggermente, dolcemente incomincia a sussurrar.”
    Pero en el caso de Sáiz y Granier, estamos hablando de un asunto más serio: de un daño irreversible –hasta ahora- al erario y al Estado de Tabasco. Seriedad que reviste la suprema obligación de quienes llevan esos casos, de tomar con severidad y seriedad, con rigor, meticulosidad y estudio, su prosecución. ¿Las han tenido?   
    Sáiz y Granier tienen 2 obligaciones: la obligación de «probar ante tribunales» –y ante sus familiares- su inocencia -ante los tabasqueños y la opinión pública, eso lea será imposible-, pues les van en juego su libertad y sus bienes; la obligación de resarcir al Estado y a los tabasqueños el daño causado con su actuar -ya sea pagando con cárcel y quedándose con lo «carranciado”, o resarciendo con la devolución de lo mal habido (de lo cual, una parte está en peligro de ser incautado por el Gobierno; lo peor, de EU).
    Pero hoy tienen una obligación a su favor, que ya le nació legalmente al Gobierno del Estado y a su órgano persecutor (la Fiscalía General). Pueden ejercitar Acción Civil por Daño Moral, exigiéndole al Gobierno, el pago por haberles acusado y encarcelado por peculado sin habérselo probado y obligar a la Fiscalía General -y al Gobierno del Estado- a pagar el precio de la «apología».
    Resultaría vergonzoso para todos, una gigantesca burla y un lapidario ridículo para el régimen actual, el que, además de que, depredaron el erario, dejaron en Estado de inanición al gobierno y al borde del hambre a centenas de miles de tabasqueños, ahora, por la incompetencia de sus acusadores, a Granier y a Sáíz se les tenga que pagar luego de liberárseles.
    Sáiz y Granier son culpables de delitos diversos, pero no son culpables de que se haya encomendado (su persecución y su enjuiciamiento ante autoridades penales), a personas a las que, según afirmó un ex Gobernador, se les califica mal, de las que se duda hayan estudiado Derecho, y se re duda, sepan de derecho penal y a los que señaló fueron designados “a modo”.
    De los Amparos a favor de Granier y Sáiz, ¿Qué dirán la Fiscal, aquellos que salieron a ponderarle públicamente, y los “legisladores” que no objetaron sus nombramientos?