• La Verdad del Sureste |
  • Viernes 26 de Abril de 2024

COJO. MANCO. INUTIL III


EMMANUEL RUIZ SUBIAUR


El Gregueriano. “Hay gobernantes y políticos que si se conociesen demasiado a sí mismos, dejarían de saludarse.”
    La dependencia o sumisión que padece el Legislativo del Ejecutivo se repite en el Ejecutivo respecto a la Presidencia de la República. Se olvida, con displicencia que enerva, que la Carta Magna, nuestra norma SUPREMA, instruye en su numeral 40 que existen dos soberanías: la de la Unión respecto a otras naciones –o soberanía nacional-, y la de los Estados federados en todo lo concerniente a su régimen interior respecto a la federación. Se olvida, humillándose, que la soberanía en los Estados se ejerce por medio de los Poderes del Estado.
    Transcribo los textos de la Ley Suprema: “Artículo 40. Es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una República representativa, democrática, laica y federal, compuesta por Estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior, y por la Ciudad de México, unidos en una federación establecida según los principios de esta ley fundamental.” (Artículo reformado DOF 30-11-2012 y 29-01-2016), y
    “Artículo 41. El pueblo ejerce su soberanía por medio de los Poderes de la Unión, en los casos de la competencia de éstos, y por los de los Estados y la Ciudad de México, en lo que toca a sus regímenes interiores, en los términos respectivamente establecidos por la presente Constitución Federal y las particulares de cada Estado y de la Ciudad de México, las que en ningún caso podrán contravenir las estipulaciones del Pacto Federal.”
    Si esa disposición suprema avala a los Estados y existe una necesidad de adecuar una norma interior al sentido de una norma federal, entonces hay que hacer valer la soberanía estatal; pero si, además de ese aval de la norma suprema, la disposición federal le deja libertad configurativa al Estado respecto a la adecuación de la norma estatal, entonces no existe justificación alguna para copiar hasta las comas la norma federal.
    Sí pueden existir varias explicaciones de ese modo de actuar: no se tiene la capacidad para hacer una norma estatal mejor; o no se quiere apartarse ni un ápice de la “línea” federal; o, habiendo sido creado -y habiendo crecido- con la subcultura de la sumisión priista, ésta no se ha abandonado; o no se puede olvidar que esa subcultura –que fue la que llevó a uno a varios puestos relevantes dentro de la estructura o nomenclatura de poder y- se sigue siendo parte de ella; o se está cumpliendo un compromiso -que fue el que permitió el arribo al poder estatal-.
    El Ejecutivo ya puso su “Sistema Anticorrupción”; el Legislativo lo aprobó campantemente. Al igual que en el federal, la divisa Ejecutiva fue: hagan todos los “cambios” de forma en la superficie pero que todo quede igual -que sea a los muy torpes a los que se les pueda castigar-; la consigna Legislativa fue: aprobar esas “leyes” como vienen. El voluntarismo político; no se dan cuenta: el país y la nación van por rumbos diferentes a los de ellos.
    Como ya apunté, es falacia el espetar que si no copias a pie juntillas la norma federal se te viene encima una Acción de Inconstitucionalidad. En otra entrega les comenté las apreciaciones del Lic. Humberto Castillejos, Consejero Jurídico de la Presidencia de la República de Peña, al respecto. Y si así fuera: ¿Por qué le tienen tanto miedo los economistas, licenciados en administración pública o de empresas a las Acciones de Inconstitucionalidad?
    Cojo y manco resultará no útil. Ejemplo: la Fiscalía de Combate en Materia de Corrupción es un nasciturus muerto. Pregunto: ¿Y Amílcar Sala, Luis Felipe Graham, Luque Green, López Uribe, Montaño Ventura, Rullán Silva, López Peralta, Melchi Ruiz y otros más de 60 ex servidores públicos señalados como corruptos dónde están? ¿Y aquellos diputados que subían a la tribuna de las legislaturas LX y LIX a defender y aprobar las cuentas públicas del granierato dónde están? ¿Qué acaso quienes fueron Procuradores en el sexenio nefasto de Granier Melo no recibieron denuncias y querellas en esas fechas contra estos corruptos? ¿No hubo inicios de averiguaciones previas contra ellos? O ¿No hubo investigación o indagatoria alguna contra sus actos de corrupción, o no huno voluntad de consignarles y encarcelarles?
    Tenemos en archivos, denuncias –y hasta querellas- en contra de ellos; también denuncias directas de la ASF contra 21 de ellos; sólo por citar a 9: Luque Green y su sucesora, Graham Zapata y su sucesor, Vega Celorio, Cantón Zetina, López Peralta, Mario Eslava, Rullán Silva.