Contraenfoque

A unos cuantos meses de la sucesión gubernamental, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Tabasco, enfrenta una severa crisis política y económica que lo mantiene al borde del exterminio, electoralmente hablando.
    Para empezar, aún mantienen adeudos con proveedores que surtieron de propaganda y espacios para reuniones durante la campaña de Liliana Madrigal cuando en marzo del 2016, la ahora diputada federal buscó la alcaldía de Centro frente a Gerardo Gaudiano en la elección extraordinaria. Se habla de 13 millones de pesos, que coyunturalmente le pega al tricolor.
    También tienen la presión de trabajadores que ganaron laudos ante la autoridad laboral, y que ahora exigen miles de pesos a que tienen derecho y poco a poco se termina la paciencia. Amagan con exigir públicamente sus pagos.
    Miguel Valdivia de Dios, actual dirigente estatal del tricolor, está prácticamente maniatado al no poder resolver esta piedra en el zapato que vienen arrastrando desde hace varios meses, y en ese tramo, se lleva entre las patas al delegado nacional, Salomón Azar. El PRI no tiene dinero, o cuando menos eso le dicen a sus acreedores.
    Entre sus allegados, Valdivia comenta que es difícil salir adelante por la pesada multa que les impuso la autoridad electoral por violar varios requisitos que deberían cumplir como instituto político. Supuestamente no pudieron comprobar gasto de campaña.
    En lo político, les impacta el tener que designar a 9 mujeres para igual número de alcaldías para la elección del 2018. Ni Valdivia ni Azar, tienen el consenso para poder ser los interlocutores, lo que ya genera un conflicto entre quienes se creen con merecimientos, aunque no traen nada bajo el brazo.
    Lo lamentable es que a estas alturas, según los de mayor grado y que son ideólogos del PRI choco, el partido carece de cuadros femeninos reales para entrarle a una contienda que será de las reñidas. Esa es otra “papa caliente” para Valdivia y Azar.
    El panorama para el PRI es desolador, aunque sus miembros más recalcitrantes tienen confianza en que cuando salga el candidato a la gubernatura, el panorama cambiaría. En serio que son bastantes optimistas.
    Lo cierto es que quienes dicen apoyar la permanencia de Valdivia de Dios, sólo le hacen la maldad, porque este señor no tiene capacidad para negociar, menos para mediar entre los diferentes grupos políticos que convergen al interior del tricolor. Ya se quiere ir, pero no lo dejan. A Valdivia le buscaron hasta posible sucesor. Mencionaron a Miguel Cachón Álvarez, quien saliendo de platicar con Azar, buscó a una dama para decirle que traía “luz verde” para la dirigencia, pero como ella también quiere, filtró el dato y Cachón acabó como palo de gallinero.