Entre semana, el rectángulo interior que forman la Librería José Carlos Becerra, las instalaciones del Centro de la Imagen, el malecón frente al río Grijalva y las oficinas del Centro Internacional de la Cultura Olmeca, habitualmente es visitado por un contado número de personas, no obstante, este sábado y domingo volvió a ser un escenario vivo, gracias al segundo Festival Cultural CICOM (FECCI), que comenzó a atraer a familias y revivir la zona del sur de la capital tabasqueña.
Debajo de una champa, Loli Gallegos, de poblado Amatitán, Jalpa de Méndez, recibió a los primeros visitantes con el aroma de la cebolla, el pimiento morrón y ajo acitronados, en un comal de barro al que no tardará en arrojar trozos de carne de pollo y cerdo para servir un irresistible picadillo con tortilla hecha a mano y un refresco de matalí o agua de jamaica.
“Es un espacio maravilloso para la gente que ya conoce nuestra cocina, pero también para los que no la conocen; es una delicia degustar de las comidas tabasqueñas que traemos, que lamentablemente se están perdiendo, pero la magnitud de este evento nos va ayudar a rescatar nuestras costumbres y tradiciones; además, nos permite generar un ingreso para mejora de nuestras familias”, dijo orgullosa la jalpaneca que no dejó de señalar que el perol (cazo) bajo la leña fue hecho con las manos de su abuela, una venerable anciana que cuenta con 94 años de edad y que trasmitió a sus nietas, no solo el arte culinario, sino también el de curar las ollas para que no se filtren.
A un costado están dos toldos, de las cocineras tradicionales Priscila López Pozo, nativa de Macuspana, y Norma Alicia Cornelio, de Jalapa, cuyas viandas tentadoras muestran tamales de masa colada elaborados con manteca de cacao y achiote, y un mole con pollo, eso sí, criado con animalitos al puro maíz, según afirma.
“Muchos dirían que es una zona a cierta distancia del centro, pero tenemos un ambiente muy agradable, incluso, para quienes no conocen la planta de café, pueden venir a este lugar donde está plantada al aire libre y admirarla al lado de los fogones, como si estuvieran en una cocina tradicional tabasqueña”, apuntó doña Priscila con su blusa de tiras bordadas y su falda choca.
Los grupos de artesanos atienden a los visitantes, no sólo dando un precio justo a sus artesanías singulares, sino ofreciendo una historia de saberes con mucho corazón, como la que regaló doña Rosa Isela Priego Hernández a sus clientes.
“Al principio, inicié mi emprendimiento por estrés, me mandaron a aprender todo tipo de actividades, y la que más me gustó fue el tejer. Y como tengo una nieta con autismo que ahora tiene cuatro años, empecé a comercializarlo con el fin de que todo lo que se recauda es para ella”, reveló la nativa de Casa Blanca.
Su marca, aún no registrada, se llama Crochet Rosalí, el nombre de su nietecita. "La Secretaría de Cultura y el Instituto de Fomento para las Artesanías de Tabasco (IFAT), me están dando los espacios en todos los eventos que organizan, y ellos me van a ayudar para convertir lo que empezó con mi enfermedad y pasó luego a ser un emprendimiento con causa. El estrés se acabó”, admitió. Sus zapatillas y sandalias lucen atractivas con las formas y el material de las tiras bordadas.
Los niños pueden disfrutar de pintar o jugar con diversos objetos, mientras los padres disfrutan de los eventos artísticos preparados para el Festival Cultural CICOM. Incluso, ellos mismos pueden jugar con un memora elaborado especialmente en el stand de Sembrando Vida, donde además de recibir toda la información que se requiere para sumarse a reforestar el estado, se puede llevar de regalo hasta una taza chocolatera si ganan.
“El festival está muy hermoso porque es todo lo que la cultura engloba: Gastronomía, artesanías, danzas, música. Este tamalito se siente que está cocinado con mucho amor, vengan a probarlo. También hay artesanos, chocolateros, cocineras tradicionales. No se van arrepentir porque todo está en torno a la cultura en Tabasco. Y en estas vacaciones es un buen momento para que vengan y compartan de esta riqueza que tenemos”, dijo una visitante de nombre Irani.