LA CONTROVERSIA

En el libro de Génesis, Dios me ha mostrado una hermosa palabra, su palabra, que para mí es una gran enseñanza, y creo que si le pones puntual atención será una gran enseñanza para ti. Y he entendido, que cuando le clamamos a Dios con voz fuerte (esto es clamar en oración), y con gemidos salidos del corazón (esto es llanto), en espíritu y verdad, cuando nuestro ruego es sincero, Dios nos oye.
2 Mire, leamos en: (GENESIS 21: 14 Entonces Abraham se levantó muy de mañana, y tomó pan, y un odre de agua, y lo dio a Agar, poniéndolo sobre su hombro, y le entregó el muchacho, y la despidió. Y ella salió y anduvo errante por el desierto de Beerseba. GENESIS 21: 15 Y le faltó el agua del odre, y echó al muchacho debajo de un arbusto, GENESIS 21: 16 y se fue y se sentó enfrente, a distancia de un tiro de arco; porque decía: No veré cuando el muchacho muera. Y cuando ella se sentó enfrente, EL MUCHACHO ALZÓ SU VOZ Y LLORÓ. GENESIS 21: 17 Y OYÓ DIOS LA VOZ DEL MUCHACHO; y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas; porque DIOS HA OÍDO LA VOZ DEL MUCHACHO EN DONDE ESTÁ. GENESIS 21: 18 Levántate, alza al muchacho, y sostenlo con tu mano, porque yo haré de él una gran nación. GENESIS 21: 19 Entonces Dios le abrió los ojos, y vio una fuente de agua; y fue y llenó el odre de agua, y dio de beber al muchacho. GENESIS 21: 20 Y DIOS ESTABA CON EL MUCHACHO; y creció, y habitó en el desierto, y fue tirador de arco.
3 ¿Quién era ese muchacho y esa mujer llamada Agar?. El muchacho era Ismael, el hijo de Abraham con Agar la sierva egipcia de Sara. Ella fue despedida por Abraham a petición de Sara y bajo la aprobación de Dios, pero Dios no lo abandonó, porque tenía un propósito para Ismael, pero tenía un propósito más grande con el hijo de Abraham con Sara llamado Isaac, el cual nació cuando Sara era de casi 90 años y Abraham era de casi 100. Por ello permitió Dios que la apartaran para cumplir su propósito, pero Dios no abandonó a Ismael, por ser descendiente de Abraham.
4 Y dice la palabra, que ya sin agua en el desierto, Agar su madre, dejó al muchacho, que debía tener unos 14 años o más, tirado debajo de un arbusto para que muriera porque ya estaba deshidratado, pero dice la palabra que Ismael alzó la voz y lloró, y Dios lo escuchó. ¿Por qué lo escuchó Dios?. Porque la voz que alzó Ismael era en ruego y en llanto a Dios, tal como lo debió haber aprendido de Abraham, quien era fiel siervo de Dios, por ello Dios lo escuchó, y porque le dio promesa a Abraham de prosperar también ese hijo suyo, por ser descendencia de su siervo.
5 ¿Qué nos enseña la palabra?. Que aun y cuando haya tiempos de gran aflicción, así como estuvo Ismael a punto de muerte, es cuando con más fuerza debemos clamar en oración a Dios, y hasta llorarle humillándonos ante él, porque Dios escucha nuestro ruego cuando lo hacemos en espíritu y verdad, y nos libre de la muerte y nos da salvación.
6 Y cuando Dios nos escucha, nos atiende, y nos muestra su gloria por medio de milagros. Si nos damos cuenta, Ismael y su mamá estaban en el desierto, un lugar inhóspito y sin agua, pero Dios al escuchar el ruego sincero de Ismael, hizo el milagro de abrir una fuente de agua, y les dio de beber, porque el muchacho había confiado en Dios como lo le había enseñado su papá Abraham, por ello escuchó su ruego.
7 Esa es la enseñanza, confiar en Dios, solo en Dios, y ahora por JesuCristo su hijo amado, en nombre de Él nos escucha. Porque si vemos a JesuCristo estamos viendo a Dios, eso dice la palabra de Jesús. Pero si en vez de clamarle y llorarle a Dios, le clamas a los ídolos, es muy difícil que Dios te escuche. Debemos definir bien a quien clamarle, y al único que debemos clamarle es a Dios en nombre de JesuCristo. ¡Gloria a Dios mi Padre, gloria a JesuCristo mi Señor!;
Amén, y amén.
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