última parte)
La necesidad de importar petróleo es para disminuir la densidad del petróleo que ahora se extrae en México y se exporta, explica el ingeniero Alfredo Hernández Peñaloza, quien sostiene que la causa de esta situación es la política privatizadora de Pemex y los gobiernos panistas.
Tiene que ver con el daño que le provocaron a la sonda de Cantarell al inyectarle nitrógeno y sobreexplotarlo y dejar fuera de operación la Planta Estabilizadora de Crudo cuando se le dejó de suministrar petróleo ligero porque Pemex decidió que era mejor exportarlo, afirma.
Durante el sexenio de Vicente Fox mencionó el integrante de la dirigencia del Comité Nacional de la Energía, se le estuvieron inyectando a Cantarell mil 200 millones de pies cúbicos de nitrógeno diarios, para extraer más de 2 millones de barriles por día, eso ha ocasionado que al mes de julio de este año, la producción se desplomó a 500 mil barriles diarios.
Eso significa que en cinco años, México tuvo una declinación del 75 por ciento lo que resulta inaudito en cualquier yacimiento en cualquier yacimiento en Estados Unidos, Noruega o Brasil.
No se requirió que la industria petrolera mexicana estuviera en manos de las siete hermanas para provocar tal saqueo, tal infamia y tan gigantesco daño patrimonial, sostiene Hernández Peñaloza.
Esa sobreexplotación tuvo daños colaterales, como la quema de más de mil millones de pies cúbicos de gas natural en promedio, desde el primer año del sexenio de Felipe Calderón.
El mismo Petróleos Mexicanos estima, de manera conservadora, que solamente durante los últimos 10 años, el valor presente neto del gas quemado, alcanza un valor de casi 3 billones de pesos.
A lo anterior hay que agregar que el nitrógeno inyectado en Cantarell y en Ku-Maloob-Zaap, ha provocado la separación de parte del metano contenido en la mezcla líquida de hidrocarburos dentro del yacimiento, lo que contribuye al aumento de la densidad y viscosidad del aceite que, cada vez con más dificultad se logra extraer de los yacimientos.
Sin embargo, el actual director de Pemex, haciendo alarde de sapiencia, expone a los conductores de radio y televisión que, mezclar crudos de importación con los producidos en México permitirá sacarle más valor a las plantas de refinación, cuando eso lo hacen todas las empresas petroleras internacionales.
La segunda causa técnica política es, afirmó Hernández Peñaloza, es dejar fuera de operación la Planta Estabilizadora de Crudo en el complejo petroquímico La Cangrejera, que era la que mezclaba petróleo crudo pesado con crudo ligero y superligero para disminuir la densidad del primero.
Dicha planta dejó de recibir crudo ligero, porque se decidió utilizarlo para la exportación, con el pretexto de que no había suficiente de ese crudo ligero.
De esa forma se dejó fuera de operación la Planta Estabilizadora de Crudo, y se paró el proceso de la Planta Reformadora BTX al dejar de suministrarle 35 mil barriles por día de nafta.
Justificada la importación de naftas, esta se ha convertido en un negocio redondo de aproximadamente 230 millones de dólares mensuales.
No obstante, asegura Hernández Pañaloza, la nafta que importa PEMEX, es producto de la recolección de sobrantes de gasolinas recuperadas –productos sucios, de desechos, y contaminados- incluyendo las que ya estuvieron en proceso y que, por lo mismo, son muy baratas en el mercado internacional.
A los directivos de PEMEX, les importa que después de un periodo de operación las naftas de tal calidad, desactiven los catalizadores de los reactores, por envenenamiento, debido a que la nafta que procesa la Planta BTX debe ser virgen.
En PEMEX, es del conocimiento de muchos, las grandes comisiones que se reparten con estas importaciones.
Juan José Suárez Coppel, en una entrevista a un canal de televisión, según dice Hernández Peñaloza, declaró:
“Tenemos un problema de asegurar el abasto nacional de combustible en calidad y costo. Una estrategia que asegurara abasto tiene que estar diversificada, no podemos solamente depender de exportar crudo y de traer gasolina y diesel que necesitamos. Tampoco podemos dejar de ver las grandes oportunidades que existen, porque el valor de una refinería en existente, operando hoy en día en la costa del Golfo de EU, sería del 20-25 por ciento de lo que valdría hacer una nueva”.
Esa es, exactamente, la política denominada “internacionalización”, que los neoliberales aplicaron en la década de los noventas en Venezuela.
El razonamiento impuesto por los directivos de Petróleos de Venezuela (PDVSA) incondicionales a las compañías extranjeras, fue justificar a un pueblo desinformado, la compra de refinerías chatarra en el extranjero con el pretexto de que si no invertían en refinerías en el exterior, no podrían vender su petróleo crudo extrapesado.
De esa manera se completó el saqueo de PDVSA, por compañías extranjeras, del total de la renta del petróleo de ese país sudamericano.
