El sábado pasado, los consejeros eligieron por unanimidad a Jesús Selván García, dirigente estatal de Morena. Fue la única propuesta presentada en la reunión extraordinaria del Consejo Estatal. Su asunción al cargo de cualquier manera estaba garantizada y qué mejor que lo hiciera con el respaldo unánime de quienes integran el máximo órgano de dirección partidista.
La Secretaría General recayó en Rosa Margarita Cuevas y se cubrieron las carteras que estaban vacantes por diversas razones. La Secretaría de Organización, una posición clave en la estructura partidista, la asumió Javier González López, un cuadro vinculado al grupo político del actual gobernador, Javier May Rodríguez.
Hasta hace poco, esa cartera la controlaba el grupo encabezado por el senador Adán Augusto López Hernández, y desde la cual se le puso piedritas y piedrotas en el camino al trabajo político que realizaba el equipo del hoy mandatario, principalmente en lo referente a la integración de los comités de los protagonistas del cambio verdadero, como lo señalan los estatutos de ese partido, que sirvieron para impulsar las aspiraciones políticas de la hoy presidenta de México y del gobernador en funciones.
Esa tarea, que cualquier militante puede llevar a cabo, se la quiso agenciar la Secretaría de Organización.
No quisieron reconocer la validez de esos comités y quien ocupaba el cargo se negó a subir al sistema los comités creados por el equipo de Javier May, todo porque no favorecían a su jefe político en la disputa por la candidatura presidencial de Morena.
Fue una de tantas arbitrariedades cometidas por quienes dirigían Morena en ese momento, más ocupados en seguir instrucciones y combatir al grupo político de May Rodríguez, que en organizar al partido y tomar en cuenta a la militancia.
Ahora se recupera esa cartera importante y se coloca a una gente de todas las confianzas de quien manda en Tabasco, un cuadro dirigente que sabe organizar el trabajo partidista y seguro hará bien su labor.
El sábado pasado también se designó a José Eduardo Mora Castro, secretario de Jóvenes; a Dora María Vargas, secretaria de Finanzas y a Dulce María Cantero, secretaria de Comunicación.
En su primera declaración pública, el nuevo dirigente estatal de Morena anunció que hará lo que sus antecesores dejaron de hacer: volver a las bases, escuchar a la militancia y consolidar el trabajo en territorio, para estar a tono con el estilo de gobernar del mandatario.
Se hará un padrón de fundadores para que su contribución al movimiento permanezca vigente “en la memoria histórica”.
Y como su gestión será también de territorio recorrerá los 17 municipios del estado para realizar asambleas informativas y organizar la impartición de talleres de formación política, que tanta falta hace para formar nuevos cuadros imbuidos en los principios de la 4T, para que cerrar el paso a tanto advenedizo que se cuela a Morena y hasta son premiados con cargos.
Tal parece que lo de Nuris López Sánchez, la exalcaldesa de Jalpa de Méndez, sobre quien pesa la acusación de un presunto desfalco financiero, fue una intentona fallida de quienes la promovieron a la Secretaría General.
Por donde se le viera era inelegible. Le probaron que en el proceso electoral le jugó las contras al actual alcalde de ese municipio. Apoyó al candidato del PRD, todo porque José del Carmen Olán no es de su mismo grupo político y había la instrucción de hacerlo morder el polvo.
Por poco y se salen con la suya. El equipo jurídico del edil se la jugó en serio y logró demostrar que le estaban haciendo trampa en el recuento de los votos.
Los tribunales dieron por buenas sus pruebas y le otorgaron el triunfo que a la mala le quisieron arrebatar.
Olán dice que no es asunto político sino que hay pruebas de la malversación de los recursos asignados a la gestión de López Sánchez.
Y como vieron que no estaban dadas las condiciones para imponerla en la Secretaría General, optaron por otra estrategia.
UNA MANIOBRA
SOSPECHOSA
Resulta que el mismo sábado que Selván García fue ungido dirigente estatal de Morena, casualmente se difundió la noticia de que la Sala Regional Xalapa del TEPJF sesionó para validar el resolutivo de su par estatal, el TET, que lo halló responsable de cometer violencia política en razón de género contra Rita Gálvez Bonora, su compañera de partido, que pertenece el agrupo político de Adán Augusto.
En política no hay casualidades. Que la Sala Regional Xalapa haya sesionado la víspera resulta sospechoso, pareciera más bien una dedicatoria con la clara intención de poner en entredicho el arribo de Selván a la presidencia del Comité Ejecutivo Estatal de Morena.
Tal parece que se busca dar pie a una campaña para decir que cómo en ese partido se designa a alguien acusado de violentador de mujeres, que cuestionen en columnas políticas o notas periodísticas a la dirigente nacional, Luisa María Alcalde, de por qué se permitió tal aberración, o inclusive se le pregunte a la presidenta.
Es evidente que en ese grupo político no quieren a Jesús Selván y buscarán por todos los medios hacerle la vida de cuadritos.
